El inicio del 2025 estuvo lejos de ser festivo para la casa más famosa del país. En plena gala de nominación de Gran Hermano (Telefe), los sentimientos se intensificaron, no solo entre los participantes, sino también en el público, cuya euforia dejó un episodio incómodo que obligó a Santiago del Moro a intervenir.
Todo comenzó cuando Luciana Martínez ingresó al confesionario para emitir sus votos. La bailarina, que logró destacarse por su carisma y por la apertura con la que comparte su historia de vida y superación como mujer trans, decidió darle dos votos a Luca y uno a Claudio. Sin embargo, mientras justificaba su decisión, un grito inesperado irrumpió en el estudio: “¡Andate, Jorge!”, exclamó una voz desde la tribuna, descolocando a los espectadores y generando revuelo en las redes sociales.
La frase, dirigida a Martínez por su historia de vida, resonó como un ataque personal. De inmediato, las redes sociales se llenaron de reacciones de repudio hacia el autor del comentario. Los fanáticos del reality no tardaron en expresar su disgusto: “Fue vergonzoso escuchar ese grito mientras nominaba”; “Hay que coserle la boca a quien gritó”; “Son detestables los que hacen ese tipo de cosas”. Incluso surgieron teorías sobre la identidad del responsable, a quien algunos usuarios señalaron como un familiar de otro participante.
Minutos más tarde, la tensión escaló a tal punto que del Moro sintió la necesidad de intervenir. Visiblemente molesto, el conductor pidió la palabra frente a un estudio que había quedado en completo silencio. “No me gustó una cosita, cuando gritaron algo y nominaba Luciana. No está bueno. Siempre con onda y dejando todo por quien defienden está bien, pero pegando debajo del cinturón y faltando el respeto no suma ni construye nada”, expresó con tono firme, dejando claro que no toleraría faltas de respeto en el programa.
El animador continuó sus palabras, enfatizando la importancia del respeto, no solo hacia los participantes, sino también hacia las familias que los acompañan fuera de la casa. “Vale la aclaración porque entre todos podemos aprender. Como siempre les digo, a todos los participantes les pueden gritar lo que quieran, pero con respeto, onda y sabiendo que detrás de cada uno hay un ser humano que tiene una familia y mucha gente que los quiere”, concluyó, marcando una postura clara frente al episodio.
El incidente evidenció una vez más el impacto emocional que genera el reality tanto dentro como fuera de la casa. Mientras los jugadores luchan por mantenerse en carrera por el gran premio, el público vive las tensiones con igual intensidad. Sin embargo, la intervención del presentador dejó un mensaje contundente: el juego puede ser apasionante, pero nunca debe cruzar la línea del respeto.
Además, cabe señalar que la jugadora habló en ciertas oportunidades sobre su historia de vida. Desde el primer paso que dio dentro del certamen, la joven oriunda de Santa Cruz dejó en claro su sueño de compartir sus vivencias y, una vez dentro de la casa, algunos detalles salieron a la luz. A poco tiempo de su ingreso, Pía Shaw compartió algunos al equipo de A la Barbarossa (Telefe): “Ella decidió que si entraba a la casa de Gran Hermano se despedía para siempre de Jorge. A partir de este momento, tuvo la posibilidad de optar y elegir lo que realmente quería en la vida, por lo que si le decían que sí en el casting, iba a mostrar su nueva identidad”.
“Cada viaje que realizaba a Santa Cruz tenía que vestirse de Jorge. Ahora, no va a existir más y va a ser Luciana cuando visite a su mamá, quien la crio y la ama. Ella da la vida por su madre, le dio todo lo que tiene porque su papá la abandonó cuando era chica. Tiene una historia muy linda que va a contar adentro de la casa y la acompañó durante todos esos años”, sumó la panelista respecto a Luciana. También hizo alusión a la manera en que decidió dar a conocer su identidad de género de manera pública: “Es lo que más le importa y sintió que era la manera de transmitirlo”.