Un aplauso cerrado y una ovación conmovedora frente al Cabildo: la despedida a Jorge Lanata en la Casa de la Cultura

Con lágrimas en los ojos y palabras de agradecimiento, cientos de personas despidieron al periodista en un emotivo velatorio

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La salida del cortejo fúnebre de Jorge Lanata

El coche fúnebre se detuvo frente al histórico Cabildo de Buenos Aires, y la multitud, compacta y emocionada, avanzó hacia él. Algunos estiraban sus manos para tocar el vehículo, mientras otros colocaban flores sobre el capó. Las banderas argentinas ondeaban al compás de un viento suave, y el nombre “¡Jorge!” se elevaba desde las gargantas como un grito desgarrado. En ese instante, las calles de la ciudad parecían suspendidas en un homenaje inquebrantable.

Eran cerca de las 11:30 de la mañana del martes 31 de diciembre, un día impregnado de duelo colectivo. Los aplausos cerrados no cesaban, y el coche avanzaba lentamente por la Avenida de Mayo, rumbo al Cementerio Campanario Jardín de Paz, en Florencio Varela. Entre los presentes, las emociones eran un torrente incontrolable. Una voz espontánea comenzó a entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, y pronto todo el grupo lo siguió. Era un tributo cargado de simbolismo para quien muchos consideraban un defensor incansable de la democracia.

La salida del cortejo fúnebre de Jorge Lanata

Minutos antes, Elba Marcovecchio, la esposa de Jorge Lanata, junto con las hijas del periodista, Bárbara y Lola, había llegado al lugar para acompañar el cortejo. La familia, profundamente afectada, permanecía en silencio, evitando cualquier contacto con los medios que se agolpaban en la Casa de la Cultura, donde el periodista había sido velado la noche anterior. Sin embargo, el dolor de su mujer quedó plasmado en una breve y conmovedora publicación en sus redes sociales, un testimonio de pérdida que resonó en quienes lo seguían de cerca.

No puedo despedirte… No puedo soportar que sea verdad…, fue todo lo que escribió la abogada en una historia de Instagram. Sin mucho más que agregar y con el dolor urgente de haber quedado viuda luego de dos años de casados.

En su silencio habitaban las palabras que no alcanzaron a decirse y los recuerdos que solo ella conserva. Una despedida que se extendió más allá de la madrugada, resonando en cada aplauso y en cada lágrima derramada por quienes se acercaron a rendir homenaje al hombre que, con sus palabras, tantas veces cuestionó al poder.

Una multitud acompañó al cortejo
Una multitud acompañó al cortejo fúnebre (Jaime Olivos)

La jornada de despedida había comenzado el lunes 30, cuando, a las 15:20, se confirmó el fallecimiento del periodista tras seis meses de internación en el Hospital Italiano. Desde entonces, el impacto de la noticia movilizó a miles de personas, que acudieron a darle el último adiós en la Casa de la Cultura. Allí, desde las 23:30 hasta las dos de la madrugada, colegas, oyentes y amigos se reunieron en una vigilia emotiva, mientras la ciudad comenzaba a despedir el año con un aire de melancolía.

El martes por la mañana, el traslado del cuerpo hacia su descanso final marcó el clímax de esta despedida. La gente formó un pasillo humano en la Avenida de Mayo, y, con aplausos y lágrimas, despidieron al periodista que, durante décadas, había desafiado al poder con su mordaz estilo e inquebrantable compromiso con la verdad.

Los restos de Jorge Lanata
Los restos de Jorge Lanata fueron acompañado pro el pueblo argentino (Jaime Olivos)

En las inmediaciones del Cabildo, las escenas eran de una intensidad abrumadora. Allí, las flores y las banderas argentinas se transformaron en símbolos de gratitud, un eco de los valores que Lanata había defendido durante su vida. A pesar de su ausencia, la figura del periodista parecía más presente que nunca.

Finalmente, el cortejo llegó al Cementerio Campanario Jardín de Paz, donde Lanata fue sepultado en una ceremonia íntima. Sin discursos ni declaraciones, el adiós se dio en silencio, dejando que el legado del periodista hablara por sí mismo.

En las calles de Buenos Aires y en los corazones de quienes lo admiraron, el nombre de Jorge Lanata sigue resonando. Y resonará por mucho tiempo.

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