En el Día de San Valentín, el noviazgo de Nati Jota en 14 fotos: un amor de verano que se convirtió en una relación a distancia

La periodista relató a Teleshow cómo conoció a Bruno Siri hace más de un año. Oriundo de Chaco, el rugbier se mudó a Buenos Aires para apostar a la pareja y a su profesión. "Ganó el amor", celebró ella

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Siempre amé el amor. Lo desconocía, pero igual lo amaba. Lo amaba aún sabiendo que posiblemente así lo estuviera idealizando tanto que jamás la realidad iba a poder alcanzarlo. Y encima que a mí siempre me iba para el c…. Para el c… en serio. Me fui de vacaciones a seguir con la vida de joda que llevaba, pero esta vez fui a un lugar buenísimo con mis dos hermanas y mi mejor amiga. ‘En la pera, bebé’, pensé. Pero fue en el corazón (Foto: una de las primeras selfies que se sacó la pareja)
Siempre amé el amor. Lo desconocía, pero igual lo amaba. Lo amaba aún sabiendo que posiblemente así lo estuviera idealizando tanto que jamás la realidad iba a poder alcanzarlo. Y encima que a mí siempre me iba para el c…. Para el c… en serio. Me fui de vacaciones a seguir con la vida de joda que llevaba, pero esta vez fui a un lugar buenísimo con mis dos hermanas y mi mejor amiga. ‘En la pera, bebé’, pensé. Pero fue en el corazón (Foto: una de las primeras selfies que se sacó la pareja)
Primero fue en Miami que, sin saberlo, me despedí de mis 23 años de soltería (noviecito adolescente tampoco tuve, aclaro). Pero después llegó la Riviera Maya mexicana para cambiarme la vida para siempre. Era el segundo día de hotel en Cancún. Se armó una hermosa juntada muy cumbiera y fiestera. No soy de tomar de día pero unos cordobeses me apuraron con unos shots y cantando una de cancha, le di. Ya con el pico caliente, se me acerca un pibito a hablarme. Era grandote y potro. Me acordé que lo había mirado el día anterior en el ascensor (Foto: en sus primeras vacaciones juntos, Nati y Bruno regresaron a Cancún, en donde se conocieron)
Primero fue en Miami que, sin saberlo, me despedí de mis 23 años de soltería (noviecito adolescente tampoco tuve, aclaro). Pero después llegó la Riviera Maya mexicana para cambiarme la vida para siempre. Era el segundo día de hotel en Cancún. Se armó una hermosa juntada muy cumbiera y fiestera. No soy de tomar de día pero unos cordobeses me apuraron con unos shots y cantando una de cancha, le di. Ya con el pico caliente, se me acerca un pibito a hablarme. Era grandote y potro. Me acordé que lo había mirado el día anterior en el ascensor (Foto: en sus primeras vacaciones juntos, Nati y Bruno regresaron a Cancún, en donde se conocieron)
No sé bien qué me dijo, tenía tonada del interior, un vaso muy copado con algo que me re gustaba. Me dijo que era cuba libre. Me quedé hablando. Fuimos a servirnos más. Volvimos a hablar. Bailamos. Lo apuré a tomar un tequilazo, bailamos, hablamos. Nos servimos más. A Ese pibe me lo iba a chapar. (En la foto, Bruno aparece lastimado producto de una lesión durante un partido de Rugby)
No sé bien qué me dijo, tenía tonada del interior, un vaso muy copado con algo que me re gustaba. Me dijo que era cuba libre. Me quedé hablando. Fuimos a servirnos más. Volvimos a hablar. Bailamos. Lo apuré a tomar un tequilazo, bailamos, hablamos. Nos servimos más. A Ese pibe me lo iba a chapar. (En la foto, Bruno aparece lastimado producto de una lesión durante un partido de Rugby)
Fue anocheciendo y la juntada argentina no terminaba. Empezaron a desaparecer los grupos. Había que comer para que el alcohol no caiga mal y volver al cuba libre para salir a bailar. Se me ocurrió armar un grupo de WhatsApp entre todos. A él lo agendé como “Bruno Cancún”, porque uno nunca sabe que en el futuro no va a necesitar la referencia porque terminará guardado como “amor” (Foto: Nati y Bruno se divierten entrenando juntos)
