La historia de amor entre Sabrina Rojas y Luciano Castro comenzó en 2010, durante la gira teatral de la adaptación de la exitosa novela Valientes, producida por Pol-ka. En aquel entonces, Castro ya era uno de los actores más reconocidos de la televisión argentina, mientras que Rojas se encontraba en una etapa consolidada de su carrera artística.
Sin embargo, la relación no comenzó en un contexto sencillo. Sabrina aún mantenía una relación con Juan Pablo Inigizian, su pareja de ese momento y con quien estaba desde hacía cinco años. Según confesó tiempo después en una entrevista en Los Ángeles de la Mañana, programa que hoy en día se abrevió a LAM, el vínculo con Castro se originó de manera paralela a su noviazgo, generando lo que describió como una situación inevitable: “El gordo, mi marido, fue mi amante porque yo estaba en pareja”, expresó en tono distendido, aunque admitiendo la complejidad del inicio de su relación.
Por otro lado, Luciano Castro, quien en ese momento se encontraba soltero tras su separación de Elizabeth Vernaci y ya era padre de Mateo, fruto de una relación anterior con una mujer llamada Florencia, quedó deslumbrado por Sabrina. El “flechazo” fue inmediato y, aunque intentaron mantener el romance en secreto, los rumores pronto comenzaron a circular. Durante la gira teatral, las salidas juntos y las imágenes compartidas en lugares como Mar del Plata y Mendoza terminaron por confirmar lo evidente: el amor había nacido “entre bambalinas”.
La relación se hizo pública oficialmente en marzo de 2010, cuando fueron vistos alojándose juntos en un hotel de Mendoza. Desde entonces, la pareja dejó de ocultarse y comenzó una etapa en la que vivieron momentos de profunda felicidad, pero también enfrentaron las crisis que marcarían su historia a lo largo de los años. En palabras del propio Castro, durante una entrevista con Crónica, “Somos lo que somos, lo demás es fantasía que se genera para las lucecitas de colores”, refiriéndose a los rumores y especulaciones que los rodeaban constantemente.
A pesar del inicio controvertido, la relación entre Sabrina Rojas y Luciano Castro creció con el tiempo. Se mudaron juntos en 2011 y, al año siguiente, dieron la bienvenida a su primera hija, Esperanza. Posteriormente, en 2015, nació Fausto, consolidando así la familia que ambos habían soñado.
Este inicio, que comenzó como un amor “prohibido”, marcaría una década de altibajos, protagonizando titulares de la prensa del espectáculo por sus crisis, reconciliaciones y momentos de estabilidad. La relación, sin embargo, nunca dejó de ser foco de atención mediática, en especial por los rumores de terceros en discordia que los acompañaron desde el comienzo.
La pareja duró 11 años, en los que no faltaron desafíos. A lo largo de esta década, vivieron momentos de gran felicidad, pero también atravesaron crisis públicas y mediáticas que pusieron a prueba su vínculo. Una relación con altibajos constantes. Rojas afirmó que su relación era “revoltosa e imperfecta”, pero también destacó el amor profundo que los mantenía juntos. En 2021, en una publicación por su aniversario, la actriz describió su vínculo como “un amor sin caretas, inestable como la vida misma”, celebrando la capacidad que tenían para “reinventarse” a pesar de los obstáculos.
En 2018, Sabrina reconoció que su relación con Luciano atravesaba un momento de “desgaste muy fuerte”. La actriz admitió que las dificultades eran parte natural de cualquier pareja y que ambos estaban intentando superarlas por el bien de su familia. Este fue uno de los primeros signos públicos de inestabilidad, aunque la pareja logró mantenerse unida en aquel momento.
La crisis más dura y mediática llegó en 2019, cuando se filtraron en las redes sociales fotos íntimas de Luciano Castro que, según explicó Rojas, fueron tomadas durante una breve separación. El contenido, que rápidamente se viralizó, generó un escándalo público que afectó profundamente a la pareja. Aunque las imágenes correspondían a un tiempo en que ambos estaban distanciados, la situación puso a la relación bajo el foco de los medios.
Castro, visiblemente afectado, admitió que sentía pena por sus hijos al tener que lidiar con la exposición mediática. Sabrina, por su parte, se tomó la situación con humor y declaró en redes sociales: “A todos los que me preguntan si vi las fotos… Sí, claro que las vi. Y solo tengo para decir ‘gracias, Dios’, por dejarme comer semejante lomo desde hace diez años”. La reacción de Rojas alivió, en parte, la tensión mediática, y la pareja logró reconciliarse después de este episodio.
Finalmente, en 2021, la relación llegó a su fin. La confirmación fue hecha por la propia Rojas en una entrevista con Jorge Rial en el programa Intrusos, donde expresó: “Estamos separados, por suerte. Cuando las cosas no van, lo más sano es separarse”. Aunque ambos aseguraron que la separación fue en buenos términos, las tensiones entre ellos quedaron expuestas públicamente poco después.
La separación definitiva estuvo marcada por las declaraciones cruzadas y acusaciones. Rojas publicó un mensaje en sus redes que generó polémica, insinuando problemas más profundos en la relación: “Por fin me voy a librar… Te voy a sacar la careta… Al psicópata, violento, drogadicto… Alguien lo tiene que parar”. Poco después, la actriz aclaró que había sido hackeada, pero el mensaje dejó abiertas muchas preguntas sobre los conflictos que llevaron a la ruptura.
