Desde noviembre de 2012, cuando Claudia Albertario decidió dejar Buenos Aires atrás, e instalarse en Miami junto a su expareja, Jerónimo Valdivia, la actriz ha transformado su vida por completo. En aquel momento, su hija Simona tenía cuatro años, y la ciudad de La Florida se convirtió en su nuevo lugar para desarrollar su carrera y su familia. Al poco tiempo, llegó Dante y, aunque nació en Estados Unidos, el nene de 7 años resume con una inocente precisión la conexión binacional de su hogar. “¡Soy de argentino!”, exclama, y su madre lo repite orgullosa de sus orígenes.
En diálogo con Teleshow, Albertario describe cómo son sus días y cómo disfruta de su presente profesional con la primera nominación al Martín Fierro Latino por su programa Argentinos en Miami. “Imaginate, ¡mi primera conducción en la vida!”, afirma con la emoción palpable en cada sílaba. Y es que la respuesta del público no tardó en llegar, demostrando que su toque especial, respaldado por un equipo competente que viajó desde Argentina, logró capturar la esencia de los relatos de personas que han emigrado. Tucho, conocido productor, y Lilo, el camarógrafo, fueron sus compañeros en esta travesía de más de 75 entrevistas en 15 días, un ritmo implacable que Albertario describe con respeto y orgullo.
En estas emisiones, la conductora explora la ciudad con una mirada atenta y curiosa. “Siempre descubro algo nuevo en Miami, es impresionante”, relata con entusiasmo. Durante una de las grabaciones, Claudia vivió una experiencia que aún la llena de asombro: pilotear un hidroavión en medio de un viento feroz, preludio de un huracán. “Sentí adrenalina y miedo”, confiesa. Desde lo alto, el paisaje parecía un espejismo, con casas flotantes que se mantenían erguidas en el azul infinito, vestigios de la época de la prohibición de alcohol en los años 60, cuando millonarios construían sus mansiones sobre el agua, fuera de jurisdicciones estrictas. “Parecía Maldivas, desde el aire veía el agua turquesa transparente y las casas en el medio del agua. Es una locura hermosa. Te vuela el bocho”, narra con un brillo en los ojos, un descubrimiento inesperado tras más de una década en la ciudad.
El contenido del programa superó el tema exclusivo del turismo para darle voz a los relatos de inmigrantes que, como ella, encontraron un nuevo hogar en Miami. Historias de camareras convertidas en empresarias, arquitectos que trabajan para celebridades como David Guetta y Celine Dion, y personas que llevan en su piel y en sus actos los ecos de sus orígenes.
Albertario, entre risas, revela que, aunque los viajes a Argentina son constantes, Miami es el espacio que sus hijos conocen como propio. Pero en su corazón, los lazos con su país natal no se han desvanecido; se mantienen firmes, visibles en cada elección y en cada palabra compartida con los familiares que se quedaron en Buenos Aires, como su mamá, su sobrino y sus amigos entrañables.
—¿Miami es tu lugar en el mundo?
—Sí, yo creo que es mi lugar, porque tengo a mis hijos acá, que van al colegio. El chiquito (Dante) nació acá. Conoce más Estados Unidos que Argentina, y Simona vino a los cuatro años, hoy tiene 15, pero por suerte viajamos bastante a Buenos Aires. Dante, por ejemplo, acaba de llegar de Argentina, con el padre. Fueron a visitar a mi mamá de sorpresa. Fue muy lindo, porque siempre estamos muy pendientes de la familia que nos quedó allá. Siempre estoy en contacto con todos. Así que aunque mi familia está en su mayoría en Miami, lo que queda en Argentina es muy importante para mí. Incluso, participo en las elecciones a Presidente y trato de mantener ese vínculo vivo. Si me surge un proyecto en Argentina que no me aleje demasiado tiempo de mis hijos, lo acepto con gusto.
—¿Cómo lográs balancear tu carrera profesional con la vida familiar?