Fue anocheciendo y la juntada argentina no terminaba. Empezaron a desaparecer los grupos. Había que comer para que el alcohol no caiga mal y volver al cuba libre para salir a bailar. Se me ocurrió armar un grupo de WhatsApp entre todos. A él lo agendé como “Bruno Cancún”, porque uno nunca sabe que en el futuro no va a necesitar la referencia porque terminará guardado como “amor” (Foto: Nati y Bruno se divierten entrenando juntos)
Ya eran como las nueve de la noche y para querer cenar, en México ya era tarde. Camino al edificio del hotel, me chapó en la zona de piletas. O lo chapé yo. Es que quizás sería romántico que me acuerde a la perfección, pero habíamos tomado como 15 cubas libres, mas el tequila. Sé que fue un besazo, pero nada mas. y tengo la imagen en mi cabeza desde donde estaba ubicada y me acuerdo como puse mis manos en su cuello (Foto: también suelen hacer ejercicio en un gimnasio)
Ya eran como las nueve de la noche y para querer cenar, en México ya era tarde. Camino al edificio del hotel, me chapó en la zona de piletas. O lo chapé yo. Es que quizás sería romántico que me acuerde a la perfección, pero habíamos tomado como 15 cubas libres, mas el tequila. Sé que fue un besazo, pero nada mas. y tengo la imagen en mi cabeza desde donde estaba ubicada y me acuerdo como puse mis manos en su cuello (Foto: también suelen hacer ejercicio en un gimnasio)
Subí a mi habitación feliz. “Amiga, creo que me gusta”. No iba a funcionar así que me bañé para salir y me llega un mensaje de él: “¿Puedo subir a darte un beso antes de salir?”. “Este pibe es joda”, pensé. Tocó la puerta, me asomo. Yo lo había conocido en malla y de playa. Morí de amor: estaba bañado, perfumado y con una camisa floreada. Nos dimos unos besos en el pasillo y se fue al boliche. Cerré la puerta de la habitación, suspiré como en las pelis: “Creo que me gusta”. Camila (mi hermana) se rió. (Foto: en octubre la periodista se achicó las lolas  y su novio viajó desde Chaco para acompañarla durante la operación y en el post)
Subí a mi habitación feliz. “Amiga, creo que me gusta”. No iba a funcionar así que me bañé para salir y me llega un mensaje de él: “¿Puedo subir a darte un beso antes de salir?”. “Este pibe es joda”, pensé. Tocó la puerta, me asomo. Yo lo había conocido en malla y de playa. Morí de amor: estaba bañado, perfumado y con una camisa floreada. Nos dimos unos besos en el pasillo y se fue al boliche. Cerré la puerta de la habitación, suspiré como en las pelis: “Creo que me gusta”. Camila (mi hermana) se rió. (Foto: en octubre la periodista se achicó las lolas  y su novio viajó desde Chaco para acompañarla durante la operación y en el post)
Habían sacado a otro distinto que el que íbamos a ir nosotras. Me chateó un poco desde el wifi que consiguió adentro. Me decía que fuera, manijeé a las chicas para ir. Lo conseguí, llegamos a la puerta y no había más capacidad. Nos fuimos a otro. La noche fue pasando, no tenía señal, seguí tomando, en la mía. Hasta que un pibe se me tira. No estaba mal, re daba para chapar, pero sentí algo que en ese momento me pareció una decisión más, pero que hoy cobra sentido. Otra piba se lo quería chapar y yo tenía la seguridad de que cuando llegara al hotel alguien me estaba esperando. “Chapatelo vos”, le dije. Suena raro, pero con música y varios cuba libre, se entiende (Foto: con los compañeros de “ESPN Redes” de Nati Jota)
