Armando Bo (nieto) empezó de cadete a los 17 años en el mundo de la publicidad y la ficción. “Empecé como meritorio de producción. Como no había moto, la mensajería la llevaba yo, y como estaba entrenando, iba trotando a los lugares, las jornadas eran intensas. Trabajamos 28 horas por día, un día de filmación, es decir, era una locura”, recuerda el director y productor de la serie Cromañón en una charla con Teleshow.
Aunque su trabajo en la industria comenzó desde joven, Bo admite que su aprendizaje no siguió el camino tradicional. “Fui muy autodidacta. Ahorré una guita y me fui a estudiar a Nueva York . Así fue como empecé, un poco a filmar de alguna manera. Filmé unos cortitos, vivi un par de meses en Estados Unidos y fue buenísimo. Tenía 22 años. Para empezar a dirigir, fui asistente de dirección, jefe de producción y buscaba ubicaciones”, relata sobre sus comienzos el hijo de Víctor y nieto del mítico Armando Bo.
En esta etapa, Bo ha decidido adoptar un enfoque distinto en su carrera, pasando del rol de director al de productor en proyectos clave como Cromañón. “Es mi primer paso como productor ya que no estoy dirigiendo o escribiendo. Fue una decisión decir ‘estaría buenísimo que esta serie no sea un proyecto donde yo dirijo, ni tampoco escribo”, explica a Teleshow.
—¿Te involucraste en todo el proceso de la serie?
—Obviamente estuve trabajando con todo el equipo en los guiones, en la edición y me involucré en todo el proceso, pero no desde el lado de director sino apuntalando y apoyando a la visión de dos directores. Estar cerca un poco de todo, pero no liderarlo directamente.
—¿El trabajo de investigación debe haber sido profundo, arduo y doloroso de reconstruir?
—La verdad sí, lo que pasó fue tremendo. Esa cadena de errores fue un desastre, cadena de horrores. Destrozó a toda una generación y cambió de alguna manera el país. Nos entrevistamos con varias ONG, con muchos sobrevivientes. Lo tomamos con muchísimo respeto. Sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, porque obviamente es un tema muy fuerte. Como padre me imagino ver que se estrena una serie sobre esto. Debe ser muy fuerte para mucha gente, pero que al mismo tiempo trae de nuevo la discusión sobre la mesa. Las nuevas generaciones pueden saber lo que pasó y pueden empezar a averiguar. Creo que en algún punto trae el tema nuevamente y lo pone sobre la mesa. Genera que de alguna manera mucha gente conozca, aprenda, sepa, pueda discutir y ayuda, tal vez, a que eso no vuelva a suceder.
—Se ha generado todo tipo de discusiones y debates en redes sociales sobre la serie...
—La serie tiene el poder, la verdad, de sacudir y de emocionar. Está bien hecho y creo que nosotros lo hicimos con mucha responsabilidad. Está bien dirigido, bien iluminado, bien actuado y escrito. Todo eso en conjunto hace que sea una ficción muy poderosa y además emociona mucho. El hecho de que la gente pueda empatizar, sufrir con esto de la manera que lo están viendo y de la manera que pueden sacar conclusiones, creo que es un aporte para que sepa la gente lo duro que fue para muchas personas. Lo hicimos con mucho amor. Fueron casi cuatro años de laburo donde fue nuestra prioridad hacerlo para que se vea muy creíble y real. Cromañón está estrenada en 280 países y es la posibilidad de que en todo el mundo se enteren de lo que sucedió.
—¿Te acordás dónde estabas esa noche del 30 de diciembre de 2004?
—Estaba acá en Buenos Aires y tenía 25 años. Fue tremendo. Estábamos todos mirando y no podíamos creer. Fue increíble. Todos recordamos de alguna manera lo que pasó y el momento. Para nosotros era una oportunidad de acercarnos a los jóvenes. Teníamos ganas de contar la historia de gente joven, que tenían todas sus vidas por delante y fueron cruzadas por esta tremenda masacre. Tuvieron que cambiar y replantear toda su vida. Tenían sueños que quedaron truncados.
—¿Tenés amigos que habían ido esa noche?
