Este domingo al mediodía, Juana Viale dio rienda a una nueva emisión de Almorzando con Juana, por la pantalla de El Trece. Con una mesa repleta de figuras pertenecientes tanto al ambiente artístico como a la política, la conductora contó como es habitual con las delicias de Jimena Monteverde, su cocinera de confianza. Si bien en cada encuentro la chef se desvive para estar a la altura de las expectativas de los comensales, en esta ocasión no pudo evitar referirse a los particulares pedidos que tuvo que llevar a cabo y agotaron su paciencia.
Las sillas de la mesaza se encontraban ocupadas por Carlos Baute, María Fernanda Callejón, Flor Torrente, Diego Reinhold, José El Purre Giménez Zapiola y Rodrigo de Loredo. Cada uno de ellos se encontró con la especialista en gastronomía, quien no dudó en hacer uso de su humor para presentar la carta. “De primer plato tenemos una variedad de menús a mucha exigencia de los comensales. Vamos a ver si llega todo en orden”, expresó Monteverde, ataviada con un uniforme azul con detalles en blanco y el bordado de un delfín en su espalda, previo a presentar la comida estrella de la velada.
“Sí, hubo mucha exigencia de parte de los comensales”, acotó Juana Viale respaldando a su compañera, quien se adecuó a las necesidades de cada una de las figuras presentes. “Tenemos muchos problemas”, acotó Torrente, un poco avergonzada Torrente. “Calidad de vida”, sumó Callejón, quien no se quedó atrás para sumarle un poco de positivismo al momento. Fiel a su particular sentido del humor, Monteverde le contestó a la vedette: “Sí, sobre todo para mí la calidad de vida”. Sin embargo, fue el prólogo a las carcajadas que se adueñaron de la mesaza.
Continuando con la explicación del menú, la chef detalló: “La idea original eran unos capelettis de cabutia con salsa de puerros”, aunque Viale intervino de inmediato: “Pero nadie iba a comer eso…”. Si bien otros de los invitados intentaron meterse en la conversación, Jimena hizo oídos sordos y agregó: “Y después, con una salsita de puerros, tenemos una bondiolita braseada y una opción vegetariana”. Esto despertó la curiosidad de la anfitriona, quien indagó si se trataba de una preparación para ella, a lo que le respondió: “No, porque vos tenés los capelettis y no comés harina. Es una torre de calabaza y verduras hecha con mucho amor y, principalmente, alegría…”.
Ante sus palabras, María Fernanda no dudó en referirse a la personalidad de la cocinera. “Conozco a Jime, es muy fogosa y amorosa”, aseguró, con una sonrisa pícara. En su salsa, Monteverde se sumó apelando al doble sentido: “Si hay algo que tiene esto es amor, no sabés cómo te corté la calabaza…”. Nuevamente, Viale se animó a bromear con su compañera y comentó: “Nunca deseaste tanta variedad”. Entre risas, ella le respondió: “Sí, sobre todo a fin de año, que uno está tan relajado”.
Otro que se animó a sumarse al desopilante intercambio fue Baute, quien lanzó: “A mí no me preguntaron si era alérgico a nada”. Jimena, quien llevó a cabo una gran cantidad de platos para esa tarde, le respondió: “Todos los platos te traen de degustación… Después, de postre tenemos un lingote de chocolate y dulce de leche”.
Una vez finalizado el recuento de los platos de aquella ocasión, la nieta de la Chiqui no dudó en darle un respiro a su compañera. “Lo vamos a disfrutar porque se va a notar el amor en los platos”, expresó mientras veía cómo se retiraba del estudio, a la par que los invitados expresaban su cariño hacia ella.