Maxi Espíndola y Agustín Bernasconi supieron desde chicos que lo suyo era la música, pero la puerta de entrada al mundo del espectáculo fue la actuación. Se conocieron en Aliados, de Cris Morena, donde forjaron una amistad que pronto se convirtió en proyectos y canciones. Ya consolidado como dúo, MYA suena en todos lados. Su primer disco, titulado Hoy (2019), contó con la colaboración de artistas como Pedro Capó, Abraham Mateo y Rombai. De ahí en más, todo fue crecimiento y actualmente disfrutan del éxito de “Bikini”, que se perfila como uno de los temas del verano de la mano de un challenge en que famosos y anónimos se animan a hacer los pasitos, furor en TikTok.
—¿Qué les pasa con la repercusión que tienen los challenges, y que les lleguen videos de chicos, chicas, que los aman?
Agustín: —Es la parte más linda de todo, el fruto del trabajo. Los shows en vivo también, porque nos podemos encontrar con el público, verlos cantar nuestras canciones. Y cuando nos mencionan en los challenges nos mandan mensajes de diferentes partes del mundo, muchos del interior del país.
Maxi: —Yo siento que el challenge lo bueno que tiene, por lo menos los nuestros, es que intentamos que sean fáciles y para toda la familia. Sabés que siempre te vas a terminar divirtiendo.
—El video de “Bikini” con Pachu Peña y Pablo Granados en Mar del Plata está buenísimo. ¿La pasaron bien grabándolo?
Maxi: —Sí, la verdad que sí. Fue bastante pensado, en el sentido de que era una canción bien veraniega, se llamaba “Bikini”, ya tenía un nombre súper verano, y para el video queríamos hacer algo no tan urbano. La idea era llevarlo para otro lado, más humorístico.
Agustín: —La canción en sí tiene como mucho de nuestro país, ¿viste?, como lo que vos decías de Mar del Plata, de una cosa, la otra. Entonces sumarlos a ellos, que siento que desde el lado humorístico son como los próceres, cerraba perfecto.
—Ustedes viven un momento de la industria musical diferente. Hay temas con 275 millones de reproducciones. ¿Cómo procesan esos números?
Agustín: —No somos de estar tan pendientes de los números. Obviamente cuando se lanza una canción vemos lo que va pasando con el tema. Pero no somos de volvernos locos ni comparar. Es muy lindo el reconocimiento, hay canciones a las que les fue mejor que a otras y eso lo decide la gente.
—Ahora hay una democratización de los contenidos pero también una demanda constante de canciones nuevas. ¿Se disfruta igual el proceso?
Maxi: —Sí, en cada lanzamiento intentamos hacer el foco en disfrutarlo primero y estar 100% contentos con la canción. Eso es fundamental para nosotros. Y después de ahí, disfrutar un poco de la reacción de la gente de acuerdo a cómo tome cada canción. Hay canciones que son para bailar, canciones que están pensadas para que puedan funcionar en un boliche o en una previa. Y hay otras: también nos gustan las baladas y las melódicas.
—¿Cuál es la preferida?
Maxi: —Mirá, en este momento la que más estoy escuchando es “Bikini” no porque sea el single, te lo digo posta, es una de mis canciones preferidas de MYA. Y también “2:50″. Creo que representan mucho al dúo: las dos tienen una identidad bien marcada y eso es lo que nosotros más trabajamos durante los años que tiene MYA, el ir forjando ese sonido.
—¿Hoy se puede lanzar un tema sin video?
Agustín: —Cien por ciento. Hay un montón de canciones que han sonado muchísimo y han tenido un video lyric nomás, con la letra.
Maxi: —”Si me tomo una cerveza” es un ejemplo: nuestros amigos de Migrantes la lanzaron con una foto que se sacaron en el fondo de su casa.