—No, no. Los conocí con la investigación, de escucharlos y tratar de estar cerca y conocer un poco más de esta historia desde el punto de vista de los que la vivieron.
—Cómo productor, ¿está la posibilidad de una segunda parte de la serie?
—La verdad es que no. Para nosotros sentimos que es suficiente y que está buenísima. No puedo negar que estamos orgullosos de la serie que hicimos. Que le llegue a la gente, que se emocione y reflexione. No puedo negar que como productor estoy muy satisfecho de lo que hicimos, con la responsabilidad de haber contado una historia que tenía que ser contada. El debate que está generando también me parece que es que es muy válido. No creo en todo el tiempo revisitar la historia. Está bueno poder encontrar otro tipo de hechos con otro tipo de tonos. Tratar de ir cambiando y seguir buscando historias interesantes para relatar.
—La escena dentro de Cromañón con la muerte y la desidia, ¿cómo fue contarla?
—Como productor ayudé lo más posible en los guiones y en la filmación. Trabajamos junto con las directoras en un montón de aspectos. El productor tiene un rol que es muy interesante porque tiene la posibilidad de estar en todo, pero al mismo tiempo necesita que también estén liderando otras personas. Fue un esfuerzo de producción gigante. Hubo un casting y todos los chicos son un hallazgo. Cada uno de los personajes de la serie son increíbles y pusieron todo su corazón en la serie. El vestuario, la luz... Fue una mega producción. Cuando algunos dicen, que de alguna manera uno está haciendo un negocio, es justamente para recrear el tamaño del horror que sucedió ese día. Fue un esfuerzo de producción muy grande, fueron muchísimos extras. Decidimos contarlo de la mejor forma posible.
—Fue una recreación muy real e impactante...
—Es verdad que puede ser duro verlo, pero sucedió. Tal vez hay gente que no sabe que una puerta de seguridad que estaba trabada para que no se cuelen, se convirtió en una trampa fatal. Fue una cadena de irresponsabilidades tremenda. Obviamente, sin duda, cambiaron muchas cosas después de eso. Y cambió el país también. El tema de la corrupción que había en ese momento y que de alguna manera siempre sigue. El otro día vimos en el estadio de River bengalas por todos lados, entonces sigue estando. Es bueno que se genere de vuelta un poco de conciencia acerca de lo que pasó.
—¿Es tu gran proyecto terminado como productor?
—Para mí profesionalmente es un paso muy grande. Que mi productora haga una serie de este calibre, le vaya bien y a la gente le guste y la reciba, que se convierta en una serie popular y de mucha calidad, está buenísimo para nosotros. Fueron cuatro años de trabajo.
—Después de este proyecto, sabemos que estás trabajando en un proyecto con la figura de Moria Casán y en otro, en los asesinatos de Ricardo Barreda.
—Sí. estamos empezando a filmar dentro de poco la historia del caso Barreda. También estamos en el inicio de la creación sobre la historia de Moria y además yo vuelvo al cine como director. Tengo dos películas que la intención es filmarlas en los próximos dos años. Ya se van a enterar. También está la historia del periodista Robert Cox.
—¿Cómo se gestaron esos proyectos?
—Los procesos son muy largos. Van apareciendo de diferentes maneras. Lo que hacemos es buscar buenas historias que pueden salir de una idea, o de un recorte de diario, o simplemente un libro.
—¿Por qué la historia de Moria?
—Es un personaje espectacular de la Argentina. Es un talento. Creo que a través de Moria también uno puede ver una parte de la historia argentina. Y al mismo tiempo ella es una transgresora. Es una mujer que vio las cosas antes que todos, que de alguna manera rompió un montón de reglas y límites que hoy podemos ver que nunca deberían haber estado. Es alguien que mezclan un montón de matices, texturas, músicas, teatros, televisión. Hay algo ahí que nos parece fascinante.
—¿Lo vas a realizar en forma de ficción o documental?
—Es una ficción (se ríe). Pero no puedo dar más detalles.
—¿Pero con Moria misma?
—Estamos trabajando...(así nos despidió, prometiendo otra charla para saber todo sobre las series y películas sobre las que está construyendo con su equipo)
Fotos: Matías Arbotto