—No es fácil, pero lo consigo involucrándome en proyectos que me apasionan y que se alinean con mi vida familiar. Por ejemplo, además de mi trabajo como conductora y actriz, soy cofundadora de Dreamers, una empresa de networking que ayuda a otros a relocalizarse en Miami, algo que conozco de primera mano por mi experiencia. También tengo mis responsabilidades en bienes raíces y, por supuesto, ser mamá es una prioridad. Todo esto me mantiene muy activa, pero es importante para mí estar presente tanto en lo profesional como en lo personal.
—¿Qué te llevó a crear la empresa de networking?
—La idea surgió de la experiencia que tuve al mudarme con mi familia a Miami. Cuando llegás a un nuevo lugar, hay un montón de cosas que hacer y entender, desde los colegios para los chicos hasta los trámites de visa y la apertura de empresas. Así nació la compañía, junto con la hermana de Jero, Emanuela Valdivia y otras mujeres que lideramos este proyecto. Ayudamos a las personas a asentarse en Miami de manera más sencilla y organizada, ofreciendo una red de apoyo que facilita el proceso.
—¿Trabajás con tu excuñada?
—En realidad, ella es la founder (fundadora). Somos tres mujeres que la manejamos, y está buenísimo porque tiene mucho que ver con lo que yo estudié y estoy desempeñándome hace ya casi dos años.
—¿Cómo te llevás con tu expareja?
—Muy bien, tenemos muy buena relación. Compartimos muchas cosas juntos. Con la familia de Jero también. Compartimos momentos, viajes. La verdad es que estamos en un momento muy bueno familiarmente hablando y ojalá que siempre sea así. Apuntamos a que sea así por los chicos, nuestros hijos. Para siempre.
—¿Cómo te sentís con la nominación al Martín Fierro?
—Muy feliz, no lo puedo creer. Porque nunca fui entrevistadora, siempre fui entrevistada. Está bueno. Me divertí mucho con la nominación.
—Siempre te gustaron los deportes de riesgo...
—Sí, me encantan. Una vez hice un programa con Mateyko en La Movida del Verano, con deportes de riesgo y siempre llevábamos a un famoso a hacer cosas. Una vez me acuerdo que nos fuimos con Luciano Castro e hicimos un montón de cosas por la Argentina. A mí me alucinó eso. Con Marley también hice algunas locuras. Por eso al programa (Argentinos en Miami) quisimos darle esa cosa fresca, de riesgo, de deporte de Miami. Desde un costado de mostrar la ciudad desde otro lugar.
—¿Te gustaría volver a trabajar en el país?
—Me encantaría. En realidad, siempre me tienen en cuenta para Argentina. Lo último que hice fue The Challenge, en Telefe y me acuerdo que me fue muy bien. Llegué a la final y yo pensé que me iba a ir a la primera semana, pero me terminé quedando hasta el final. Recuerdo que se me terminaron las cremas y todo porque no pensaba quedarme (risas). ¡Y me fui 45 días de mi casa!. Fue un montón. Extrañaba mucho, encima de ahí me propusieron ir a Sudáfrica a hacer el Challenge de allá. Me fue muy mal, pero porque ya estaba cansada. Quería volver a mi casa. En total, todo me llevó 45 días. En realidad, me había ido por tres semanas, y por eso acepté. Y bueno, después se fue dando. La operaron a mi mamá. Me quedé ahí y todo fue surgiendo de manera inesperada.
—¿También actuás en teatro en Miami?
—Sí. Hace poco participé en la obra Bajo terapia, que ya habíamos hecho hace unos años. Es una comedia con tintes dramáticos en la que interpreté a un personaje muy profundo. También me llaman mucho para participar en obras en el Teatro Ocho, en la Pequeña Habana, donde siempre hay puestas de autores argentinos y extranjeros. Para el futuro, me gustaría volver al cine, es una materia pendiente que quiero retomar.
—¿Qué tenés pensado para las Fiestas, volvés a Argentina?
—No, en verdad para nosotros, acá en Estados Unidos, las vacaciones son de dos semanas para las semanas de Navidad y Año Nuevo. Y acá está toda la familia. Seguramente venga mi mamá y mi sobrino. Quizás nos vayamos unos días a la nieve. Yo quiero pasar una Navidad blanca, en algún lugar más al norte.