Sabrina Rojas apuntó sin filtro contra Luciano Castro: “Les hago creer a mis hijos que tienen un papá fantástico”

En un nuevo capítulo de una separación cada vez más escandalosa, la conductora cuestionó las actitudes del actor

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Sabrina Rojas contra Luciano Castro

Sabrina Rojas dejó caer el peso de sus palabras con precisión quirúrgica. Lo hizo sin rodeos, sin las habituales máscaras de cordialidad que suelen envolver las disputas mediáticas. Esta vez habló con el tono de quien ya no quiere callar más, apuntando directamente contra Luciano Castro, el padre de sus hijos, Esperanza y Fausto.

Es algo de su personalidad. No la va a cambiar”, sentenció, resignada pero firme, en charla con Desayuno Americano. No hubo lugar para la duda en su declaración. Desde hace tiempo, la conductora convive con lo que, a su entender, es una constante en su ex: la inacción. “Hay personas que suelen cambiar. Éste, por como veo el caso, no lo es”, remarcó, al dejar al descubierto no solo su enojo momentáneo, sino una frustración acumulada con los años.

La conductora se mostró cansada de cargar con la responsabilidad que, dice, debería ser compartida. “Hay cosas de las que hay que hacerse cargo en la cotidianeidad y en el día a día”, explicó con una crudeza sin maquillaje. “Hay una carga mental que él no tiene, que yo sí”, subrayó. Unas pocas palabras bastaron para visibilizar lo que tantas madres sienten: el peso invisible de la crianza cotidiana, de los detalles pequeños que se vuelven montañas. “Claramente a veces nos sucede solo por ser mujeres, pero también hay veces que... hoy tengo un día... estoy muy enojada. Hoy estoy muy enojada y estoy muy triste por cosas de Luciano como papá”, reveló, mientras la emoción contenida se filtraba entre las frases.

Sabrina Rojas y Luciano Castro en una antigua postal familiar
Sabrina Rojas y Luciano Castro en una antigua postal familiar

El enojo no es solo con Luciano, sino también con el contexto que la obliga a callar, a proteger la imagen del padre de sus hijos por el bien de los pequeños. “Las mujeres somos rehén de eso, ¿viste? Que no lo tenemos que contar porque tenemos que cuidar a nuestros hijos”, reflexionó. Pero lo cierto es que, pese a su silencio habitual, hay momentos donde la bronca la desborda. “A veces me da mucha bronca verlo empoderado y como si fuese un gran hombre, porque muchas veces no lo es”, afirmó sin matices, despojando al actor de la imagen idealizada que proyecta en público.

¿Y los chicos? Sabrina reveló que ellos no reclaman, porque ella misma se encarga de cubrir todas las ausencias. “Yo les hago creer que tienen un papá fantástico”, expresó, al dejar entrever una mezcla de dolor y sacrificio, como si su labor fuese también amortiguar las carencias.

Respecto a la relación de Luciano con Griselda Siciliani, Rojas fue implacable en su ironía: “Es una historia de amor donde yo ya sé el capítulo final. Pero está bueno que se disfruten. Siempre es lindo estar enamorado y toda esa parte. Me parece espectacular”. No hubo veneno en esas palabras, sino un aire de desdén y cierto distanciamiento. Sabe más de lo que dice, pero elige guardar silencio.

Sabrina Rojas y la publicación en Instagram tras un nuevo logro de uno de sus hijos
Sabrina Rojas y la publicación en Instagram tras un nuevo logro de uno de sus hijos

Sin embargo, cuando le preguntaron si se sentaría a tomar un café con Siciliani, su respuesta fue tajante: “No, cero”. Ahí no hubo ni siquiera margen para el juego de las apariencias. No pretende agradar ni disimular. “Yo soy como soy en todas partes y todos me conocen acá en cámara, afuera, en la puerta del cole, como compañera de trabajo. Soy yo. Esto que ves es lo que soy. No tengo una doble cara. Yo no la tengo. Hay otras personas que sí”, aclaró. Luego lanzó la estocada final: “¿Griselda? No lo sé. El padre de mis hijos, sí”.

Pero allí no quedó todo, claro. Horas después de sus declaraciones en televisión, la conductora redobló la apuesta desde sus redes sociales. En una historia de Instagram celebró el logro escolar de su hijo Fausto, quien fue reconocido por su “capacidad emocional para procesar y digerir con éxito sus emociones y habilidades sociales, logrando un vínculo saludable y empático con los demás”. Orgullosa, escribió: “Hice todo bien”. Dos palabras cargadas de significado. Dos palabras que dicen mucho más que lo que callan.

En su publicación, no hubo mención a Luciano Castro, y quizá esa omisión sea la más fuerte de las respuestas. Mientras la imagen pública del actor continúa intacta, Sabrina reconstruye, sola, el día a día de sus hijos. Lo hace desde el amor, pero también desde una carga que -aunque invisible- pesa con toda su fuerza.

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