Cuando Pity Álvarez caracterizado como Mirtha Legrand presenta a sus compañeros de Intoxicados en el “Reggae para Mirtha” de Abel Meyer, el baterista, dice que es “un sicomu, algo parecido a un músico pero dado vuelta”. Al bajista Jorge Rossi lo introduce como el “creador del rock barrial tipo country”. Y por último, habla de “el señor Felipe Barrozo, un niño que toca la guitarra”. En aquel 2005 Felipe tenía 20 años pero había ingresado al grupo con apenas 16. Seguía siendo un niño, uno que creció en los escenarios.
“Cuando yo tenía 15 años, pensaba que era grande. Pero ahora veo a un pibe de 15 y me doy cuenta de que era un nene. Encima, yo parecía más chiquito. Entonces era muy gracioso. Porque estaba tocando con gente que formaba a una de las bandas mas, más, más... ¡Pasaban un montón de cosas! Pero ellos me cuidaban. Pity siempre me cuidó. Bah, hasta donde podía. Capaz yo me escapaba. Siempre me sentí muy bien porque tocaba en un colectivo de gente en el que sabía que no me iba a pasar nada”, cuenta Barrozo en diálogo con Teleshow al evocar sus días en Intoxicados, la banda que marcó su vida musical para siempre. Tanto, que durante este año giró por todo el país reinterpretando y dándole una nueva vida a ese repertorio, que en la noche de este sábado 16 hará sonar una vez más en Niceto Club.
“El show va a ser un cierre de todo lo que fue este año, de haber girado con los temas de Intoxicados. Tocamos por todos lados. Me pasó algo re lindo que justo cuando cumplí 40 años (el 21 de abril) toqué en Tierra del Fuego. Y me di cuenta de que era la única provincia del país en la que no había tocado antes, ni con Intoxicados. El plan del año que viene es hacer un disco solista con temas nuevos”, cuenta Felipe.
Desde pequeño que lleva una vida algo nómade. Nació en Flores, vivió un poco ahí con su mamá y otro poco con su papá en Villa Soldati. También pasó un tiempo en González Catán con sus tías y en la adolescencia recaló en Villa Lugano, en la casa de su abuela. Ahí fue donde conoció a Pity, que lo vio tocar en un cumpleaños familiar y lo invitó a ensayar con él: en ese momento Álvarez estaba reencaminando su trayecto musical tras la disolución de Viejas Locas a fines del 2000. Barrozo salía del colegio y se iba a ensayar con el cantante. Al poco tiempo, abandonó los estudios formales e Intoxicados se convirtió en su escuela de rock. Y si bien antes de eso había tocado en Legendarios y tras la disolución del grupo (en 2008) armó su proyecto Nada más que hoy, nada lo marcó tanto como esos años con Pity, Abel y Jorge.
“Siento que ahora pasa algo que no pasaba tanto cuando yo era chico: ahora las canciones son mucho más importantes que toda la cosa de las banderas y la liturgia rockera”, reflexiona Felipe en voz alta al comparar aquellos años de Intoxicados con este presente. “Mis primitos, que tienen 10, 14, 20 años... En la lista de reproducción tienen un tema de L-Gante, uno de Disney, uno de Lali, un rock y ‘Fuiste lo mejor’, que ni siquiera fue corte en su momento. Es increíble lo que pasa con ese tema, no sé si salió en una serie o algo. Porque muchos pibes chiquitos lo conocen. Y para mi es uno de los mejores temas que hicimos. Eso quiere decir que la banda, si bien dejó de tocar, siguió caminando y mucha gente nos conoce. Creo que si hoy nos juntáramos para volver a tocar, tendríamos que hacer muchas canchas de fútbol”, piensa.
