La jornada radial de Gustavo Sylvestre comenzó con una sorpresa que no pasó desapercibida para sus oyentes ni para sus colegas: una visible hinchazón en el rostro que inmediatamente despertó preguntas y bromas en el aire. El periodista, conocido como El Gato, apareció en su programa con el ojo notablemente inflamado, lo que motivó un curioso intercambio en el pase de su programa con el de Jorge Rial, quien no tardó en abordar el tema con su característico estilo directo.
“No sé si se puede hablar... pero cómo está ese ojo, Gato”, lanzó Rial, tras rodear la cuestión con cierto sigilo. La respuesta del conductor de Mañana Sylvestre no tardó en llegar, cortando desde el principio con todo tipo de especulaciones: “Me picó una abeja”. La afirmación, acompañada de una sonrisa, desató risas y recuerdos de tiempos pasados. En un tono relajado, el periodista conectó el incidente con una frase que marcó una época: la famosa frase del expresidente Carlos Menem en los años noventa, cuando apareció en público con el rostro hinchado y argumentó la misma situación para justificarlo.
“Estamos en el revival de los 90... y bueno, me picó una abeja”, dijo Sylvestre, aludiendo a cierto paralelismo, desde su óptica, con aquellos años bajo el mandato del riojano. Vale recordar que el entonces presidente Menem explicaba cualquier alteración visible en su apariencia con la misma frase, generando especulaciones sobre posibles tratamientos estéticos. Sin embargo, Sylvestre se apresuró a aclarar: “A mí me picó de verdad”.
Esta conexión histórica no pasó desapercibida para Jorge Rial, quien reflexionó entre risas: “Sí, sí, me di cuenta por cómo lo tenés”. El tono humorístico dominó la conversación mientras el columnista deportivo Pablo Ladaga añadió: “Y mirá que ahora está bien, más temprano era (Mike) Tyson”, en referencia al boxeador y a lo que parecía una inflamación más pronunciada horas antes que había cedido con el paso de las horas.
En medio de la distensión del programa, Sylvestre relató que la picadura “fue ayer a la tardecita”. Aunque aclaró que no era la primera vez que sufría una reacción de este tipo, indicó que esta ocasión fue distinta a las anteriores, dada la hinchazón que padecía: “O me quedó el aguijón o me agarró en una zona más sensible”. Y para suavizar la situación, agregó con ironía: “Las fuerzas del cielo”.
El incidente, aunque menor, llamó la atención no solo por lo visible de la hinchazón, sino por la carga simbólica de la frase empleada, que evocó un período peculiar de la historia política argentina. Sin embargo, Sylvestre no dejó que la charla se centrara únicamente en el episodio personal, ya que continuaron debatiendo la actualidad del país. Aunque el episodio con la abeja no tuvo consecuencias mayores, logró capturar la atención de sus colegas y oyentes, no solo por el estado del periodista sino por la manera en que lo abordó. En una jornada radial que inició con un rostro hinchado, Gustavo Sylvestre transformó el incidente en una charla amena, llena de humor, historia y una reflexión que, como su picadura, abrió debate.