Sebastián Borensztein: “La gente cree que el dinero de las películas es el mismo que falta en los hospitales y no es así”

En una entrevista con Teleshow, el director, guionista y productor repasa parte de sus últimos años y resalta la vigencia de su padre, Tato Bores

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Iosi, El Espía Arrepentido - Trailer

La primera frase que expresa a Teleshow sobre por qué vive en Uruguay dice: “Me vine acá a ser yo”, confiesa Sebastián Borensztein, director y guionista argentino de prestigio internacional, al explicar su decisión de mudarse al país vecino. “Con la pandemia no podíamos filmar en Buenos Aires... Así que dijimos con mi familia: ‘Vamos a ver qué onda’, y no nos volvimos, nos quedamos, estamos acá”. Desde hace cinco años, el creador vive entre Montevideo y Buenos Aires, una dualidad que describe como “natural” y que, asegura, le ha permitido redescubrir una forma de vivir más tranquila, lejos de las preocupaciones cotidianas que enfrentaba en Argentina.

El director destaca cómo esta experiencia ha cambiado su perspectiva sobre la seguridad, un tema que describe como “una mochila que no sabía que cargaba”. “Me saqué el tema de la seguridad de la cabeza. No me daba cuenta del enorme espacio que me ocupaba hasta que ahora ya no me ocupa ningún espacio”, reflexiona. Sin embargo, sus visitas a Buenos Aires son constantes: “Voy todo el tiempo, tengo mi casa, mi familia, mi trabajo allá. Uruguay no es el extranjero para mí, es como otro barrio”.

Sebastián Borensztein con parte de
Sebastián Borensztein con parte de su equipo de trabajo en Uruguay en plena filmación de Iosi...

En esta conversación íntima con Teleshow, Borensztein repasa su carrera, habla sobre los retos creativos durante la pandemia, su visión sobre la industria audiovisual argentina y el legado de su padre, el icónico Tato Bores. También reflexiona sobre el humor, los límites éticos en la creación artística y los desafíos del streaming en una industria que no para de transformarse.

El impacto de la pandemia y su mudanza a Uruguay

Sebastián Borensztein y Alejandro Awada
Sebastián Borensztein y Alejandro Awada en Iosi el espía arrepentido

Cuando el mundo se detuvo por la pandemia, Sebastián Borensztein decidió dar un giro inesperado en su vida. Fue entonces cuando el director y su familia dejaron Buenos Aires para instalarse en Uruguay, un país que, según él, les brindó la oportunidad de seguir adelante en un contexto global de incertidumbre. “Con la pandemia no podíamos filmar en Buenos Aires”, recuerda. “Eran dos años de dos temporadas, y como acá se podía filmar con protocolos, me vine con la familia.

El impacto de este cambio no fue menor. Aunque su carrera lo mantiene constantemente entre Buenos Aires y Montevideo, Sebastián no duda en elogiar las ventajas de su nueva vida. “En Uruguay se respira distinto. La tranquilidad del día a día es impresionante, y la seguridad es algo que me saqué de la cabeza”, admite. Sin embargo, lejos de sentirse desconectado de Argentina, asegura que la cercanía geográfica entre ambos países lo mantiene vinculado. “Yo voy a Buenos Aires todo el tiempo. Tengo amigos, trabajo, familia… Es como si viviera en otro barrio”.

Sebastian Borensztein disfruta de su
Sebastian Borensztein disfruta de su vida cotidiana (IG: @sebabores)

La elección de Uruguay no fue casual. Borensztein explica que, además de las ventajas logísticas durante la pandemia, siempre tuvo una relación cercana con el país. “Hemos venido acá toda la vida; tengo parientes, amigos… No me siento en el extranjero, me siento local”, comenta. Este sentido de pertenencia le permitió adaptarse rápidamente al nuevo ritmo de vida, una experiencia que describe como “una bocanada de aire fresco”. Sin embargo, su vínculo con Argentina sigue intacto, ya que no ha dejado de asistir a compromisos profesionales ni a los cumpleaños de sus amigos.