Habían sacado a otro distinto que el que íbamos a ir nosotras. Me chateó un poco desde el wifi que consiguió adentro. Me decía que fuera, manijeé a las chicas para ir. Lo conseguí, llegamos a la puerta y no había más capacidad. Nos fuimos a otro. La noche fue pasando, no tenía señal, seguí tomando, en la mía. Hasta que un pibe se me tira. No estaba mal, re daba para chapar, pero sentí algo que en ese momento me pareció una decisión más, pero que hoy cobra sentido. Otra piba se lo quería chapar y yo tenía la seguridad de que cuando llegara al hotel alguien me estaba esperando. “Chapatelo vos”, le dije. Suena raro, pero con música y varios cuba libre, se entiende (Foto: con los compañeros de “ESPN Redes” de Nati Jota)
La noche siguió. Debemos haber vuelto cuando cerró el boliche, como casi siempre. Mi norte estaba claro: Bruno. Pero él no tenía batería o señal. Empecé a mandar mensajes que no le llegaban. Le escribí al Oso (el amigo) y tampoco. Quería verlo sí o sí. Bajé a recepción: “Hola, necesito saber el número de habitación de un Bruno del segundo piso”. “No le podemos dar esa información”. Entonces, hice algo patético. Chapeé con mi pulsera VIP del hotel, que encima había conseguido chapeando con que en Argentina era conocida. Hermoso papelón. También fracasé. El amigo me empezó a responder y me los crucé en el ascensor. Si cuento la charla, sería mentira. No me acuerdo. También quedaría raro quizás una conversación en la que se da por hecho que estoy yendo a su habitación sin decir nada. Su amigo naturalmente dijo que se iba a dar unas vueltas por el hotel. A las seis de la mañana. Lo queremos. (Foto: En Chaco, Bruno jugaba en CURNE y Nati lo alentaba desde la tribuna. Salió campeón mientras ella estaba en Rusia)
La noche siguió. Debemos haber vuelto cuando cerró el boliche, como casi siempre. Mi norte estaba claro: Bruno. Pero él no tenía batería o señal. Empecé a mandar mensajes que no le llegaban. Le escribí al Oso (el amigo) y tampoco. Quería verlo sí o sí. Bajé a recepción: “Hola, necesito saber el número de habitación de un Bruno del segundo piso”. “No le podemos dar esa información”. Entonces, hice algo patético. Chapeé con mi pulsera VIP del hotel, que encima había conseguido chapeando con que en Argentina era conocida. Hermoso papelón. También fracasé. El amigo me empezó a responder y me los crucé en el ascensor. Si cuento la charla, sería mentira. No me acuerdo. También quedaría raro quizás una conversación en la que se da por hecho que estoy yendo a su habitación sin decir nada. Su amigo naturalmente dijo que se iba a dar unas vueltas por el hotel. A las seis de la mañana. Lo queremos. (Foto: En Chaco, Bruno jugaba en CURNE y Nati lo alentaba desde la tribuna. Salió campeón mientras ella estaba en Rusia)
Me fui con él ese primer día, esa noche, en contra de todos los pronósticos de mi mamá, en contra incluso de mis propios prejuicios. En algún momento de la mañana, volvió el amigo y se acostó con nosotros. Dormimos los tres juntos. Bruno en el medio abrazándome y el Oso del otro lado. A las 10, encaré para mi habitación. Es difícil dormir bien en esa situación. Cuando el alcohol baja ya no resulta tan cómodo, o quizás uno empieza a hacer preguntas al pedo y es por eso que se siente extraño. Además, tenía mal aliento. Estaba con la ropa de boliche así que le pedí algo para volver a mi habitación. Me dio una remera. (Foto: Cuando Bruno no viajaba a Buenos Aires, Nati lo visitaba en Chaco)
