Después de un año difícil, Silvina Escudero busca empezar el 2025 de la mejor manera. Y para eso, no encontró mejor remedio que hacerlo en familia y en un clásico de cada temporada, como son las playas de Punta del Este.
La bailarina y su marido Federico se hospedan en el Enjoy y alternan entre la vida en pareja y la familiar, ya que sus padres se alojan en la zona del puerto. En una de las tardes esteñas, Silvina se mostró relajada durante una caminata junto a su esposo, con quien se casó en agosto de 2022. Una búsqueda energética y un bálsamo para afrontar una nueva etapa de su vida. Una caminata romántica, liviana y sin apuros por las calles balnearias, mimetizándose por un rato con el resto de los veraneantes.
Silvina y Federico fueron a comer a un restaurante en la zona de José Ignacio. Bajo el nublado cielo esteño, la bailarina optó por un bikini de estampado animal en tonos marrón y beige. Sobre él, una de las tendencias de la temporada: una camisa oversize de tela translúcida en un color beige claro, con un cinturón decorativo. En el calzado, sandalias de plataforma con suela gruesa de madera y tiras en tono nude y accesorios también a la moda: un sombrero de paja con detalles oscuros, gafas de sol oscuras de gran tamaño, y un collar dorado discreto.
También siguiendo los pasos de la moda, Federico eligió por una camisa blanca desabotonada, de estilo informal, combinada con unas bermudas verde claro, zapatillas deportivas y su cabello enrulado prolijamente despeinado.
De esta manera, Silvina busca dejar atrás una serie de golpes y contratiempos que, lejos de derribarla, la fortalecieron. La distancia con su hermana Vanina, problemas de salud y la pérdida de un embarazo, entre otros factores, llevaron a declararlo como “el peor de mi vida”, en una carta abierta publicada recientemente en sus redes.
“Despedí sueños, enfrenté pérdidas tremendas, viví muchas ausencias, duelé varias veces”, expresó Silvina, subrayando el impacto emocional que estas experiencias tuvieron en su día a día. Como ocurre en estos casos, hubo momentos en los que no sabía cómo continuar, enfrentándose al desafío de seguir adelante a pesar de todo.
Sin embargo, en medio de la adversidad, encontró algo invaluable: la fortaleza personal. “Me hiciste dar cuenta de lo fuerte que soy y de lo valiente que puedo llegar a ser. Estoy orgullosa de mí misma”, reflexionó, rompiendo con el tabú que a menudo existe sobre reconocer y valorar el propio esfuerzo. Y la importancia de hacerse cargo de las cosas.
A pesar de los días oscuros, Escudero también destacó momentos de superación. Entre ellos, completó el tercer año de su carrera de locución, dejando pendientes solo tres materias para recibirse. Además, relató con satisfacción los trabajos que la llenaron de orgullo y las nuevas conexiones humanas que estableció.
El valor de sus vínculos cercanos fue otro punto clave de su año: “Lo que atesoro como oro puro son mis vínculos. Ellos me ayudaron y me acompañaron a cada paso”, resumió, antes de poner fin a un testimonio urgente en modo hasta siempre para un año que la tuvo a maltraer hasta sus últimos días.
Lo más doloroso, sin dudas, fue todo el proceso para convertirse en madre: “Hice muchos tratamientos para nuestro proyecto de vida que interferían mucho en el cuerpo. Es muy duro el tratamiento. Son muchos pinchazos, es mucho reposo, son muchas cosas. Y yo trabajo con mi cuerpo”, detalló Silvina por aquellos días en los que visibilizó la noticia.
En sus palabras, “la lucha por su sueño la obligó a replantearse sus prioridades”, incluso dejando de lado temporadas de trabajo, lo que añadió un componente emocional a los ya arduos tratamientos. “Estuve dos años sin hacer temporada, sin poder bailar”, relató, destacando la persistencia de su búsqueda.
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