En un mundo lleno de palabras vacías y despedidas apresuradas, el mensaje de Miriam Lanzoni resonó como un grito de dolor profundo. En sus redes sociales, la actriz compartió una carta desgarradora dedicada a Federico Rod, su mejor amigo, su confidente y, como lo definió ella misma, “su ángel”. La muerte de su gran amigo Cory, como lo nombra en un extenso posteo, se produjo de manera repentina y tocó la vida de sus seguidores y amigos, que expresaron también su dolor en los comentarios.
“A vos no te voy a mentir, a vos no, si nos mirábamos y sabíamos todo. Hay pedacitos de mi corazón por todas partes, lo que siento no lo puedo ni llamar dolor, ojalá fuese solo dolor, Corita”, comienza Lanzoni, dejando entrever el impacto brutal de la partida. La sinceridad cruda de su mensaje rompe con cualquier formalidad. No se trata de una despedida común, sino de un monólogo íntimo, dirigido a quien fue su compañero más cercano en la vida. “Sigo con esperanzas que se arrepientan de haberte llevado de este plano”, suplica en medio de dolor, aun sabiendo que se trata de un imposible.
“Que extrañes tanto que pegues la vuelta y yo te rete mucho como cuando comías porquerías…”, escribe con nostalgia, evocando un amor teñido de bromas internas y complicidad inquebrantable. “Pero sé que eso no va a pasar, y las teorías son divinas, pero no sé cómo sigo sin vos, mi Cory”, detalla sobrepasada por la realidad no de volver a ver a su confidente.
Cory no era solo un amigo. Era su hermano del alma, su “cielito”, un apodo que ahora, paradójicamente, se convierte en una ironía dolorosa. “Cielito, así me llamabas… Qué ironía la puta que lo parió”, escribe con un tono que combina rabia, incredulidad y ternura. Cada palabra parece brotar de una herida abierta, mostrando que la pérdida no se procesa con lógica, sino con sentimientos desbordados.
Sin todavía comprender las razones detrás de esta terrible perdida, elabora una teoría urgente: “Creo en Dios, la maniobra no la entiendo aún. Pero sé que cualquiera quisiera tenerte a vos, y ahí ganó el más poderoso… no sé… Deseo que tu viaje sea como lo mereces mi amor, que solo tengas felicidad, que nada duela“. Este desgarrador mensaje contiene una promesa: ”Me comprometo a cuidar de los tuyos, a ser feliz, y a partir de ahora, no desperdiciar ni un solo segundo de vida".
“Gracias por elegirme para amarme y cuidarme así. Gracias por dejarte amar y cuidar así. Gracias por mostrarme todo vos, entero, sin ningún secreto. Gracias por confiar en mí. Gracias por compartir todo conmigo. Gracias por tanto mi cielito. Voy a honrar tu nombre hasta qué nos volvamos a encontrar. Y ahí prepárate…. porque no te suelto más“, agradece a modo de cierre.
Cory, tal como lo describe Miriam, no ha desaparecido del todo. Vive en su risa, en sus lágrimas y en cada instante que ella decide atesorar. “Eternamente en mi ser”, cierra Lanzoni, con unas palabras que trasciende las fronteras de la vida y la muerte. Entre los comentarios se encuentran las muestra de dolor de Sabrina Carballo; Celeste Muriega; Silvina Escudero y Barby Silenzi.
Así concluye un mensaje sin frases hechas ni clichés. Un testimonio humano y vibrante de lo que significa perder a alguien que no solo fue parte de la vida, sino que la definió. Un recordatorio de que el amor, aun en la ausencia, puede ser eterno.