Dalma Maradona vivió una noche inolvidable durante el regreso de Los Piojos, una de las bandas más emblemáticas del rock nacional, que volvió a los escenarios tras casi 15 años de separación, en el Estadio Único de La Plata. Como fanática de la banda desde su adolescencia, Dalma sabía que no podía perderse el recital. Para ella, no solo se trataba de revivir aquellas canciones que marcaron su vida, sino también de una conexión especial con su papá, Diego Maradona, quien compartió junto a ella momentos únicos al ritmo de la agrupación. Por ello, decidió ir en compañía de su hermana menor, Gianinna, y algunos amigos para disfrutar de una noche que le iba a ser difícil de olvidar.
“Ritual piojoso”, expresó en una de las tantas postales que tomó junto a una de sus acompañantes, Dani Nirenberg. Sin embargo, lo que Dalma no imaginaba era que su experiencia iba a ser aún más significativa gracias a una invitación especial que le hizo Andrés Ciro Martínez, el líder del grupo. Durante la previa del show, le propusieron que se sumara al espectáculo de una manera muy particular: subir al escenario disfrazada con el rostro cubierto durante la interpretación de la canción “Fumigator”. Sin dudarlo, aceptó el desafío y se preparó para sorprender al público, sin saber que ella misma viviría uno de los momentos más emotivos de su vida.
Antes de su participación en el escenario, la hija mayor de Maradona compartió en sus redes sociales un detalle que la conmovió profundamente. Contó que, en medio del show, la banda tocó una canción que no estaba incluida en la lista oficial, pero que para ella tiene un significado único: “Zapatos de gamuza azul”. Junto a una foto del setlist, escribió emocionada: “Termina ‘Bicho de ciudad’ y me preparaba para escuchar la canción de mi papá y después salir a ‘Fumigator’, pero antes empieza a sonar ‘Zapatos de gamuza azul’. Ese rock lo bailé con mi papá en mi fiesta de 15 mientras lo tocaban Los Piojos”. Para Dalma, fue un momento mágico, una señal que la conectó directamente con el recuerdo de Diego.
Cuando llegó el turno de “Fumigator”, Dalma cumplió su misión con todo el histrionismo que la caracteriza. Apareció en el escenario disfrazada con un sobretodo largo, una máscara y una pala gigante, sorprendiendo a los músicos y al público. Durante la performance, interactuó con los integrantes de la banda, moviéndose al ritmo de la música y generando risas y complicidad. En sus historias de Instagram, compartió imágenes del momento y escribió: “Así me preparaban, ¡qué equipazo! Los amo a cada uno. Gracias”.
Hacia el final de la canción, llegó el instante más conmovedor de la noche. Dalma se quitó la máscara y reveló su identidad frente a un estadio colmado de fanáticos. La respuesta fue inmediata: una ovación ensordecedora invadió el lugar, mientras el público reconocía a la hija del ídolo futbolístico en el escenario de la banda de sus sueños. En otra publicación, Dalma resumió su experiencia con una frase cargada de emoción: “Subir al escenario de la banda de tu vida. Y un día fui el piojo de Fumigator. Gracias, Los Piojos. Los amo desde hace mil años”.
La noche no terminó allí, sino que luego llegó el momento en que la conductora de Bondi Live se sacó la máscara y reveló su identidad. Para ello, el líder de la banda la acompañó al centro del escenario y expresó: “Vamos a ver al piojo o a la pioja, que yo creo que es piojosa desde la cuna”. Acto seguido, la joven dejó su rostro al descubierto y un sinfín de aplausos se hizo presente en las inmediaciones del estadio. “Los amo y a todo el público piojoso (del que me siento parte hace mil años) Gracias por tanto amor. Nos vemos en el próximo pogo”, expresó, con los sentimientos a flor de piel y luego, con un breve video desde su lugar en la tribuna, escribió: “Qué fiesta. Los amo a todos”.
Para Dalma, no solo fue una noche especial por estar cerca de su banda favorita, sino también porque los recuerdos y la música la conectaron con su padre de una manera única. El regreso de Los Piojos no solo reunió a los fanáticos de siempre, sino que también dejó momentos inolvidables que quedarán grabados en la memoria de todos los presentes.