Este lunes se cumple el vigésimo aniversario de la masacre de Cromañón, aquel infame incendio que se produjo durante el primer minuto de un show de Callejeros en el boliche de Once que regenteaba Omar Chabán. Es hasta el momento la mayor tragedia no natural en Argentina, la cual dejó un triste saldo de 194 muertos, miles de heridos e incontables secuelas tanto en los sobrevivientes de aquella noche como en las familias de las víctimas e, incluso, en el desarrollo de la cultura rock de la Argentina.
Aquella noche el grupo estaba conformado por Patricio Pato Santos Fontanet, Christian Dios Torrejón, Eduardo Cabeza Vázquez, Maximiliano Djerfy, Elio Delgado y Juan Alberto Juancho Carbone. Si bien todos ellos lograron salir del lugar, perdieron a varios seres queridos: Mariana Sillota, la novia de Fontanet en aquel momento, murió tras una agonía de un par de días; también falleció Dilva Lucía Paz, la madre de Vázquez; Djerfy lloró a cinco familiares: su papá, su tía, su tío, su ahijada y su prima; Diego Argañaráz, manager del grupo, lamentó el deceso de su mujer, Romina Branzini, y también de algunos de sus primos hermanos.
“En este momento lo que nos planteamos no es si seguimos tocando o no. Queremos que se aclaren las cosas, que se hagan cargo los verdaderos responsables. Callejeros va y toca en el lugar, no es el dueño del lugar ni es el coproductor del lugar”, se había defendido Fontanet en declaraciones a Radio 10 en febrero de 2005, a 54 días de ocurrido el incendio.
A partir de ese momento, las vidas de todos ellos parecen haber quedado en pausa ahí, pese a que luego volvieron a tocar juntos, grabaron dos discos más, se disolvieron, le dieron forma a otros proyectos e, incluso, formaron familias. Al margen de lo musical, todos (los músicos, el manager y también el escenógrafo de la banda, Daniel Cardell) fueron procesados por la Justicia argentina después de Cromañón, acusados de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo.
El juicio oral, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 24, comenzó en agosto de 2008 y, un año más tarde todos, salvo Argañaráz, fueron absueltos de la causa penal. Sin embargo, en abril de 2011 la Cámara Federal de Casación Penal revisó la sentencia y condenó a todos los miembros del grupo como partícipes necesarios, quedando detenidos el 21 de diciembre de 2012. Pocos meses antes, el 5 de octubre de 2012, nació Homero, el hijo que Santos Fontanet tuvo con Estefanía Miguel, su pareja en aquel entonces.
Los músicos fueron liberados en agosto de 2014 porque la Corte Suprema de Justicia aceptó tratar sus casos. Pero en abril de 2016 un fallo de Casación y la Corte dejaron firmes las condenas y los imputados volvieron a ser detenidos: a Santos Fontanet le dieron siete años de prisión, mientras que al resto de los integrantes del grupo, cinco. Todos estuvieron presos en el penal de Ezeiza.
En 2017 obtuvieron la libertad condicional Elio Delgado, Christian Torrejón y Juancho Carbone. A Djerfy, en tanto, se le otorgó prisión domiciliaria. “Mi condena fue de 5 años, 60 meses de los cuales hice 20 en prisión. Hice un año y 8 meses en Ezeiza, desde el 20 de diciembre del 2012 y salimos el 6 de agosto de 2014. Tuvimos veinte meses en libertad y el 6 de abril de 2016 volvimos a cumplir en penal. Estuve seis meses en Marcos Paz y después me dieron la domiciliaria y terminé acá en mi casa”, resumió el guitarrista en diálogo con el programa radial Vomitando (Radio Zónica) en diciembre de 2017.
Fontanet consiguió la excarcelación en mayo de 2018 tras cumplir más de la mitad de la pena en el pabellón del Programa Interministerial de Salud Mental del penal de Ezeiza. Antes habían salido Cardell y Argañaraz, quienes habían recibido tres y cinco años respectivamente.
En medio de todas estas idas y vueltas judiciales, el 10 de febrero de 2010 el baterista Eduardo Vázquez cometió el femicidio de su esposa Wanda Taddei, motivo por el cual recibió prisión perpetua. Al día de hoy, sigue preso en Ezeiza y o último que se supo de él fue que a mediados de 2020 se casó en la cárcel con Albana María Luján Maglio, otra detenida en el mismo complejo.
En paralelo a los asuntos con la Justicia, la música del grupo continuó su marcha aunque a los tumbos. Si bien la intención de Callejeros era volver a los escenarios, rápidamente encontraron resistencia en algunos de los familiares de las víctimas de Cromañón y sobrevivientes de la masacre. Lo primero que lograron hacer fue reactivar su discografía con Señales, su cuarto álbum de estudio, sucesor de Rocanroles sin Destino, el disco que habían querido presentar en la infame noche del 30 de diciembre de 2004. Este trabajo, que cuenta con canciones como “9 de julio” y “Frente al río”, vio la luz en mayo de 2006.
