El encuentro de Érica Rivas y Miranda de la Serna con Teleshow
Bruja cuenta la historia de Selena, una madre soltera que vive con su hija Belén en una humilde chacra en una zona rural. La mujer carga con la bien ganada fama de ser la bruja del pueblo ya que tiene un amplio conocimiento de magia negra, aunque jamás la use para lastimar a otros. Cuando Belén es secuestrada junto a otras amigas por una red de prostitución, Selena se ve obligada a hacer lo que no quiere: usar todos sus conocimientos místicos para encontrar a su primogénita.
En el filme de Marcelo Páez Cubells, Érica Rivas es Selena. Y Miranda de la Serena, su hija en la vida real (fruto de su relación con Rodrigo de la Serna), se pone en la piel de Belén. Juntas recibieron a Teleshow, para acercar detalles de Bruja.
El tráiler de "Bruja"
—Érica, cuando te llega un libro con elementos fantásticos como es el caso de Bruja, ¿qué es lo primero que pensás?
—Pienso en mis capacidades expresivas: si puedo llegar a lo que me está planteando ese guión. Y también las ganas de probar cosas que por ahí nunca te tocan hacer. Entonces, me da muchas ganas de probar posesiones y pócimas mágicas, o cómo es el cuerpo de esa mujer.
—Es verdad lo que decís, es muy difícil que te lleguen libros en los que podes hacer este tipo de cosas y te abre un abanico de posibilidades histriónicas que, a lo mejor, otros personajes más realistas no.
—Los personajes realistas nunca tienen una posesión (risas). Aunque hay algunos que sí…
—Contanos, Miranda, ¿cómo fue encarar este personaje que está alejado de vos? Es un personaje de ficción pero a la vez tiene una conexión muy real: tu mamá hace de tu mamá.
—Una parte estaba trabajada: ya tenemos el vínculo de madre-hija, entonces no necesitamos juntarnos a "hacer de…" madre e hija.
—¿Y se llevaban el trabajo a casa? En este caso no hay desconexión.
—Era lo mismo, en cierto punto. Éramos personajes diferentes pero sí era la misma relación.
—Para vos, Érica, ¿qué fue lo más difícil del carácter del personaje?
—Lo más difícil para mí fue tratar de llegar a ese dolor, al dolor que puede sentir una persona a la que le sustraen un hijo. Es algo de lo que decidí distanciarme por autodefensa, y ver cómo lo encaraba con la técnica.
—El personaje de Miranda, Belén, es una chica que está totalmente desconectada de la tecnología por su crianza y se ve deslumbrada por lo que le promete el personaje masculino, permitiéndole pensar en un futuro fuera de ahí.
Miranda: —Creo que el personaje quería ese trabajo para poder ayudar en su casa o para comprarse su propio celular.
Érica: —De esta manera operan las redes de trata con mujeres vulnerables, que necesitan un empleo, de pueblos chicos a las que les prometen un trabajo en otro lado. Por eso nosotras venimos con las chicas de la Línea 145 (para asistencia y denuncias por trata de personas) para denunciar y visibilizar la problemática.
—Para cerrar, es muy interesante cómo la película deja en claro que la bruja no es la villana, sino que los malos son los que están detrás de todo este entramado. La maldad viene por ahí.
Érica: —La trata no existe sin apoyo del poder. Es una de las redes que más dinero genera. Sin la complicidad de los estados o de las iglesias, esto no sucede.
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