Está feliz. Cuando habla de su nuevo disco, a María Becerra le brillan los ojos de la misma manera que cuando se refiere a J Rei, su actual pareja, de quien confiesa estar “muy enamorada”. No es casualidad que “Desafiando el destino” y “Cuando hacemos el amor” sean sus temas favoritos.
Se muestra plena. Espontánea y transparente. Como si no sintiera sobre sus hombros el peso que implican las más de mil millones de visualizaciones en YouTube que acumula su obra. Becerra vive un presente magnífico. Con 22 años, se ha ubicado en el puesto 196 de reproducciones a nivel mundial en Spotify. Y no hay bar, boliche o radio en el que no suene “Ojalá” o “Automático”.
La sonrisa en su rostro refleja la satisfacción que le dejó su segundo álbum. “Quería ser yo, María, La Nena de Argentina, y fluir”, le dice a Teleshow, con una sinceridad que va acompañada por el carisma que la caracteriza. Su arte es completo: en su repertorio hay bachata, cumbia, pop, reggaetón, trap y baladas acústicas, entre otros géneros. Un trabajo con dedicación, sacrificio y pasión. Como dice uno de sus hits: “Vamos a meterle gasolina, porque este Ferrari-ari sabés que es made in Argentina…”.
—¿Es difícil que esté la vara tan alta cuando lanzás La Nena de Argentina? Los números de reproducciones en las plataformas es impresionante...
—La verdad que es un montón. A veces ser consciente de eso es terrible. Creo que inevitablemente te pone una presión, aunque trato de no sentirme presionada, porque ahí pueden salir las fallas. Siempre pasa.
—¿Y cómo lo lográs? ¿Cómo hacés para disfrutar de un lanzamiento sin estar mirando los números?
—Soy una persona que nunca le prestó atención a los números: nunca chequeo cuántas visitas tiene una canción o cuántos oyentes tengo. Si te soy sincera, no sé la cifra exacta de cuántos oyentes tengo.
—Yo te lo puedo decir: son una barbaridad, son un montón.
—Sí, son un montón... Son como veintipico de millones. Pero creo que la clave es no presionarse, no obsesionarse con los números. A veces siento que hay canciones que vas a sacar y no van a ser las más escuchadas. Hay que saber que el mejor artista no siempre es el más escuchado. En muchos casos pasa que el más escuchado no siempre es el mejor. Para mí está bueno buscar ser la mejor versión de una en lo profesional y en lo personal, sin guiarse por los números, o si pega o no pega algún tema.
—¿Fue buscado este éxito, o este fenómeno de María Becerra se debe a que disfrutás de tu trabajo sin darle importancia a los números?
—No, no fue buscado. Es decir, siempre se busca que a uno le vaya bien. Y quiere eso: que la gente te reconozca, que te digan que lo que hiciste está lindo. La aceptación también es parte de la vida y está bueno sentirse así. El reconocimiento al trabajo está buenísimo. Conozco a muchos artistas que les ha pasado que tuvieron sus hits y después de eso no sacaron música por un año o no volvieron a sacar una canción en su vida. O reaparecieron después de mucho tiempo y sufrieron durante ese proceso. Tal vez tenían en su mente la idea de superar este hit y no lo lograron. La realidad es que nunca sabés si la canción que estás haciendo va a ser mejor que la anterior. No está bueno perseguirse con esas cosas. Simplemente la música se trata de emociones, de lo que uno siente, de hacerlo con el corazón.
—Está buenísimo que siendo tan joven y en tan poco tiempo hayas entendido cómo funciona la industria. ¿El proceso de La Nena de la Argentina se disfrutó?
—Sí, mucho. Lo hicimos en una casa en un campo de Luján. Fue hermoso. Estábamos en medio de la nada, muy lejos de la ciudad. Y fue precioso. Sentí una conexión muy linda. Nos despertábamos temprano, desayunábamos juntos y después nos desvelábamos hasta cualquier hora haciendo música. Además, como fue en invierno, estábamos con una chimeneíta muy linda. Fue todo muy familiar.
