En el living de Susana Giménez, donde cada entrevista se convierte en un espectáculo, Carolina Pampita Ardohain protagonizó un momento tenso y emotivo. La conversación, que prometía transitar entre halagos y anécdotas personales, dio un giro imprevisto cuando la conductora de Telefe soltó un comentario inesperado sobre Roberto García Moritán, el exesposo de la modelo.
Todo comenzó con un cumplido que, como suele suceder en los diálogos con la diva, cargaba una mezcla de admiración y espontaneidad. “Cuando todo se calma, porque supongo que ahora estarás más calma, lo único que hizo es bajar más de peso, más perfecta todavía estás”, dijo Giménez, lo que desató una sonrisa agradecida en la modelo. Pero el ambiente cambió con una sola palabra. “Le tenés que agradecer a ese estúpido”, soltó la conductora al referirse a García Moritán.
Sin titubear, Pampita la interrumpió. Su tono, firme pero sereno, dejó clara su postura: “Pará, no le digas así a Rober, por favor”. La defensa pública de Ardohain fue inmediata, lo que reflejó no solo respeto hacia el padre de su hija menor, sino también una profunda madurez emocional.
“¿Estúpido no le digo más?”, volvió Susana sobre sus palabras, en ese estilo suyo que combina desparpajo con un toque de humor. Fue entonces que la invitada, con una sonrisa que no abandonaba su firmeza, replicó: “No, por favor”. La conversación derivó entonces en una serie de aclaraciones. La conductora, aún desconcertada, cambió el enfoque y preguntó: “¿No estás peleada con él?”.
“No, yo no quedo peleada con nadie”, afirmó la también empresaria al dejar entrever un mensaje personal que resonó más allá de la pantalla. En ese instante, la madre de Ana García Moritán, fruto de su matrimonio con Roberto, habló desde un lugar más íntimo, más humano. “Yo me quedo con lo bueno de este matrimonio. Además, está Anita. Fue un regalo. Yo necesitaba volver a ser mamá, y una hija mujer sana un montón de cosas. Para mí siempre va a ser infinito el agradecimiento que voy a tener con Robert por Anita. Soy muy consciente de que es un regalo maravilloso esa hija en mi vida”, reveló Pampita, visiblemente emocionada.
La escena, que comenzó con un aparente tropiezo verbal, se transformó en una oportunidad para visibilizar la armonía que la modelo busca mantener en su vida. De esa forma no solo defendió a su exmarido, sino que también mostró una madurez y sensibilidad que la distingue, incluso frente a momentos inesperados en vivo.
La tensión inicial dio paso a una reflexión más profunda. En medio de frases como “el que no quiere estar conmigo, la puerta está ahí” y “yo no era la prioridad de Roberto”, ella dejó en claro que su postura no nace del rencor, sino de un aprendizaje que privilegia la paz y el respeto. Incluso advirtió que no quería hacer comentarios que pudieran afectar a los hijos que el empresario comparte con su expareja, Milagros Brito.
Aunque la modelo se mostró serena, la entrevista expuso la dualidad que enfrenta: la necesidad de proteger su vida privada y el inevitable escrutinio público al que está sometida. En el centro del escándalo, Susana Giménez, con su estilo único, logró que la entrevistada deje frases que resonaron más allá del programa.
El comienzo de la nota quedó entonces como un simple malentendido Pero el intercambio dejó algo claro: en el mundo de Pampita, las diferencias se enfrentan con respeto, y los vínculos importantes, como el que comparte con el padre de su hija, se valoran por encima de cualquier comentario. Roberto García Moritán, aunque ausente, se convirtió en el epicentro de una lección de cordialidad y gratitud que resonó con la audiencia. De hecho, En el living de Susana, las palabras pueden ser tan contundentes como las emociones que desatan. Este intercambio entre dos grandes figuras lo demostró una vez más.