Me fui con él ese primer día, esa noche, en contra de todos los pronósticos de mi mamá, en contra incluso de mis propios prejuicios. En algún momento de la mañana, volvió el amigo y se acostó con nosotros. Dormimos los tres juntos. Bruno en el medio abrazándome y el Oso del otro lado. A las 10, encaré para mi habitación. Es difícil dormir bien en esa situación. Cuando el alcohol baja ya no resulta tan cómodo, o quizás uno empieza a hacer preguntas al pedo y es por eso que se siente extraño. Además, tenía mal aliento. Estaba con la ropa de boliche así que le pedí algo para volver a mi habitación. Me dio una remera. (Foto: Cuando Bruno no viajaba a Buenos Aires, Nati lo visitaba en Chaco)
Qué copado todo. Pero ahora venía lo de siempre: el desencanto. Le escribí como una insegura de mierda, pero no tanto como para mandarme al frente como una idiota. “Che, ¿la pasaste bien? Te pregunto ahora porque en la vida real me da verguenza”; “Amor, sí. Me encantó. ¿A vos?”; “También”. Seguimos noviando todo el viaje, salíamos pero menos y en conjunto los dos grupos. (Foto: una de las primeras fotos que se sacaron cuando comenzaron a viajar para verse)
Qué copado todo. Pero ahora venía lo de siempre: el desencanto. Le escribí como una insegura de mierda, pero no tanto como para mandarme al frente como una idiota. “Che, ¿la pasaste bien? Te pregunto ahora porque en la vida real me da verguenza”; “Amor, sí. Me encantó. ¿A vos?”; “También”. Seguimos noviando todo el viaje, salíamos pero menos y en conjunto los dos grupos. (Foto: una de las primeras fotos que se sacaron cuando comenzaron a viajar para verse)
A mí siempre las cosas me salen mal. Cuando me gusta alguien él no gusta de mí, o me pongo pesada, la cago y él deja de gustar de mí. O a mí me empieza a parecer un pelot… y dije “Bueno, ya está por suceder”. No sucedía. Cuando terminaron las vacaciones, yo me volví a Buenos Aires y él, a Chaco. Ahí dije “fue hermoso, pero ya está. Lamentablemente va a ser otra historia frustrada de mi vida”. Él me dejó su remera con su perfume y por más que seguíamos hablando, yo no creía que esta vez me fueran a salir bien las cosas y que por fin me tocara lo que estaba soñando hace tanto tiempo. (Foto: Nati y Bruno viajaron a Playa del Carmen y visitaron a los tíos de la periodista, Paola y César)
A mí siempre las cosas me salen mal. Cuando me gusta alguien él no gusta de mí, o me pongo pesada, la cago y él deja de gustar de mí. O a mí me empieza a parecer un pelot… y dije “Bueno, ya está por suceder”. No sucedía. Cuando terminaron las vacaciones, yo me volví a Buenos Aires y él, a Chaco. Ahí dije “fue hermoso, pero ya está. Lamentablemente va a ser otra historia frustrada de mi vida”. Él me dejó su remera con su perfume y por más que seguíamos hablando, yo no creía que esta vez me fueran a salir bien las cosas y que por fin me tocara lo que estaba soñando hace tanto tiempo. (Foto: Nati y Bruno viajaron a Playa del Carmen y visitaron a los tíos de la periodista, Paola y César)
El siguiente viernes que volvimos de Cancún, él viajó a Buenos Aires a pasar el fin de semana conmigo. Nos quedamos en un hotel. La pasamos re bien. Para mí, eso fue clave para que se pueda armar la historia y ser novios. Porque si hubieran pasado dos o tres semanas que él no venía o yo no iba, íbamos a seguir chateando pero se iba a ir perdiendo todo. Con el tiempo me di cuenta que fue muy importante. Yo viajé dos semanas después y ahí nos pusimos de novios, aunque nosotros contamos nuestro aniversario el 6 de enero que fue el día que nos conocimos y no nos separamos más. (Foto: durante una reunión con los compañeros de “ESPN Redes”)