—¿Cuándo soltás un tema? ¿Cuándo decís: “Listo, es así”?
—A veces me cuesta un poco; otras veces no tanto. Creo que a los que les duele soltar y decir que el tema ya está listo, es a los productores. Ellos saben que siempre le pueden agregar algo más. Pueden cambiar algo que lo mejore. A ellos les ha costado mucho, a mí no tanto, pero tengo que quedar conforme con la letra, las armonías, los colchones de voz... Cuando estoy conforme con todo lo relacionado a lo vocal, ya estoy satisfecha. En ese momento suelto la letra. Y lo musical, lo vamos viendo con los productores.
—¿Cuál de estos 12 temas tiene tu corazoncito?
—Hay dos que son muy especiales para mí: “Desafiando el destino” y “Cuando hacemos el amor”. Son muy especiales porque tienen una historia detrás. Son muy personales.
—Contame todo.
—”Desafiando el destino” la escribí para mis papás. Obviamente es muy especial, porque es como una reflexión y un llamado de atención que me hago a mí misma. La canción empieza diciendo: “Hoy me llamaste como cinco veces, pero no me atendiste”, y es algo que me pasa usualmente con mi mamá. Ese día estábamos en el estudio y ella me había estado llamando todo el día. Yo le había dicho: “Má, no te puedo atender, estoy trabajando”. “Bueno, hijita, avisame cuando estés desocupada”, me respondió. Y ahí nació la idea de la canción. Fue como un llamado de atención. Y a veces me tomo cinco minutos para atenderla, charlar, decirle que la amo, y sigo con lo que estoy haciendo. Una nunca sabe lo que pueda pasar y hay que valorar a la gente mientras tanto…
—Tenerlos, ¿no? El agradecimiento a todo el recorrido.
—Sí. Muchas veces pasa eso que quizás al sentirse tan confiada de que siempre van a estar, pase lo que pase, no los valora de la misma forma. Y son tus viejos. Ellos siempre están. Es tu familia, son incondicionales. No hay que olvidarse.
—¿Y “Cuando hacemos el amor”?
—Esa es una canción que escribí para mi pareja. Es muy especial. Es todo lo que yo siento por él y lo que me hace sentir.
—Estás enamoradísima...
—Sí.
—Te brillan los ojitos de una manera...
—Sí, sí... La verdad es que estoy muy enamorada. Soy así. Cuando me enamoro, me enamoro full. Soy muy intensa. Por un lado está muy bueno, pero por otro no sé qué tanto. Es como que ya no lucho contra eso. Soy así y ya está. Soy intensa, y me gusta.
—Qué importante llevarse bien con uno mismo.
—Sí obvio. Estoy trabajando bastante mis defectos, y trato de resaltar mis cosas lindas. Es algo que la psicóloga me dijo, porque amo de esa forma y no está mal. Me considero una persona muy sana, no soy celosa, no soy tóxica... Como que soy muy tranqui con todo.
—Los vi en Tik-Tok bailando en vacaciones.
—Sí, estoy súper enamorada. Mi familia también está bien. Fue el primer cumpleaños de mi sobrinita, así que súper feliz.
La era de la madurez
A diferencia de su primer disco, en el que tuvo que elaborar un repertorio a contratiempo debido a las exigencias del público y su agenda repleta de recitales, La Nena de Argentina fue una producción con más sentimiento. En su segundo álbum no sufrió las presiones que le demandaban la industria. Aquella artista “que la había pegado durante la pandemia”, necesitaba material propio para subirse a los escenarios. Una situación que le generó varias interrogantes “¿Cuánto tiempo debe durar un espectáculo? ¿Una hora y media estará bien? Si no tengo tantas canciones para cantar durante ese tiempo... ¿qué voy hacer?”, fueron algunos pensamientos que sobrevolaron su cabeza. “Llevaba como 200 años haciendo música, pero nunca había hecho un show mío”, explicó con una naturalidad cautivadora. En cambio, en esta ocasión “todo fue mucho más relajado”, y se tomó seis meses para priorizar y garantizar la calidad de su obra.