Agustín: —Y fue un tema que estuvo número 1 en Argentina durante mucho tiempo. Son esas cosas que pasan con las redes que a veces uno no logra entender. No hay una fórmula: la gente toma una canción, se encariña y sucede.
—Es como que sacan una canción y no saben lo que va a pasar, ¿no?
Maxi: —Todos los pasos previos y después de lanzar la canción son importantes porque uno trata de abarcar cada detalle, pero al fin y al cabo esa conexión, que se genere con el público, es algo medio mágico.
Agustín: —También ahora se usa un poco más lo de lanzar de a singles, entonces eso te permite jugar un poco más. Antes por ahí era editar un disco, que está buenísimo también, pero quizás no sé, el álbum no conectaba tanto con la gente porque son 12 temas los que hiciste.
—¿Existe otra solidaridad en esta generación de artistas, con tantas colaboraciones, que antes no había?
Agustín: —Sí. Indudablemente, hay como una energía muy positiva. Y siento que en Argentina está muy fuerte el hecho de compartir con artistas, algo que nos encanta. También te ayuda en cuanto a su público, porque empezás a unir públicos. Hoy en día se rompió un poco la barrera de los géneros y el encasillarse. Antes no pasaba mucho lo de las colaboraciones, y cuando se hacía era con alguien del mismo estilo: el del folclore con otro de folclore, así. Ahora nosotros podemos hacer un tema con Abel (Pintos) y después con Duki, que no tienen nada que ver, y ellos podrían tener un tema juntos.
—¿Con quién sueñan grabar?
Maxi: —Bueno, hay muchos artistas que nos gustan. De acá, con María (Becerra), con Tiago PZK. De afuera, por ahí Morat estaría bueno. Depende mucho también de la canción y de lo que sintamos en ese momento.
—¿Cuándo deciden que un tema ya está listo?
Agustín: —Cuando escribimos una canción nos suele pasar que te enamorás rápido del tema, porque es lo más nuevo. Pero hacemos un ejercicio buenísimo que es dejarlo enfriar un poco, que pase la emoción. Lo dejamos un par de días; lo volvemos a escuchar con nuestro equipo; gracias a Dios tenemos a la gente de Sony que nos ayuda muchísimo. Nuestro equipo más íntimo también: siempre está colaborando, opinando. Y ahí, bueno, arrancan un montón de otros procesos: la mezcla, el máster. Podés estar infinitamente corrigiendo cosas. Hasta que llega un punto donde decimos: “Muchachos, la fecha límite es pasado mañana, tenemos que entregar todo”.
—¿Y los actores cómo andan?
Agustín: —No sé, no vinieron hoy (risas).
Maxi: —Yo siento que la actuación fue un momento muy lindo que nos enriqueció cuando recién veníamos para acá. De hecho nos conocimos en el proyecto Aliados, que nos hizo crecer en muchos aspectos: trabajar en grupo, con gente nueva y todo. Pero siempre lo nuestro fue más la música, desde chiquitos. No quiere decir que se cierre la puerta de la actuación, porque por ahí hay algún proyecto que nos llame la atención o se pueda hacer en combinación con la música.
—¿Nunca se les había ocurrido actuar?
Agustín: —No. De hecho, cuando me llaman de lo de Cris Morena la primera vez yo les dije: “Mirá que yo nunca actué en mi vida...”. O sea, no tengo ni idea de actuación.
—¿Y cómo fue que te llamaron?
Agustín: —Fue muy loco. Yo había estado en Soñando por Cantar, me había ido muy bien. Vivía en un pueblo de Córdoba de 3.000 habitantes que se llama Villa Rumipal, un hermoso lugar. Y claro, ellos habían visto que era de ahí y no podían dar conmigo entonces llamaron a la Municipalidad. Imaginate, se empezó a correr la bola y en dos segundos ya sabía todo el pueblo.
—¿Cómo siguió todo?
