- Acusaron a Gastón Edul de causar el colapso de una torre en el desafío grupal.
- La revisión de cámaras reveló que Nacho Elizalde fue el verdadero causante del incidente.
- Sin el premio extra, los concursantes enfrentaron el desafío final en un ambiente tenso.
Lo esencial: en el último episodio de Bake Off Famosos (Telefe), culparon a Gastón Edul por la caída de una torre de cubanitos rellenos, construida como desafío grupal. Aunque él se defendió, la tensión escaló hasta que la revisión de cámaras identificó a Elizalde como el responsable del accidente. Con el tiempo adicional perdido, los siete concursantes se enfrentaron a un desafío final sin la ventaja, manteniendo un ambiente de alta competitividad y tensión durante el resto del episodio.
En Bake Off Famosos (Telefe) la tensión alcanzó su punto máximo cuando Nacho Elizalde, participante conocido por su estilo directo, fue expuesto como el responsable de un insólito y controvertido incidente. Lo que podría haber sido un simple tropiezo técnico se transformó en un drama cautivador cuando el participante, al ver los resultados de lo ocurrido, no dudó en culpar a su compañero Gastón Edul, lo que generó un enfrentamiento que dejó a todos perplejos y cruzó durante toda la emisión.
En una noche cargada de adrenalina, la segunda jornada de repechaje empezó con un minidesafío que parecía sencillo, pero terminó poniendo a prueba la destreza y la paciencia de los participantes. Los siete concursantes: Ángela Leiva, Jorgelina Aruzzi, Marcos Milinkovic, Gastón Edul, