Cuando Frank conoció a Carlitos, el musical que relata el encuentro imaginario entre Sinatra y Gardel sigue cosechando reconocimientos. La obra escrita por Raúl López Rossi y Gustavo Manuel González y protagonizada por Oscar Lajad (El Zorzal) y Alan Madanes (La Voz) fue declarada de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Luego de recibir el diploma semanas atrás sobre el escenario del Teatro Astral, se realizó una ceremonia en el Salón Dorado del edificio porteño, en una fecha muy especial, a punto de cumplirse un nuevo aniversario del nacimiento del Morocho del Abasto.
La iniciativa fue propuesta por el legislador del Pro Sergio Siciliano, quien compartió un resumen del encuentro en sus redes sociales y sumó unas palabras para destacar la obra y los motivos que lo llevaron a sugerir el reconocimiento. El tango no es solo música o baile. Es nuestra historia, nuestra identidad, nuestra alma hecha arte. Por eso, reconocer de interés cultural a la obra es celebrar lo más profundo de nuestra cultura”, expresó el diputado, quien puso especial énfasis en anclaje porteño de uno de sus grandes mitos.
“Esta puesta en escena rescata la figura de Carlos Gardel, un ícono que llevó el tango al mundo y puso a nuestra tierra en el mapa cultural global. Su legado sigue vivo, inspirándonos y recordándonos quiénes somos. ¡Felicitaciones a todo el equipo detrás de esta maravillosa obra y por seguir manteniendo viva la cultura porteña!”, agregó.
Además de los protagonistas y los autores, asistieron al encuentro el productor general Héctor Cavallero, la directora general Natalia del Castillo, el coordinador de producción Nicolás Cavallero y parte de la orquesta de Aeropuertos Argentina que sube a escena en cada función, dirigida por Néstor Tedesco. A medida que iban llegando los invitados, se encontraban en vivo y en directo con esas melodías grabadas a fuego en los corazones. Como broche de oro, Lajad y Madanes regalaron un poco de su talento para interpretar con naturalidad las dos voces más representativas del siglo pasado.
La ceremonia formal supone un nuevo logro en un musical que no para de sorprender. Se estrenó a comienzos de julio en el Teatro Presidente Alvear, con una idea de permanecer tres semanas en cartel. El éxito en taquilla la mudó al Astral y la ceremonia de los Premios Hugo la galardonó con siete estatuillas, entre ellas la de mejor musical. Ahora, sus integrantes descansan y recargan sus energías para volver a escena a partir del 10 de enero en el Alvear, para recrear noche a noche el encuentro imposible que cada vez parece más real.
La magia de un musical llamado a hacer historia
La trama de Cuando Frank conoció a Carlitos se sitúa en 1934, en la vibrante Nueva York. Por entonces, Carlos Gardel era un ídolo internacional, mientras que Frank Sinatra apenas soñaba con un futuro en la música. Y en ese contexto surge una de las leyendas más apasionantes de la música popular del siglo XX: que estos dos íconos mundiales, tan distintos en origen y estilo, se habrían encontrado en la intimidad de un camarín.
Escrita por Raúl López Rossi y Gustavo Manuel González, y con dirección general de Natalia del Castillo, el musical da vida a esta fábula entre el “Zorzal criollo” y “La Voz”, transportando al público a una época y a un lugar donde todo es posible. Invita a imaginar ese momento improbable en el que Gardel, ya consagrado, ofrece al joven Sinatra consejos sobre cómo enfrentar los desafíos de la industria y, sobre todo, cómo cantar solo aquello que se siente de verdad.
La historia se desarrolla en el contexto de los estudios de la NBC en la Gran Manzana, donde Gardel, después de una audición, se refugia en un camarín para evadir un romance que quiere olvidar. Un inesperado golpe en la puerta le da paso a un desconocido: un joven Francis Albert Sinatra. Incrédulo ante la presencia de su ídolo, el joven Sinatra, errático pero decidido, intenta absorber cada palabra, cada gesto del artista argentino. Gardel, por su parte, sorprendido por la espontaneidad de aquel muchacho, se convierte en un mentor inesperado.
Entre consejos y anécdotas, los planetas se van acercando y brota entre ambos una complicidad. La irrupción de Nancy Barbuto, la esposa del joven Frank (Antonella Misenti) refuerza el vínculo y aliviana las pequeñas tensiones entre dos gigantes cuyos destinos estaban a punto de cambiar. Sinatra proyectaba su camino al estrellato, mientras Gardel, en un trágico giro del destino, perdería la vida un año más tarde en un accidente en Medellín.