El siguiente viernes que volvimos de Cancún, él viajó a Buenos Aires a pasar el fin de semana conmigo. Nos quedamos en un hotel. La pasamos re bien. Para mí, eso fue clave para que se pueda armar la historia y ser novios. Porque si hubieran pasado dos o tres semanas que él no venía o yo no iba, íbamos a seguir chateando pero se iba a ir perdiendo todo. Con el tiempo me di cuenta que fue muy importante. Yo viajé dos semanas después y ahí nos pusimos de novios, aunque nosotros contamos nuestro aniversario el 6 de enero que fue el día que nos conocimos y no nos separamos más. (Foto: durante una reunión con los compañeros de “ESPN Redes”)
Ahí empezamos a ir y venir. Primero con dos o tres semanas de separación y después de que yo viajé al Mundial de Rusia 2018 empezamos a vernos más seguido. Yo reconozco que me empezó a costar más porque me terminé de enamorar y necesitaba verlo más seguido porque nos extrañábamos mucho. Entonces, empezamos a vernos todos los fines de semana, pero también era un gasto. Y, sino, cada dos semanas, pero ya tres era una eternidad, lo que al principio de la relación era normal. (Foto, de izquierda a derecha: Mauro -hermano de Bruno, que también es cantante en “Viento norte”-, su novia Camila, Bruno, Nati, Marcela -hermana de Bruno- y su marido Beto)
Ahí empezamos a ir y venir. Primero con dos o tres semanas de separación y después de que yo viajé al Mundial de Rusia 2018 empezamos a vernos más seguido. Yo reconozco que me empezó a costar más porque me terminé de enamorar y necesitaba verlo más seguido porque nos extrañábamos mucho. Entonces, empezamos a vernos todos los fines de semana, pero también era un gasto. Y, sino, cada dos semanas, pero ya tres era una eternidad, lo que al principio de la relación era normal. (Foto, de izquierda a derecha: Mauro -hermano de Bruno, que también es cantante en “Viento norte”-, su novia Camila, Bruno, Nati, Marcela -hermana de Bruno- y su marido Beto)
Los primeros cuatro o cinco meses sabíamos que así era nuestra relación y decíamos que tenía que haber una luz al final del túnel. Después del Mundial empezó a tomar forma el hecho de que él viniera a vivir a Buenos Aires. Bruno juega al rugby, así que va apostó a vivir acá para crecer y ponerse un desafío. Está entrenando en el Club Atlético San Isidro (CASI), y aunque vive con un amigo, desde que llegó dormimos todas las noches juntos porque Nuestro proyecto a futuro es convivir. De esta forma, estoy acostumbrándome a un noviazgo normal, porque antes era aprovechar un montón el tiempo que teníamos juntos ya que estábamos a la distancia. Ahora, volviendo a dividir el tiempo como una pareja normal y como yo nunca tuve otro novio, es todo nuevo para mí. Lo importante es que después de un año de novios, ganó el amor y estamos juntos sin esperar a que llegue el fin de semana para que alguno viaje a visitarnos. (Foto: en el casamiento de un compañeros de Nati de “ESPN Redes”)
Los primeros cuatro o cinco meses sabíamos que así era nuestra relación y decíamos que tenía que haber una luz al final del túnel. Después del Mundial empezó a tomar forma el hecho de que él viniera a vivir a Buenos Aires. Bruno juega al rugby, así que va apostó a vivir acá para crecer y ponerse un desafío. Está entrenando en el Club Atlético San Isidro (CASI), y aunque vive con un amigo, desde que llegó dormimos todas las noches juntos porque Nuestro proyecto a futuro es convivir. De esta forma, estoy acostumbrándome a un noviazgo normal, porque antes era aprovechar un montón el tiempo que teníamos juntos ya que estábamos a la distancia. Ahora, volviendo a dividir el tiempo como una pareja normal y como yo nunca tuve otro novio, es todo nuevo para mí. Lo importante es que después de un año de novios, ganó el amor y estamos juntos sin esperar a que llegue el fin de semana para que alguno viaje a visitarnos. (Foto: en el casamiento de un compañeros de Nati de “ESPN Redes”)

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