Los shows de Felipe se parecen bastante a los de Intoxicados, en el sentido en que las canciones están ahí para ser deformadas si es preciso. “Tocar” en inglés es “play” y el guitarrista juega con el repertorio. “Hay algo que es increíble y es que con Intoxicados nunca hicimos un show a reglamento, nunca hicimos el show del disquito en vivo. Nunca fuimos una banda de ir con un show armado, con las pistas, con el click. Nunca un show fue igual a otro. Y eso tiene sus riesgos. Pero bueno, hemos hecho muchas zapadas con las que la gente flasheaba. Y cuando hago los temas, no dejo que no pase esa magia: a veces estoy tocando ‘Señor Kiosquero’ y los miro a los pibes y lo terminamos enganchando con ‘El tren de las 16′. O con los solos de viola. A algunos los toco como son y hay otros que los cambio un poco. Hay algunos que no se cambian nada. Por ejemplo, ‘Está saliendo el sol’ es así y no me lo cambiés”, dice.
—¿Cómo reaccionó Pity cuando le contaste que ibas a tocar los temas de Intoxicados?
—No hablamos de esto. Incluso a veces me jode. Pero nunca le molestó ni nada. ¿Por qué le va a molestar? Él no es así, no se le ocurriría decirme nada. Obviamente, si algo le molesta, me lo va a decir, lo vamos a hablar y eso es cosa de nosotros. Pero no hubo ningún tipo de planteo, en ese sentido. De hecho, si a mí no me gustara cantar las canciones, si no estuviera cómodo, no las cantaría. De hecho, durante mucho tiempo no me sentí cómodo con cantarlas en vivo. Porque, bueno, nos habíamos separado como banda y yo estaba en otra historia. Igual siempre canté estos temas, en cumpleaños, solo en mi casa... Quizás el que me critica por esto no entiende que para mí Intoxicados son 10 años de vida, cuando tenía 15 años. Yo estaba ahí y no voy a dejar de hacerlo porque a alguien no le guste que cante las canciones. Arrancar esa parte no tiene sentido.
—Por mucho tiempo no nos vimos, ahora nos estamos viendo más seguido. Yo produje ese tema y fue volver a grabar juntos. Se dio todo natural porque el año pasado nos volvimos a ver, a veces con la idea de tocar juntos, a veces solo para vernos. A la vez, yo me hice muy amigo de Charly Seta, el cantante de Do Neurona. Y él también lo es. Se dio esto de ir a visitarlo a Pity una vez y se fue armando. Charly tenía una parte del tema, se lo mostró a Pity y él le dijo: “¿Por qué no le ponés este acorde acá?”. Y yo le cambié otra parte. Grabé el bajo, la guitarra, unas voces... El plan no fue decir: “Che, vamos a hacer un tema con Pity que hable de la amistad, para ganar plata...”. A la gente le encanta imaginarse cosas así, pero la verdad que no fue de ese modo. Para mi estuvo bueno, de hecho aproveché para mostrarle un par de temas que estoy haciendo.
—¿Te gustaría tenerlo en el disco solista que estás haciendo?
—Sí, le pedí que me grabara unos coros. Lo hicimos pero le voy a pedir que los grabe de vuelta porque yo le dije que haga algo que no quedó muy bien. Nos estamos viendo y obviamente siempre compartimos música, más allá de que hablemos de un montón de otras cosas, como cualquier ser humano. Hablamos mucho de películas viejas que vemos, capaz a él le gustó mucho una y me la comparte. El otro día hablamos de una que se llama Los niños del maizal, por ejemplo. Pero siempre está la música: nos ponemos a tocar un rato o por ahí me muestra un tema que está haciendo y me pide que le grabe algo. Hace poco me pidió que le grabe un ukelele, que yo nunca había tocado. No sé si saldrá ese tema o no, pero siempre hacemos música.
—¿Cómo es vincularte con él?
—Siempre nos relacionamos de una manera muy natural y creo que por eso es posible que podamos no vernos por un tiempo y volvamos a vernos y que esté todo bien. Hay momentos en que no te ves y somos de respetar esos tiempos. Nunca fuimos de llamar para decir: “Che, hace mucho que no me llamás”. No somos el amigo que reclama. Es más, la primera vez que lo llamé después de mucho tiempo era para preguntarle si tenía un soplete. Si hay alguien que puede tener un soplete, es él (risas).