Iosi, el espía arrepentido, éxito internacional con la serie nominada a los Emmy

NEW YORK, NEW YORK -
NEW YORK, NEW YORK - NOVEMBER 25: Ludovica Virga, Sebastián Borensztein, Daniel Burman, Natalia Oreiro and James Farrell attend the 52nd International Emmy Awards at New York Hilton on November 25, 2024 in New York City. Dia Dipasupil/Getty Images/AFP (Photo by Dia Dipasupil / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)

El éxito no es un territorio nuevo para Sebastián Borensztein, pero la doble nominación de su serie a los prestigiosos International Emmy Awards marcó un hito en su carrera. “Para nosotros, junto a Daniel Burman y todo el equipo, fue impresionante. No es habitual que una serie esté nominada dos años consecutivos. Ya eso, para nosotros, era un súper logro”, explica con entusiasmo. La producción, que destacó por su calidad técnica, narrativa y actoral, compitió contra propuestas de primer nivel provenientes de países como Francia e India.

Borensztein rememora con orgullo el momento en que los responsables de la serie francesa, ganadora en la categoría, se acercaron para felicitarlos. “Nos dijeron: ‘Pensábamos que iban a ganar ustedes, porque hicieron una serie mejor que la nuestra’. Escuchar eso de colegas tan prestigiosos fue muy emocionante. Obviamente, hay un jurado y esto siempre es subjetivo, pero sentir ese reconocimiento fue un gran cierre para toda la noche”.

El proceso detrás de esta producción no estuvo exento de desafíos. Desde su concepción en 2018, Borensztein y su equipo trabajaron meticulosamente para lograr un producto de alto nivel. “Cuando leí el libro en el que está basada, dije: ‘Esto hay que hacerlo, pero con un nivel altísimo. Si no, no tiene sentido”, recuerda. Sin embargo, alcanzar esa meta implicó superar múltiples etapas de evaluación, incluso un exhaustivo taller con script doctors en Estados Unidos, organizado por la plataforma Amazon, que finalmente aprobó el proyecto. “Fue un camino larguísimo. Muchos años de preparación para que, al final, todo coincidiera en la pandemia”, relata.

Sebastián Borensztein con su equipo
Sebastián Borensztein con su equipo de trabajo en la tarea de edición

La pandemia, lejos de frenar el proyecto, lo llevó a Uruguay, donde filmar era posible gracias a estrictos protocolos sanitarios. “Nos hisopaban todos los días. Yo no contaba los días de rodaje, contaba los hisopados. Ya teníamos la nariz estropeada”, comenta entre risas. Incluso en circunstancias extremas, como cuando contrajo COVID-19 durante el rodaje de la segunda temporada, Borensztein no bajó los brazos. “Seguí rodando desde mi cama, con un sistema de streaming que me permitía ver lo que captaba la cámara. Dirigía a través de WhatsApp, hablando con el director de fotografía y los actores. Ni siquiera en esas circunstancias paramos”, señala.

Aunque la serie tuvo un final planificado tras dos temporadas, la tentación de extenderla estuvo presente. “Decidimos cerrar la historia acá. Era una única historia de 16 capítulos dividida en dos tramos de ocho. No queríamos inventar nada más ni convertir esto en una franquicia”, enfatiza. Esta decisión, tomada en equipo, refleja el compromiso de Borensztein con mantener la calidad y la integridad de sus proyectos, algo que ha caracterizado su trayectoria.

Para Borensztein, la nominación y el reconocimiento internacional son un testimonio de la dedicación colectiva detrás de la serie. “Fue un esfuerzo enorme, pero todo lo que hicimos valió la pena. Nos dio muchísima alegría, y creo que dejó una marca”, concluye.

Sebastián Borensztein, Marco Caponi y
Sebastián Borensztein, Marco Caponi y el Chino Darín

La creatividad de Sebastián Borensztein no descansa. Aunque mantiene en estricto secreto los detalles de sus próximos proyectos, deja entrever que se avecinan producciones de gran envergadura. “Estoy preparando algo muy contundente, pero no puedo decir absolutamente nada todavía. Vos podés preguntar, pero yo no te puedo contestar”, bromea. Desde su estudio en Uruguay, Borensztein trabaja constantemente en nuevos desarrollos, incluso mientras divide su tiempo entre América Latina y España, un país que considera clave en su carrera. “Soy fanático de Madrid, tengo parte de mi trabajo allá y también mi hermana vive allí, así que voy muy seguido”.