Agustín: —Me vine para Buenos Aires, estuve con Cris, charlamos un montón. Antes habíamos tenido una charla cada dos semanas, hacíamos un Zoom y me preguntaba cosas de mi día a día, ¿viste? Yo no sé si había cumplido 15 años todavía. Me hicieron un casting acá y me dejaron tres meses en los talleres. Fue ahí donde yo les dije que no sabía actuar, pero me prepararon de una forma en que, creo, que pude zafar (risas).
—¿Y en el caso de Maxi, cómo fue el camino?
—En 2005 estuve en un reality del programa de Susana Giménez, el Mini Music. Después en El casting de la tele. Era muy chico y bueno, después me pasó exactamente lo mismo que contaba Agus recién: estuve en el Soñando, a los días llamó Cris. En mi caso llamó al diario La Gaceta, de Tucumán, porque soy de allá.
—¿Te instalaste en Buenos Aires por Aliados también?
—Sí. Cuando vinimos a hacer los talleres, ahí ya nos ponen a vivir juntos. Con Julián Serrano también, y Eliseo, que era un santiagueño. Fue un momento clave de nuestras vidas. Imaginate, éramos todos adolescentes viviendo algo único y creciendo, porque eran muchas horas de grabación. Nos despertábamos temprano e íbamos a grabar todos los días y volvíamos a las siete de la tarde.
—Después vino Soy Luna también, otra bomba.
Agustín: —Soy Luna fue apenas terminé Aliados, yo creo que habían pasado pocos meses cuando me escribieron para hacer un casting. Fue un proyecto enorme.
—¿Entonces no vivieron mucho eso de ser rebotados en los castings?
Maxi: —A mí me rebotaron un par de veces.
Agustín: —Sí. Bueno, yo venía un poco más del palo del folclore, cantaba allá, y antes había hecho solo el de Talento Argentino. Recuerdo que ahí me había pegado una frustrada terrible. Yo tenía casi 10 años, me había ido muy bien en el casting, cantaba con la guitarra, todo. Y me la habían pintado como que estaba todo bien. Volví al colegio, les conté a todos mis compañeros que iba a estar en la tele y después me limpiaron.
Maxi: —(Risas) A mí me pasó exactamente lo mismo con el mismo programa.
—Hay como una suerte de destino que los reunió.
Maxi: —Total. Y siento que más allá de los proyectos, los cuales nos unieron, lo principal fue que durante el proceso de Aliados forjamos una amistad muy fuerte, porque terminó el programa y seguimos siendo amigos. Agus estaba grabando Soy Luna, hizo tres temporadas, y nos seguíamos juntando casi todos los días a tocar la guitarra, a cantar.
Agustín: —De hecho ahí pensamos en formar el dúo. Yo todavía tenía contrato con Soy Luna, Maxi estaba grabando en Nickelodeon, pero nos seguía tirando la música. Y justo YouTube estaba empezando a pegar fuerte con lo musical, entonces decidimos juntarnos para hacer al menos unos covers.
—¿Ahora están noviando, en qué andan?
Agustín: —Solos como loco malo, los dos (risas).
Maxi: —Estamos solteros.
Agustín: —Disfrutando un poco la soltería. Viste que es por épocas también. Estamos a full trabajando. Tocamos todos los fines de semana.
—Pero mensajitos deben recibir en las redes.
Agustín: —Sí, mensajitos sí.
Maxi: —Recibimos. Mandamos. ¿Por qué no? (Risas).
Agustín: —También. Mandamos más de lo que recibimos (risas).
—¿Cómo vienen los MYA para este 2023?
Maxi: —Tenemos muchas ganas de salir de gira en 2023.
Agustín: —A full. Bueno, creo que justo en esta época del año uno hace un poco el balance del año y estamos muy felices con todo lo que pasó en este 2022. Somos también de ver el crecimiento, y eso está bueno. Creo que se viene un año lindo, con más música. Ojalá que nos sigamos encontrando con más artistas. Que sigamos compartiendo.
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