El tráiler de "Ted Bundy: durmiendo con el asesino"
En plenos años 70, una joven madre soltera comienza una relación con un estudiante de abogacía apuesto y amable. Pronto descubrirá que bajo esa fachada se esconde un asesino salvaje, un depredador sanguinario extremadamente cruel, malvado y perverso.
El documentalista Joe Berlinger había impactado con la serie Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy, en la que exploraba la mente de uno de los maníacos más famosos de la historia del crimen.
Si esos cuatro capítulos lograban erizar la piel por la frialdad con que Bundy se movía, esta película realizada por el mismo cineasta se presenta como un trabajo complementario narrado desde la mirada de la mujer que formó pareja con él, en un tour de pesadilla en el que la muchacha pasará de la incredulidad al espanto.
Zac Efron es una elección acertada para darle vida al serial killer ya que una de las artimañas que utilizaba para cazar a sus víctimas era su encanto y belleza física. Bundy era un lobo con piel de cordero y el protagonista capta esa esencia a la perfección.
A su vez el realizador opta por no caer en los lugares comunes de los filmes sobre asesinatos o misterios, dejando los hechos sangrientos siempre fuera de campo y generando ciertas dudas sobre la real culpabilidad del protagonista. La originalidad también pasa por mostrar el costado cotidiano del monstruo, sin por eso llegar a humanizarlo ni ensalzarlo. Hay desde la puesta en escena, un claro estilo documental, con una fotografía plagada de granos y colores estridentes que apoyan la fantástica reconstrucción de época.
Y si como dijimos que Efron está genial, Lilly Collins no desentona para nada, su interpretación cargada de sentimiento, incrédula, naif y por momentos furiosa, lidiando con la culpa y las dudas acerca del hombre con el que compartió el lecho, es la más empática del cast. Kaya Scodelario también le pone el cuerpo a un papel exigente como una groupie dispuesta a todo y obsesionada con Bundy.
John Malkovick como el juez encargado de impartir justicia logra repetir el tono y la personalidad del personaje real, un hombre que maneja la ironía y jamás pierde el sentido común.
Interesante, bien narrada, intensa y por momentos conmovedora, la película además recrea escenas de la vida real a la perfección, imágenes del juicio que fue un acontecimiento televisivo en los ochenta y material de archivo con Ted Bundy haciendo su show. Un filme que aborda el costado más oscuro de la mente criminal, pero también la fascinación y la curiosidad que estos depredadores despiertan.
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