Después de una serie de prohibiciones y de cantar de improviso unas canciones en medio de un show de Jóvenes Pordioseros, lograron volver a presentarse el 21 de septiembre de 2006 en el estadio Chateau Carreras (hoy Mario Kempes) de la ciudad de Córdoba. “Muchísimas gracias a toda la gente que está cerca nuestro y nos ayuda para que todo esto continúe. A los demás, chúpenla. Chúpenla por caretas”, expresó Fontanet antes de la última canción que cantó aquella tarde. Casi un mes más tarde, tocaron en la ciudad de La Rioja.
Entre principios de 2007 y agosto de 2009, Callejeros dio unos veinte shows; todos en el interior del país, haciendo base en provincias como Córdoba, Santa Fe y Neuquén. Pero ninguno en la Ciudad de Buenos Aires ni en el conurbano bonaerense, donde la resistencia hacia la banda era mucho mayor. En el medio de este período, en julio de 2008 y poco antes de que comenzara el juicio, editaron Disco Escultura, su último álbum de estudio. Tanto en el arte de tapa como en muchas de las canciones de este trabajo hacen referencia a su situación judicial.
Fue en este período, además, en que se dio un quiebre entre los músicos. Por caso, Djerfy no quería que la banda se presentara mientras el juicio oral estuviera en curso. Pero como la cosa siguió, él decidió irse de la banda a comienzos de 2009. “Salieron las miserias de cada uno, tuvimos que afrontar un juicio y un montón de cosas que nunca habíamos vivido, todo eso hizo que la banda se rompiera. Yo lo comparo mucho con un aborto. Cuando una pareja pasa por un aborto después es muy raro que sigan juntos, y eso pasó con Callejeros”, declaró el guitarrista poco tiempo después de dejar la banda.
El domingo 31 de enero de 2010, se presentaron en Mar del Plata en lo que fue su primer recital después de la primera sentencia. Este fue el último show de Callejeros del que participaron Eduardo Vázquez y Elio Delgado, quien también había decidido dejar el grupo. Si bien los tres que abandonaron el proyecto fueron reemplazados de inmediato, la banda duró apenas dos recitales más, siendo el último el 10 de julio en la ciudad de Córdoba.
Santos Fontanet siguió su historia musical en compañía de Christian Torrejón. Primero se reagruparon como Casi Justicia Social (abreviado a CJS, tal eran las siglas de Callejeros), aunque en 2014 el proyecto pasó a llamarse Don Osvaldo, en homenaje a Pugliese, ícono del tango y antimufa por excelencia. Con esta banda, de la que también forman parte los músicos Luis Lamas, Álvaro Puentes, Gastón Videla, Juan Julio Falcone, Gabriel Gerez, Leopoldo Janin y Enzo Sánchez, editaron tres álbumes: Casi justicia social (2015), Casi Justicia Social II (2019) y Flor de Ceibo (2022).
Al irse del grupo, Djerfy formó el proyecto Esas Cosas, mientras que Delgado le dio forma a El Hito. En 2014, ambos se juntaron con Juancho Carbone y, a fines de 2014, conformaron un grupo llamado Nuestra Raza. “Las circunstancias en las que estuvimos detenidos se pueden dividir en dos: los primeros 20 meses como procesados y el resto de tiempo como condenados, una vez que nos confirmaron la pena. Durante ese proceso de dos partes, cuando estuvimos libres esperando la condena, formamos Nuestra Raza en una fiesta de petroleros realizada en el Chocón, provincia de Neuquén. Allá nos llamaron para tocar temas de Callejeros pero decidimos formar algo nuevo. Los temas del disco, en su mayoría, surgieron en el penal”, contó Delgado en diálogo con La Voz del Interior en septiembre de 2019.
Sin embargo, la marcha de este grupo se vio frenada por la súbita muerte de Djerfy, ocurrida en marzo de 2021 luego de un infarto. El guitarrista tenía 46 años y sufrió una descompensación mientras jugaba un partido de fútbol. “El fallecimiento de Maxi nos pegó muy fuerte, pero por suerte seguimos acá, todos juntos con la familia. Fue todo muy de repente y eso nos dejó a todos muy shockeados”, expresó Delgado poco tiempo después de que muriera su compañero. Con esta muerte y la deserción de Carbone -quien actualmente tiene un proyecto solista de tangos-, Delgado reformuló el grupo con exmúsicos de Gardelitos y lo bautizó Cantinela.
Con todo, es Fontanet a través de Don Osvaldo quien mantiene vivo el espíritu de Callejeros. Si bien el grupo se presentó de manera informal en homenajes a las víctimas de Cromañón, realizados anualmente cada 30 de diciembre, recién este año pudieron tocar por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires a través de una serie de siete shows en el estadio Luna Park. Poco afecto a dar declaraciones públicas y cada vez más cerrado hacia su pequeño núcleo personal, en estos veinte años al cantante apenas se lo vio en sus shows y alguna que otra vez como invitado de otro artista. Por fuera de lo música, la última noticia sobre su persona trascendió hace veintinco días cuando tuvo un encuentro con el Papa Francisco.
Tras una gira por España, el cantante fue hacia el Vaticano junto a Luis Lamas y Juano Falcone para tener una audiencia privada con el Sumo Pontífice, a fin de entregarle en mano un ejemplar del libro Voces Tiempo Verdad, impulsado por la organización Nos Cuenten Cromañón. “Francisco se mostró muy conmovido por la lucha que vienen sosteniendo los sobrevivientes durante casi 20 años”, publicaron desde la ONG en sus redes sociales.