A pesar de su separación, decidieron priorizar el bienestar de sus hijos, Esperanza y Fausto. En sus declaraciones posteriores, ambos insistieron en que su rol como padres los mantendría unidos, asegurando que continuarían compartiendo momentos en familia. “Nos van a ver mil veces juntos, porque nos separamos como pareja, no como familia”, expresó Rojas.
La historia de amor entre Sabrina Rojas y Luciano Castro, que comenzó con un flechazo entre bambalinas, estuvo marcada por grandes momentos de felicidad, pero también por crisis y desafíos que finalmente llevaron a su desenlace en 2021. Sin embargo, su relación sigue siendo un tema recurrente en los medios, especialmente tras las declaraciones recientes de Rojas que reavivaron viejos rumores y tensiones.
Las recientes declaraciones de la conductora en el programa Pasó en América (América TV) reavivaron un capítulo que parecía olvidado en la vida del actor Malparida y Griselda Siciliani, involucrando nuevamente a las tres figuras en un triángulo mediático que combina tensiones del pasado y nuevas especulaciones.
Esta guerra con la actriz de Envidiosa comenzó con una sencilla chicana por parte de la exvedette al aire de Ángel Responde (Bondi Live). Allí dijo: “Yo tengo una cuestión de piel con ella, por cosas de la vida, por un montón de cosas. No me gusta caretear y tampoco quiero armar un escándalo… Entonces, me parece que definirlo, tengo una cuestión de piel y es muy loco como a veces la vida da vuelta las cosas”, dijo, visiblemente molesta.
Sin embargo, se negó a confesar si había sido la tercera en discordia y una de las causas de su divorcio con el actor de Los Roldán. Esta corta declaración dio inicio a una pelea que, más de un mes después, sigue en vigencia, con respuestas por todos los flancos posibles. La encargada de responder fue la actriz de Patito Feo, quien no se mostró ajena a esta situación, en una entrevista en LAM (América TV).
“Leí lo que dijo, pero no lo vi. Viste que es diferente cuando lo leés que cuando lo ves. Yo no opino de nadie ni de nada que tenga que ver con mi vida o que no tenga que ver con el trabajo”, comenzó diciendo, para terminar reconociendo que no le es ajeno ni le da lo mismo lo que piense Sabrina.
“Te respondería más con un cassette, pero a mí lo que me pasa, para ser completamente honesta, lo que realmente me pasa, es que yo quiero que todos me quieran. O sea, incluso Sabrina. Por eso soy actriz, soy ariana y quiero que todos me quieran. Yo sé que no es posible que eso suceda, pero uno tiene la fantasía. Entonces cuando leés que alguien no te quiere o tiene algo con vos, no me gusta. Me gustaría que me quieran, pero es una fantasía medio infantil”, aseguró, entre risas.
Los días pasaron, las acusaciones cruzadas siguieron su curso hasta que, cansada de todo, Rojas confesó el detrás de escena de la relación: “Del lado de ella había como una obsesión, viste, Cuando yo estaba casada, embarazada, y ella… Mensaje, mensaje y mensaje”. Finalmente, al referirse a los rumores sobre un posible vínculo entre ambos, sentenció: “Después, si pasó o no pasó algo, supongo que sí, eso ya no lo sé”.
Fuera de su zona de confort, Griselda se vio nuevamente obligada a defender su relación con Lucho y declaró: “Me molesta, obviamente. Me gustaría que no se hablara de mí en esos términos, pero es así, es parte de la vida pública, de ser una actriz popular, también es parte un poco que siempre alguien pueda hablar de mí y trato de entenderlo como eso. Yo tengo este modo de no participar, pero bueno, no es que no me afecte, pero no es mi tema”.
Sin dar tregua a la pelea, la modelo aseguró que su exmarido “desea lo que no tiene” lo que dio a entender que estaba intentando reconquistarla mientras estaba en pareja con la actriz de Educando a Nina. Fue recién con casi un mes cumplido del comienzo de este conflicto mediático que Luciano hizo su aparición en los medios y se refirió a los dichos de la madre de sus dos hijos.
“Yo no hablo, no opino. Todo lo que tengo que hablar, lo hablo en privado. Lo hice siempre, aparte. No es una postura. De hecho paré porque ya tuvimos una charla y a mí me importa que sepan que no es personal”, fue todo lo que dijo el intérprete acerca del tema. El último embate verbal que tuvo la dupla fue con respecto a los nenes que tiene en común.
Por un lado, Rojas confesó que estaba “muy triste por cosas de Luciano como papá” y que muchas veces intentaba fingir una realidad que no era para que los pequeños no sufran y remató con la frase: “Les hago creer que tienen un papá fantástico“.
Por el otro, el actor fue interceptado por Socios del Espectáculo (El Trece) y no esquivó las preguntas. “Las cosas están picantes con Sabrina, ¿cómo van a ser las fiestas con tus hijos?”, indagó. Con tranquilidad, Castro respondió: “Mis hijos son mis hijos. Van a estar conmigo y con la madre. Siempre fue igual y nunca cambió”.
“Todo lo que tenga que hablar con la madre de mis hijos lo hago en privado. Sobre todo, cuando son cosas importantes. Después, cada uno hace lo que quiere”. Ante la insistencia sobre si le molestaba la dureza de las declaraciones de Sabrina, el actor mantuvo la calma, pero dejó entrever cierto hartazgo: “Yo me puedo basar en que hace mucho que laburo y siempre fui igual. Nunca me vas a ver hablando bien o mal de nadie. Salvo que lo amerite la situación, lo hago en privado”.