La memorable sexta temporada de Game of Thrones tuvo una épica conclusión este domingo 26 de junio. Luego de agotar las historias contadas por George R.R. Martin en sus novelas, los responsables de la serie se adentraron este año en un terreno desconocido, generando así varios de los episodios más resonantes desde sus comienzos.
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Traición, venganza y muerte. Todos estos elementos estuvieron presentes en The Winds of Winter, el décimo y último capítulo que estuvo dirigido por el británico Miguel Sapochnik (realizador también de Hardhome y Battle of Bastards).
Entre las novedades más importantes que trajo dicho episodio, las más resonantes seguramente fueron la llegada de Cersei Lannister (Lena Headey) al Trono de Hierro y la confirmación de que Jon Snow (Kit Harington), proclamado Rey del Norte, es hijo de Lyanna Stark (y posiblemente de Rhaegar Targaryen). De esta forma, al ser tan legítimo como cualquier otro, dicho personaje puede hacerse con el Trono de Hierro.
En 69 minutos (The Winds of Winter fue el capítulo más largo en la historia de la serie), muchas de las teorías de los fans fueron confirmadas y otras tantas historias se cerraron. Pero aún queda mucho camino por recorrer, y las preguntas e inquietudes que deja la sexta temporada recién comenzarán a develarse en abril de 2017 cuando llegue la séptima entrega.
Cabe recordar que, a diferencia de las temporadas anteriores, la séptima estará integrada sólo por siete episodios (y no los diez habituales). La misma se basará en las dos novelas finales de George R. R. Martin, aún no publicadas y las que, según se anuncia, traerán grandes sorpresas.
La sexta temporada fue memorable para los seguidores de Game of Thrones, alcanzado nuevos récords de audiencia, con una cifra de 23 millones de televidentes en todas las plataformas en las que se encuentra disponible: emisiones originales, repeticiones, grabaciones en DVR y streaming.