—Decidiste las canciones y te mostraste con un repertorio que involucra distintos ritmos. Hay una búsqueda muy bien lograda.
—Sí, está todo muy depurado, muy detallado. Por ejemplo, cuando hicimos la bachata la encaramos con mucho respeto, porque no es un género al que estamos acostumbrados hacer, no es un género que haya venido de nuestro país, sino que es otra cultura, de otros países. Por eso decidimos hacerla con músicos de República Dominicana. Pasamos por muchos filtros de artistas que hacen bachata hace millones de años. Y así fue con cada canción.
—Cuando entraste en la música ya la venías rompiendo. ¿Pensaste que ibas a tener esta repercusión? ¿Tenías esa confianza o era “vamos a ver qué pasa”?
—Y... era vamos a ver qué pasa. Era consciente de que tenía un público, una base importante, pero eso no te aseguraba nada. Son como las personas que sacan un hit mundial y podrían pensar que todos sus temas van a ser hits, y en realidad, no es así.
—¿Cuál era el sueño en ese momento?
—Que la gente conociera mi música. Que el público se pudiera sentir representado. Recibir un mensaje que diga que una canción ayudó a superar tal situación. Eso: la convicción para mí es lo primordial.
—¿En qué momento te diste cuenta de que te conocen en todo el mundo?
—Todavía no me pasó. No tuve ese momento, porque considero que no me conocen en todo el mundo. Me ha pasado de ir a España después del 2021, que fue el año que más se escuchó mi música ahí, y no me pedían fotos al rolete por la calle como me pasa acá.
—Y vos por la calle diciendo: “¿Sabés quién soy yo?”.
—Yo decía: “¿Saben la foto que se están perdiendo?” (Risas).
—¿Sabés la gente que te está esperando para cuando termines esta nota?
—Claro, no era así. En México también me pasó. Ahí, no es como acá. Y me gusta que me pasen esas cosas, porque me miro al espejo y pienso que todavía me falta. ¡Está bueno eso! Caer en esas realidades. Es muy importante ser consciente de lo que realmente está pasando.
—¿Lo disfrutás?
—Sí, lo disfruto mucho. No te voy a negar que hay mucho cansancio de por medio. No solo mío, de todo el equipo. O sea: todos estamos lejos de casa, constantemente. Todos nos perdemos los primeros pasitos de tu sobrina, la primera palabra de tu nieto. José se pierde el cumpleaños de su nietita. Son sacrificios muy grandes, porque estás mucho tiempo lejos de casa. Pero la verdad, ¿qué te puedo decir? Si mi mamá hoy en día necesita algo, no le va a faltar nada. La verdad es que tengo salud, le puedo pagar la obra social a toda mi familia... El día de mañana le voy a poder pagar el mejor colegio a mi sobrina. Qué sé yo. No pasa por la plata, pero la verdad es que puedo vivir muy cómodamente junto a mi familia. Eso me pone muy feliz.
—¿Qué le decís a los que te la hicieron más difícil cuando eras más chica, a los que trataron un poco mal y hoy piden la foto, entradas para un show o una amistad en las redes?
—Eso es terrible. Es una paja. No lo puedo entender. Es demasiado evidente que hay gente que se acerca por el interés. Muchas veces me pasa. Por eso odio las Fiestas, no me gustan. Les agarré odio porque me molesta mucho la gente aduladora. No sé por qué me quieren adular tanto, qué es lo que pretenden de mí. No entiendo qué es lo que quieren conseguir. No termino de entenderlo todavía. Pero bueno, qué sé yo. Cada uno está en la suya.
—María, fin de año: ¿cómo vas a brindar? ¿Qué querés para el 2023?
—Buena pregunta. Todo depende. Me gustaría comprarme mi casa y comprar la casa de al lado para mis papás. Y después espero tener salud toda mi vida. Espero poder seguir trabajando con este ritmo, que obviamente lo puedo hacer porque soy chica. Y que todo siga yendo para bien.
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