Entrevista exclusiva de Teleshow con James Wan
Tras ganar fama internacional siendo guionista, productor y director de franquicias del género como El juego del miedo y La noche del demonio, el australiano de origen malayo James Wan se ha convertido en un referente indiscutido.
La legión de seguidores que aman sus películas se ha incrementado desde que en 2013 comenzó con la saga El conjuro, filmes basados en las experiencias paranormales del matrimonio de demonólogos Ed y Lorraine Warren.
Entre los subproductos surgidos de este universo terrorífico se destacan las películas de Annabelle, una muñeca maldita que estrena por estos días su tercera parte, Annabelle 3: Viene a casa. En Los Ángeles, Wan, quien también dirigió la súper taquillera Aquaman, habló con Teleshow sobre su trabajo en la pantalla grande.
—La primera pregunta tiene que ver con Annabelle, que estuvo en este universo desde la primera película, ¿recordás cuál fue tu primer contacto con la historia real de la muñeca?
—Cuando escuché por primera vez de los Warren, una de las primeras cosas que aprendí es que uno de los casos que investigaban involucraba una muñeca poseída. Para empezar, soy un gran admirador de los Warren, y me encantan las muñecas espeluznantes y aterradoras, así que la idea de que ambos estuvieran juntos en una película me entusiasmaba mucho. Y eso fue uno de los principales motivos para querer sumarme.
—¿Cuán cercano a Lorraine Warren (fallecida recientemente) trabajaste durante estos años, a través de estas películas?
—Tratamos de hablar con Lorreine tanto como pudiéramos. Quería tomar el máximo de inspiración y llegué a encontrarme bastante, quería absorber de su vibra, su energía y su espíritu. Y es fantástico, queríamos que fuera fidedigno para honrar a los Warren, a Ed y Lorraine y ser veraz a estos personajes, a quiénes son. Poder pasarla bien con ellos pero también honrar lo que hicieron.
—Sos especialista en este tipo de películas, ¿qué es lo más difícil de hacer una película de terror?
—Siempre tratás de presentar diferentes piezas, sustos y eso puede volverse complicado. Especialmente si ponés varias. Pero creo que las películas son los suficientemente diferentes entre sí, ya sea La Monja, o las películas de El conjuro o Annabelle, se basan en diferentes personajes y eso nos permite crear diferentes ideas y sustos, basándonos en algo que es específico de la película que estamos haciendo. Y eso realmente ayuda. Es una de las cuestiones más complicadas, pero lo otro que siempre queremos hacer bien es estar seguros de que creamos personajes que a la gente le gusten.
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