Gastón Hernán Villagra, conocido por todos como El Retutu, atraviesa un momento delicado. La noticia llegó a través de su hijo, Matías, quien, con una mezcla de fe y preocupación, utilizó las redes sociales para compartir el estado de salud del popular cantante de cumbia y exparticipante de Cuestión de Peso.
“Después de días agitados aparezco para contarles lo que le pasó a mi papá. Yo voy a estar manejando su celular porque él está internado en terapia intensiva para un mejor control”, escribió el joven con tono sereno pero firme, como quien encara la adversidad con la convicción de que todo tiene un propósito. La cirugía bariátrica que el cantante había planificado terminó complicándose. Fiebre persistente, fuertes dolores abdominales y un hallazgo alarmante: hematomas en la cavidad abdominal. Fue necesaria una segunda operación para “limpiarlo internamente”.
A los 17 años, Matías cargó con la misión de informar y contener. “Yo sé que esto es un proceso que Dios quiso que pasáramos como familia porque necesitábamos la presencia de nuestro único sanador, que es Jesús de Nazaret“, reflexionó el joven, apoyándose en el Salmo 119:71: “Fue bueno que me afligieras porque cuando me afligiste aprendí tus mandamientos”. A través de sus palabras, no solo relató lo ocurrido, sino que transformó la angustia en un acto de fe. “Toda aflicción trae consigo una enseñanza preciosa”, concluyó, al mostrar una madurez sorprendente para un adolescente que asiste al dolor de su padre.
Desde la cama del hospital, el propio Retutu, visiblemente débil, pero con la fuerza necesaria para hablarle a su gente, relató: “Quiero pedirles perdón a todos los que me contrataron en diciembre. No voy a poder hacer los shows por obvias razones... Me tuvieron que volver a operar de urgencia, pero sé que voy a salir adelante. Gracias por confiar en mí. Quiero que oren por mí”, dijo mirando fijamente a la cámara, como quien sabe que debe una explicación a su público fiel.
Las fechas eran importantes: el 24, 28 y 31 de diciembre, días en los que el intérprete hubiera llevado su cumbia a decenas de escenarios y fiestas populares. Sin embargo, su salud hoy tiene otro calendario. “Si era por mí lo hacía, pero no voy a poder”, insistió con el rostro serio, aunque sin perder la calma. La fe en Dios -“Él tiene una promesa para mí”- fue el eje de su mensaje. La certeza de que saldrá adelante, su promesa a quienes lo siguen: “Los amo. Dios los bendiga”.
Para quienes recuerdan su paso por Cuestión de Peso, El Retutu representa una historia de redención. Fue el ganador de la quinta edición del reality y logró un cambio físico que conmovió a todo el país: perdió 130 kilos y dejó atrás hábitos que, hasta entonces, lo definían. Dos kilos de carne diarios, un kilo de pan, litros de leche y alfajores conformaban una dieta que lo mantenía preso de sí mismo. Pero Gastón encontró en el programa una oportunidad para renacer.
Ese mismo espíritu de lucha lo acompañó después, ya no solo como cantante, sino también como líder comunitario y predicador de la palabra de Dios. Desde hace años, ayuda a chicos necesitados con alimentos y mensajes de fe. El hombre que una vez luchó por su vida en el programa, hoy se enfrenta a otro desafío, esta vez sobre una cama de hospital, aunque con la misma convicción de entonces: “Sé que voy a salir adelante”.
Matías, el hijo que hoy lleva la voz cantante en esta historia, pidió oración. Es el símbolo de una familia que se aferra a su fe. “Aquellas personas que quieran unirse en la oración, por favor, háganlo”, escribió, al abrir la puerta a la solidaridad espiritual de quienes acompañan a El Retutu. Es un gesto de amor y unidad, una cadena invisible que los sostiene en los momentos más oscuros.
Mientras tanto, el cantante permanece en terapia intensiva, bajo control médico y rodeado del cariño de los suyos. Como él mismo lo dijo, “voy a estar bien”. En cada oración que llega, en cada palabra de aliento que recibe, su promesa de salir adelante se fortalece.
Por ahora, la música queda en pausa, pero su historia sigue resonando. El Retutu siempre fue un luchador. Y esta vez no será diferente. Dios los bendiga, repite él. Palabras tan simples y tan llenas de fe a la espera de que le abran camino hacia la recuperación.