Olga Garaventa escribió en exclusiva para Teleshow su recuerdo a 15 años de la muerte de Sandro: “Lo amo, estar a su lado fue todo”

La viuda de Roberto Sánchez, Sandro, envió desde su mansión de Banfield un conmovedor mensaje en el que recuerda al hombre que estuvo a su lado hasta el 4 de enero de 2010 y deja un cariñoso saludo para “Las Nenas”

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Sandro y Olga, en la
Sandro y Olga, en la cocina de la mansión de Banfield, el 16 de octubre de 2005, el Día de la Madre

Olga Garaventa conoció a Sandro por teléfono. Era la secretaria de Aldo Aresi, el representante del cantante. La relación comenzó casi sin querer, luego de una década de apenas “buenos días, buenas tardes”, con llamadas que cada vez se hacían más y más extensas. “De 5, 6, 7 horas”, contó ella alguna vez. Sus recuerdos siempre tuvieron precisión: el 23 de octubre de 2004, él apareció en El Castillo, como llamaba a sus oficinas. En diciembre, pasó a saludarla para las fiestas. El 2 de febrero de 2005, Olga, que tenía 50 años, llegó por primera vez a la mansión de Sandro en “Banfield Village”, como llamaba él a la localidad del sur que eligió para vivir. Pero la puerta no la abrió el ídolo: fue Roberto Sánchez quien la franqueó.

Con la primera frase que le dijo, murió de amor. De esos labios, que enloquecieron millones de mujeres, sólo ella fue la que escuchó “tengo un beso encadenado y la llave de ese beso está en tu boca”.

Ya los dos eran maduros, conocían la felicidad y los sinsabores del amor. Cuando la relación se consolidó, Roberto fue totalmente sincero con ella, le contó de su EPOC, de su incierto futuro: “Se paró frente a mí y me dijo, ‘después de un largo trayecto tengo que decirte la verdad, yo estoy muy delicado de salud, yo no sé si podrás llevar todo esto adelante, no vas a tener un camino de rosas’. Le dije ‘yo te voy a acompañar, vamos a llevar este problema juntos hasta el final de tus días’, y me dio tiempo para que lo pensara’”

En abril de 2007, en el living de la mansión los bendijo el padre Osvaldo Brown como marido y mujer. Tuvieron su libreta roja y sus anillos. Roberto Sánchez tenía 62 años.

Casi tres años después, Roberto Sánchez murió. Sucedió el 4 de enero de 2010 en el Hospital Italiano de la provincia de Mendoza, tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón y pulmón, luego de luchar por años contra un enfisema pulmonar. Sandro, en cambio, es inmortal.

“Él me decía ‘el Rober tiene la sentencia firmada’, aunque puso garra para llevar todo adelante. Estuvo conciente hasta último momento y me pude despedir de él. Le dije ‘Rober, decime la verdad, ¿te querés ir de gira?’ y le dije, ‘si querés ir, andá, está todo bien’, y a la hora y veinte se fue, estaba pidiendo el permiso”, recordó Olga alguna vez.

Olga Garaventa escribió para Teleshow
Olga Garaventa escribió para Teleshow en exclusiva por los 15 años de la muerte de Sandro (gentileza Hernán Churba)

Pasaron 15 años. Olga ya tiene 69. Nunca, en la fecha de la muerte de su gran amor, expresó su dolor. Siempre lo recordó en silencio. Esta vez, hizo una excepción con Teleshow. Y dejó este mensaje:

“Este sábado 4 de enero se cumplen 15 años de la partida de Roberto, mi esposo, y para mí es un día muy muy especial, sumamente importante y triste, pero también es un día que me trae paz, me trae tranquilidad.

Lo recuerdo con mucho amor y recuerdo su sonrisa, sus conversaciones, y eso realmente me hace sentir tranquila. Lo visualizo con una sonrisa, tomados de la mano, hemos sido muy compañeros, hemos estado siempre el uno para el otro y tengo mucha paz en el corazón, porque lo he acompañado hasta el último momento de su vida sosteniéndolo de la mano y entregándole todo, todo todo todo todo porque se lo merecía. Y eso me reconforta.

Es un día especial. Yo lo paso acá en nuestra casa, acompañada de mi familia, de mis nietas (Malena, Valentina y Ema), de mis hijos (Manuela y Pablo) y de las Nenas que se acercan a darme un beso, un abrazo, y esa es una contención más de toda la contención que recibo siempre de mis amigos, de mi familia y también de las Nenas.

Entonces yo lo que puedo decir que le mando un beso al cielo, que lo amo, y que gracias por haberlo conocido, para mí el haber estado a su lado fue todo y su ausencia se siente mucho, lo extraño muchísimo, cada día más”.

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