—¿Cuál considerás que es el mejor consejo que te dio Pity en tu vida?
—Que la nota más importante es el silencio y que no hay que pisar a la voz. Yo me lo tomé muy en serio. Lo respeté a rajatabla y funcionó. Porque sino te bajan el volumen de la guitarra. Yo se lo explico a muchos guitarristas y no lo entienden. No es tan difícil. Vos estás tocando en vivo, tocaste tres notas de más arriba de la voz y el sonidista te bajó el volumen. Y después tu solo no se va a escuchar, por más de que pises veinte pedales.
—¿Tenés una canción favorita de Intoxicados?
—Sí, creo que “Nunca quise” es mi tema favorito. Me acuerdo cuando me lo mostró, que volvió de un viaje de Jujuy, y yo no lo podía creer. ¿Viste el típico amigo pesado que viene y te muestra la canción que hizo? Porque para mí él es mi amigo pesado (risas), que así como me mostraba temazos, también tocaba algunos que eran una porquería... Y un día de repente volvió con “Nunca quise”, que la tocó con una criolla y casi lloro. Más allá de nuestra amistad y todo eso, es de las mejores cosas que escuché en mi vida. Me emociona mucho. Tiene una progresión de acordes que es muy linda y no tan común. Es un tema que se salía de los otros.
—Vos fuiste el primero en irte de Intoxicados, antes de la separación. ¿Te dolió?
—Sí, como a todos. Pero a la vez no daba seguir. Creo que a todos nos pasaba un poco lo mismo. Yo abrí la puerta, pero medio que ya estaba abierta. Yo no separé a la banda, sino que Intoxicados ya no estaba funcionando. Y me fui sabiendo eso, no porque yo me quisiera ir. Eramos todos muy intensos, fueron casi 9 años muy intensos. Hay bandas que tienen un cantante con mucha personalidad y otros que trabajan en función de eso. Acá todos éramos muy personajes, todos éramos insoportables (risas). Que tiene lo bueno, porque éramos una bomba. Pero lo malo es que fue una bomba que explotó.
—En una época Pity pasó de ser un cantante a convertirse en una figura pública que trascendió al rock. ¿Repercutía en la dinámica de la banda?
—Un amigo muy inteligente una vez me dijo: “El que aplaude es el Diablo”. Eso genera un montón de cosas que están buenas, porque eso hizo que él sea megaconocido por cualquier persona. Pero a la vez tiene su precio a pagar, que es una cagada. Yo siempre fui muy comprensivo con eso, porque no es fácil ser Pity. Él hace lo que puede, yo hago lo que puedo, cada uno hace lo que puede con su vida. Nadie la tiene tan clara como lo pensamos. Él siempre se expuso como artista. No fue alguien que hacía sus canciones y se bajaba del escenario. Y todos, un poco, siempre anduvimos girando en eso. Por eso pasaban las cosas que pasaban. Ahora la verdad que yo lo veo bien.
—Si no hubieras tocado en Intoxicados, ¿habrías sido fan de la banda?
—No sé. Es medio egocéntrico decirlo, pero si yo no hubiera tocado en Intoxicados creo que no hubiera sido la misma banda. Hay algo raro entre lo que se armó, una mixtura medio extraña. Yo no venía de escuchar los Rolling Stones, por ahí hay un riff que yo te puedo decir que me hace acordar a un tema que escuché de Silvio Rodríguez. Yo no era el guitarrista de rock clásico. Y creo que eso fue lo que pude aportar en el espacio que Pity me dio. En el primer disco había más cosas que laburamos juntos, me estuvo más encima. Pero ya a partir del segundo me dio una libertad total. Confió en mi, no estuvo en la grabación de las guitarras y después me dijo: “Che, qué bien que quedaron las guitarras”. Si yo no estaba, igual podría haber sido buenísima. Pero no me puedo imaginar cómo sonaría.