- Evangelina Anderson compartió detalles de la festividad mexicana con sus hijas desde Monterrey.
- Mostró la creación de altares, maquillaje de calaveras y una pequeña fiesta familiar en casa.
- La familia recorrió el barrio para pedir caramelos, adaptándose a las tradiciones locales.
Lo esencial: radicada en Monterrey junto a su esposo, el director técnico Martín Demichelis, Evangelina Anderson celebró por primera vez el Día de los Muertos en México. La modelo documentó cómo vivió cada día de la festividad, explicando el significado de los altares y mostrando las actividades propias de la festividad. La tradición, que rinde homenaje a los fallecidos, se volvió una experiencia de aprendizaje y diversión para sus hijas Emma y Lola. A finales de septiembre, Evangelina Anderson se mudó a Monterrey, México, junto a sus dos hijas, Lola y Emma, para acompañar a su esposo Martín Demichelis, quien asumió la dirección técnica de los Rayados de Monterrey. A pesar del nuevo cambio de vida, la familia se encuentra adaptándose al nuevo lugar, y la modelo compartió varios momentos de esta nueva etapa a través de sus redes sociales, como el primer día de clase de sus hijas, el festejo del Día de la Madre y desmintió los rumores de separación de su esposo. En un nuevo capítulo de su vida en el exterior, mostró cómo fue la celebración del Día de los Muertos junto a sus hijas y sus nuevos amigos.
Días atrás mostró el detrás de escena de la preparación para este especial día. En una nueva catarata de historias, lo primero que compartió en su perfil de Instagram fue una pequeña explicación acerca de la celebración, detallando que se espera cada día: “Les voy a contar cómo viven acá en México el Día de los Muertos. La celebración dura varios días, ya que cada uno de ellos está destinado a distintas almas. En estos días la línea entre los dos mundos es más fina y les permite venir a estar con nosotros”.
La celebración inicia el 27 de octubre, día en que se recuerda a las mascotas fallecidas. “Les encienden una vela, les dejan comida, y si tienen algo que les haya pertenecido, también lo ponen en el altar”, explicó. El 28 de octubre está dedicado a los muertos en accidentes o circunstancias trágicas, mientras que el 29 de octubre se encienden velas en honor a quienes murieron ahogados.
El 30 de octubre se dedica a los difuntos olvidados o aquellos que no tienen quien los recuerde. Al día siguiente, el 31 de octubre, se honra a los ancestros como los bisabuelos y los tatarabuelos. El 1º de noviembre, conocido como el día de los niños fallecidos, los altares se decoran con juguetes, golosinas y chocolates, y finalmente el 2 de noviembre, Día de Todos los Muertos y de los Fieles Difuntos, se dedica a todos los fallecidos en general.
El recorrido marca la despedida el 3 de noviembre: “Encienden una velita para que encuentren su camino”, concluyó Anderson. Esta festividad es un tiempo especial para los mexicanos, quienes se reúnen para rendir homenaje a sus seres queridos a través de ofrendas y rituales llenos de simbolismo.
Por otro lado, en sus historias le mostró a sus más de tres millones de followers la intimidad de la pequeña fiesta que hizo junto a sus dos hijas menores. Asistieron algunos de los nuevos amigos que se hicieron las niñas en el colegio y permitió apreciar la privilegiada vista de la ciudad de Monterrey que tiene su flamante hogar. Allí también tuvo lugar lo típico, y mostró una comida llamada “pan de muerto” y se coloca en los altares de las personas fallecidas.
Con la intención de entretener a las pequeñas, montó una estación de maquillaje, en la cual Emma y Lola se pintaron las caras como calaveras y terminaron sus disfraces agregando brillos, colores y una vincha de flores. En la misma sintonía que sus hijas, Eva eligió un vestido de color negro, usó una araña gigante a modo de accesorio, un velo de color negro que deja ver el make up de calavera, repleto de brillos, y unas flores negras cierran el look.
Siguiendo la tradición del país, salieron a pedir caramelos, un detalle que llamó la atención, es que fueron con el auto y frenaban en las puertas de las casas sin bajar nunca del vehículo, y las personas desde la vereda les alcanzaban las bolsas de dulces. Para esta aventura, Emma apeló a un cambio de disfraz y Lola eligió vestirse como Caperucita Roja: “Halloween en México lo viven a lo grande y salimos por nuestro barrio a vivir esta experiencia”. En medio de este tour por el barrio se encontró nuevamente con un oso y logró captar en cámara el momento en que pasó caminando tranquilo por las calles.