Uno de sus últimos proyectos lo llevó nuevamente a España, donde rodó una película para una productora estadounidense. Sin embargo, como explica, los detalles están protegidos por estrictos acuerdos de confidencialidad. “Es una coproducción americana-española que me ofrecieron y me encantó el proyecto, pero lamentablemente no puedo contar nada. Todo está bajo esos secretos que no me dejan decir una palabra”, explica, dejando entrever su entusiasmo por lo que se viene.

Descansar en paz", de Sebastián
Descansar en paz", de Sebastián Borensztein junto a Griselda Siciliani y El Puma Goity

Para Borensztein, la pandemia no fue solo un momento de crisis global, sino también un periodo de gran productividad. Durante el aislamiento, escribió una novela titulada “El ruso”, nacida de su necesidad de crear algo que pudiera completarse dentro de las limitaciones de la cuarentena. “Dije: ‘Voy a escribir algo que si se termina el mundo, funcione igual’. No quería escribir un guion para filmar algún día, sino algo que empezara y terminara en la computadora”. Esta obra, inspirada por los largos días de encierro y las horas en bicicleta fija en el balcón, es un testimonio de su capacidad de adaptación y resiliencia creativa.

A pesar de las constantes preguntas sobre el destino de algunos de sus proyectos anteriores, como la posibilidad de adaptar su novela “El ruso” o contar la historia de su padre, Tato Bores, Borensztein asegura que todo sigue en desarrollo. “Son cosas que maduran lentamente. Estoy trabajando todos los días, pero hay proyectos que avanzan más rápido y otros más lento. Todo está en su carril”, explica con paciencia. Cuando se le consulta sobre una eventual serie o película inspirada en Tato, responde con claridad: “Es algo que vengo trabajando hace tiempo, pero son procesos largos. Ya llegará el momento adecuado para hablar de ello”.

Lo que queda claro es que, aunque los detalles de sus próximos pasos se mantengan en secreto, Borensztein no ha perdido el entusiasmo por crear y experimentar. “Estoy en la etapa de conspiración”, afirma con una sonrisa. Para él, la fase previa al anuncio oficial de un proyecto es una de las más emocionantes: “Me gusta saber que viene algo lindo, algo que todavía lo sé yo solo. Esa sensación me encanta”.

La industria audiovisual argentina y el INCAA

Pocas figuras de la industria audiovisual argentina conocen tan profundamente las entrañas del sistema como Sebastián Borensztein, quien no duda en ofrecer su visión sobre los desafíos y mitos que rodean al INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). “Hay mucha ignorancia y prejuicio en torno al cine argentino. La mayoría de la gente cree que el dinero que se usa para hacer películas es el mismo que falta en los hospitales, y no es así”, aclara de entrada. Según Borensztein, esta percepción errónea se debe a un manejo cuestionable de los fondos en el pasado. Sin embargo, también señala que la Ley de Cine en Argentina, basada en el modelo francés, es un sistema virtuoso si se gestiona correctamente.

Sebastián Borensztein y Griselda Sicialiani
Sebastián Borensztein y Griselda Sicialiani

Borensztein explica que el INCAA es un ente autárquico, público pero no estatal, lo que significa que su presupuesto no proviene del Tesoro Nacional. “El fondo de fomento del INCAA se alimenta de la venta de entradas de cine y de un porcentaje de lo que los canales de televisión recaudan en publicidad. Es dinero que viene del mismo circuito del cine, no de los impuestos de la gente”, subraya. Sin embargo, también reconoce que hubo un período en el que este sistema se desvirtuó. “Durante el populismo, el INCAA pasó de tener poco más de 200 empleados a más de 1,200. Se convirtió en una caja política y se empezó a usar el dinero para pagar salarios en lugar de fomentar la producción de películas”, critica.

El director remarca que este desvío de fondos no solo perjudicó al cine, sino que también alimentó la idea errónea de que el cine argentino dependía del dinero público. “Hubo un momento en el que el Gobierno tuvo que mandar partidas de dinero del Ministerio de Obras Públicas para producir series y películas de baja calidad. Eso es lo que generó el mito de que el cine se hacía con la plata que faltaba en los hospitales, pero ese no es el espíritu de la ley ni de cómo debería funcionar el sistema”, explica con detalle a Teleshow.

