Las calles iluminadas de Madrid no sabían que estaban presenciando el inicio de un torbellino mediático. Allí, en una noche cualquiera, la China Suárez y Franco Colapinto compartieron risas y paseos que rápidamente quedaron inmortalizados en videos que se viralizaron en las redes sociales. Lo que empezó como un rumor de romance escaló en pocos días hasta convertirse en una novela en la que incluso se subió al escenario a una exnovia y a una representante, sin dejar de lado a la ola de seguidores que no dejan de comentar cada movimiento de los protagonistas.
El piloto argentino, reservado y enfocado en su prometedora carrera en el automovilismo, no suele abrir la puerta a su vida privada. Sin embargo, el eco de su supuesto vínculo con la actriz desató un interés feroz por parte del público. Todo comenzó con imágenes que los mostraban juntos en la capital española, pero el punto álgido llegó cuando Estelle Ogilvy decidió intervenir de manera inesperada en redes sociales.
Conocida en Instagram y TikTok como Silly Lettuce, Estelle es mucho más que “la ex de Colapinto”. A sus 21 años, esta joven franco-británica construyó una sólida carrera como influencer y modelo de alta gama, mientras combina su vida profesional con sus estudios de derecho en Londres. La relación entre Estelle y Franco fue discreta, marcada por una aparente armonía que terminó cuando ambos decidieron priorizar sus respectivas carreras.
Pero los rumores del romance entre Colapinto y la China Suárez reavivaron el interés en su historia pasada. Un comentario de una seguidora en TikTok fue el detonante: “Hermana, te perdonamos. Volvé con Franco que se está mandando cagadas”. Estelle respondió con ironía: “¿Me perdonás, por qué exactamente?”. Esa breve respuesta fue suficiente para generar una ola de reacciones. Muchos de sus seguidores comenzaron a pedirle abiertamente que retomara su relación con el piloto, rechazando el posible vínculo entre él y la actriz argentina.
Lejos de quedarse al margen, Ogilvy continuó brillando en su faceta profesional. Actualmente trabaja para marcas de lujo como Longines, y fue retratada por el prestigioso fotógrafo James Kelly, conocido por inmortalizar a figuras como Cate Blanchett y Kate Moss. Además, su cercanía con Oliver Bearman, otro piloto de Fórmula 1, demostró que el mundo del automovilismo sigue siendo una constante en su vida, aunque ya no de la mano de Colapinto.
A pesar de la controversia, Franco no pierde de vista su objetivo principal: llegar a la Fórmula 1. Con solo 20 años, este joven de Pilar se convirtió en una de las mayores promesas del automovilismo argentino. Su dedicación y talento lo llevaron a competir en circuitos internacionales, ganándose el respeto en un ambiente competitivo y demandante.
El desafío ahora es mantener el equilibrio entre su vida personal y su carrera profesional. En un mundo donde cada gesto puede convertirse en titular, Colapinto enfrenta la presión de manejar su creciente fama con la misma destreza con la que maneja un monoplaza en la pista. Mientras tanto, la China Suárez optó por el silencio. Su ausencia de comentarios solo incrementó el misterio en torno a su supuesto romance con el piloto.
El vínculo entre Franco Colapinto, Estelle Ogilvy y Eugenia Suárez capturó la atención del público de una manera que pocos habrían anticipado. Por un lado, la exnovia y su elegancia en medio de la controversia demuestran que sigue siendo una figura influyente, tanto en las redes como en las pasarelas. Por otro, la actriz argentina y su habilidad para generar titulares añadieron una capa de intensidad a la historia.
Mientras los seguidores y los protagonistas directos continúan reaccionando, queda claro que este triángulo está lejos de resolverse. Entre las pistas de Fórmula 1, las pasarelas de alta moda y las calles iluminadas de Madrid, los nombres de Colapinto, Ogilvy y Suárez seguirán resonando.