"Desde que me acuerdo tengo ganas de hacer Gilda en el cine" dice en esta charla Natalia Oreiro que en pocas horas asistirá a la avant premiere que se realiza hoy, a 20 años de la muerte de la popular cantante.
Abiertamente admiradora de su música y su historia logró vincularla en muchos de los proyectos en los que trabajo: "Yo era fan de ella, siempre lo fui, y de alguna manera llevaba a los personajes que tenía que interpretar un poco de ese amor que sentía. En Muñeca brava mi personaje en una bailanta se ponía una minifalda colorada, cantaba sus temas y dormía con una remera de ella. Nos invitaron una vez a ir a grabar a Gualeguaychú, al carnaval, y yo les dije: "¿No es la ruta por donde está el santuario de Gilda?" como me dijeron que sí les pedí por favor filmar ahí. Fue súper emotivo, siempre la quise mucho. Después cada vez que tenía la posibilidad la reversionaba, ya sea en mis recitales que canto temas de ella, en Sos mi vida que hice la cortina con Corazón valiente y en mi última comedia Solamente vos también canté un tema de ella.
— O sea que esta película cierra un ciclo de algo muy buscado por vos.
— Sí, para muchas personas es un momento muy esperado porque la cantidad de gente que me para en la calle y me dice: "¿Cuándo se estrena la película? Yo era fan". Que a veces te pasa y a veces no tanto, acá lo que me sucede es que evidentemente Gilda era una artista transgeneracional, transcultural, que la han versionado músicos de rock, que la cantan en la cancha no solo en la Argentina sino en todo el mundo. Atravesó a tanta gente, a tantas generaciones con sus canciones, sus letras, su historia misma, que lo que me sucede a mí de querer hacer esta película es algo que mucha gente evidentemente también estaba deseando que sucediera.
— ¿Tu tema preferido cuál es?
— Se me ha perdido un corazón es uno de mis temas favoritos. De hecho está en la película y yo lo reversioné también. Corazón valiente es otro tema que me encanta. Y después cada tema para mí tiene un significado. Gilda fue pionera en un ambiente tan machista, los '90 en la cumbia, y escribió una canción que se llama La puerta que habla justamente de te cerré la puerta en la cara, quién te dijo que mi puerta tiene que estar siempre abierta. Donde una mujer le hablaba a un hombre y no le iba a permitir todo, no iba a quedar esperando, si venía borracho lo iba a echar de la casa. Fue una pionera, sobre todo del género. Una mujer que componía letra y música.
— Hay algo que me gustó mucho de la película que es la elección de en qué momentos están puestos los temas. Hay algo narrativo que están contando con la música.
— Absolutamente. Con Lorena Muñoz, la directora de la película, siempre tuvimos muy en claro que tenía que ser un hecho cinematográfico. No íbamos a contar lo que podían ver en un canal de música o en algún video de YouTube porque realmente lo importante era que esta película fuera admirada en cualquier país donde quizás Gilda no es conocida. Para eso Lorena hizo un gran trabajo de investigación, entrevistó a sus mejores amigas, a su familia, a su hijo, a su ex marido, a Tati Giménez, sus músicos, para conocer quién era Miriam, no tanto Gilda porque el mito, la leyenda, es algo que creemos todos conocer, pero cómo se construye eso, cómo una mujer a los 30 años con una vida establecida, maestra jardinera, nacida en Devoto, con una madre concertista de piano, con dos hijos, decide cantar cumbia y meterse en un ambiente tan complejo en los '90 y donde socialmente tampoco estaba bien visto que una mujer saliera a la noche a trabajar, con una minifalda. Inclusive desde el medio de la bailanta ella no era bien recibida porque les parecía que su estilo no cuadraba con lo que se usaba, era flaquita, castaña, escribía sus letras, tenía una voz muy dulce. Justamente eso fue lo que la diferenció y lo que la hizo trascender tanto tiempo y hace que hoy nosotros a 20 años querramos hacer esta película también.
— Hay algo que tiene que ver con la búsqueda y con que no tiene que ser en un determinado momento de la vida. Ella empieza diciendo "Quiero tener algo mío".
— "Algo para mí" pareciera que si una es madre solamente tenés que dedicarte a tus hijos, que para Gilda eran muy importantes porque sufría cada vez que los dejaba y ellos también la acompañaban mucho, eso es algo muy tierno que se ve, su relación como mamá. Pero claramente ella necesitaba trascender con la música, era algo que lo tenía desde muy pequeña, su papá le enseñó a tocar la guitarra. Su madre tocaba el piano, otro género, cuando le dijo que iba a cantar cumbia fue todo un tema. No era comprendido en su entorno familiar ¿Por qué? ¿Para qué? A su pareja también le costó mucho asimilar el hecho de que a muchos hombres les gustara su mujer o que su mujer quisiera hacer algo más allá de su familia. Entiendo que la amó profundamente pero que no pudo acompañarla, no pudo con el brillo, con la luz que ella generaba. Y volviendo al hecho de que cada canción estaba bien elegida, nos ayudaron mucho sus amigas, con las cuales trabajé mucho para conocer cómo pensaba, qué cosas le gustaban, con qué cosas lloraba, por qué componía, en qué momento componía, en qué se inspiraba. Tenemos miles de anécdotas de canciones que nos han contado que uno piensa o lo relaciona con algún momento o para alguna persona y quizás no tiene nada que ver. En la película están al servicio de la historia.
— Tuviste mucho que ver con que cedieran los derechos para hacerla ¿No?
— Existieron varios directores y guiones que quisieron contar la vida de Gilda que a mí tampoco me terminaban de convencer pero lo más contundente era que su hijo Fabricio no quería que se contara. Era más que respetado ese punto porque perdió a su mamá, a su hermana y a su abuela en un accidente; y su madre se convirtió en un mito, en una leyenda, para muchos fans en una santa. Entonces claro, cada vez que llegábamos a esa instancia era "no". Lorena Muñoz también admira mucho a Gilda, Fabricio se encontró con ella y con una interprete que soy yo que siempre dije públicamente que la admiraba, escribimos en conjunto una carta, le grabé un tema No me arrepiento de este amor, y nos dio la posibilidad de conocernos. Ahí entendió que el respeto y la admiración por su mamá era profundo y verdadero y creo que él sintió que era el momento de que se contara esta historia.
— ¿Fue parte él del proceso?
— No. Y tampoco pidió nada. Nosotros sabíamos que hay ciertas cosas que a la familia quizás no le copan tanto entonces decidimos no hacer foco en eso aunque sí es parte de la película como la parte más mística de ella, lo que generaba en la fe de sus seguidores. Eso está, pero la película no se apoya en eso porque creemos que su historia personal es mucho más interesante para la gente que no la conoce.
— ¿La vio ya?
— No, no la vio, a la avant premiere va a venir su mujer, él no. Sí vino su señora, sí participó de algunos asados que se hicieron para celebrar, pero para él es muy difícil. Creo que va a pasar un tiempo hasta que logre ir a verla.
El fin de semana la entrevista completa a solas con Natalia Oreiro.