En el marco de una prueba que las obligaba a mantenerse unidas por una soga durante 24 horas, Petrona Jerez y Sandra Priore, dos de las participantes más destacadas de la actual edición de Gran Hermano (Telefe), protagonizaron un momento inesperado de apertura y vulnerabilidad. Si bien es de público conocimiento que ambas no tienen una buena relación, el desafío impuesto por el programa las empujó a dialogar y a compartir detalles íntimos de sus vidas personales.
La dinámica de la prueba, que buscaba obtener un beneficio para toda la casa, resultó ser el escenario perfecto para que Petrona revelara uno de los episodios más difíciles que le tocó enfrentar: la infidelidad de su esposo. En el patio trasero de la casa más famosa de la Argentina, las dos mujeres comenzaron a relatar experiencias dolorosas y cómo lograron, de diferentes maneras, sobreponerse a esas situaciones.
Sandra, con intención de romper el hielo, preguntó: “¿Vos qué querés hacer cuando salgas?”. Petrona, sincera, no dudó en expresar su deseo: “Irme a ver a mi familia”. A partir de allí, la conversación tomó un tono más profundo y dejó al descubierto la fortaleza de ambas participantes frente a las adversidades.
Durante la charla, la oriunda de Tucumán se abrió emocionalmente y relató uno de los momentos más difíciles de su vida: la infidelidad de su esposo, Jorge, con una vecina. Conmovida, la participante confesó que su marido le había dedicado una carta antes de que parte de Tucumán para ingresar al reality: “Mi marido me dijo que era una guerrera de la vida y que se le iba el pilar de la familia”
Sin embargo, detrás de esas palabras, se ocultaba una traición que terminó siendo un secreto a voces. Según explicó Petrona, su madre fue la primera en enterarse de la situación, pero a pesar de las advertencias, ella se resistía a creerlo. “Todo el mundo sabía y yo era la que menos sabía”, declaró dolida. La vecina involucrada no solo era alguien conocida por Petrona, sino que además vivía justo enfrente de su casa y llegó a enviarle fotos comprometedoras a Jorge, lo que terminó por destapar la situación.
Luego de relatar cómo descubrió la infidelidad de su esposo, Petrona profundizó en la complejidad de la situación. La participante confesó que, a pesar del dolor y la traición, optó por tratar de llevar la situación y continuar con su matrimonio. “Era abrirme o seguir con el matrimonio”, expresó, dejando entrever la lucha interna que atravesó en ese momento, pero al final decidió apostar por su relación.
La charla entre Jerez y Priore no solo sirvió para que ambas compartieran sus historias personales, sino que también se convirtió en un espacio de empatía y comprensión. Tras escuchar la dolorosa confesión de Petrona, Sandra se sintió identificada y decidió compartir que ella también había vivido una situación similar con su esposo, de la cual lograron salir adelante juntos.
En un gesto de solidaridad, Sandra quiso saber más detalles y le preguntó: “¿Quién era ella?”. A lo que Petrona, aún dolida, respondió: “La vecina de enfrente, le mandaba fotos”.
Lejos de juzgar o confrontar, Sandra cerró la conversación con una reflexión que buscó brindar apoyo y consuelo a su compañera: “En la vida, todo vuelve”. Esta frase no solo selló el diálogo entre ambas, sino que también reflejó la capacidad de encontrar fuerza en las experiencias compartidas, a pesar de las diferencias personales que las han separado dentro de la casa.
Este intercambio inesperado dejó en claro que, incluso en un ambiente de competencia como Gran Hermano, es posible encontrar momentos de conexión y sororidad entre los participantes. Por otro lado, cuando adicionó en el confesionario móvil, tuvo un divertido mano a mano con Robertito Funes y allí habló del vínculo que la une a su marido. “Se llama Jorge, es cocinero, estamos juntos hace 27 años y lo quiero como el primer día”, había dicho meses atrás la mujer.