A pesar de este panorama, Borensztein se muestra esperanzado de que las cosas puedan cambiar. “Si el INCAA se sanea y vuelve a funcionar como corresponde, nuestra industria tiene muchísimo para dar. Argentina tiene la industria más refinada y talentosa de toda Latinoamérica”, afirma.

Tato Bores, legado y actualidad

Monólogo Tato Bores, su hijo Sebastián habla con Teleshow sobre la vigencia de los monólogos de su padre

Hablar de Sebastián Borensztein sin mencionar a su padre, el legendario humorista Tato Bores, es casi imposible. Aunque el director y guionista se ha labrado un camino propio, el legado de su padre sigue vigente, no solo en su vida personal, sino también en la memoria colectiva de los argentinos. “A pesar de que falleció hace casi 30 años, su figura sigue atravesando generaciones. Hay personas jóvenes que nunca lo vieron en vivo, pero conocen sus monólogos y se asombran con su vigencia”, señala Borensztein.

Sebastián Borensztein y su padre
Sebastián Borensztein y su padre Tato

Esa “vigencia”, según él, tiene una razón contundente. “Si sus monólogos siguen sonando actuales es porque el país sigue arrastrando las mismas crisis estructurales”, afirma, sin medias tintas.

Borensztein guarda un profundo respeto por la figura de su padre y por lo que representó para la sociedad argentina. Sin embargo, es claro al marcar un límite. “Yo no puedo hablar en su nombre. Muchas veces me preguntan qué diría mi papá hoy, pero no es respetuoso que yo lo haga”, rememora.

Monólogo Tato Bores

El impacto de Tato Bores trasciende las anécdotas familiares. Su humor, que mezclaba crítica política con inteligencia y sensibilidad, marcó una época y dejó un vacío difícil de llenar. “Siempre decía que había que cuidar a la gente del otro lado del televisor, no hacer chistes que pudieran herir. Esa enseñanza la llevo conmigo hasta hoy”, confiesa Sebastián.

El director también reconoce que la idea de realizar un proyecto basado en la vida de su padre ha rondado su mente durante años, pero insiste en que el proceso es lento. “Es algo que vengo trabajando hace mucho tiempo, pero son proyectos que maduran con calma. Algún día lo haré”, asegura.

Sebastián Borensztein y todo el
Sebastián Borensztein y todo el equipo de producción cuando recibieron a Raúl Alfonsín, en los clásicos programas de la televisión argentina

Ficción en la televisión argentina: ¿una batalla perdida?

La televisión abierta en Argentina fue, durante décadas, un espacio de referencia para la ficción, con telenovelas, unitarios y series que marcaban el pulso cultural del país. Pero para Sebastián Borensztein, esa época parece haber quedado atrás. “Hoy la televisión abierta quedó como un espacio netamente informativo o de entretenimiento en vivo, porque es más barato y rápido de producir”, explica.

“El streaming vino a jugar un papel completamente diferente. Hoy la televisión abierta ya no produce ficciones como antes, pero no por eso hay menos trabajo. Las plataformas están generando una cantidad enorme de contenido, y los profesionales argentinos son muy buscados por su talento”, asegura.

Sebastián Borensztein y su amigo
Sebastián Borensztein y su amigo y colega Ricardo Darín

Sebastián observa estos cambios con la perspectiva de alguien que ha vivido varias transformaciones en la industria audiovisual. Como guionista y director, sabe que adaptarse a las nuevas reglas del mercado es crucial, pero no deja de añorar la época dorada de la ficción en la televisión argentina. “Las ficciones de aire eran las que nos criaron, las que marcaron a generaciones. Pero la realidad hoy es otra”, afirma con convicción.

Mientras tanto, sigue trabajando en proyectos que promete serán “muy contundentes”, aunque por ahora prefiere mantenerlos en secreto. “Estoy en la etapa de conspiración, porque sé que viene algo lindo, pero todavía lo sé yo solo”, dice con entusiasmo.

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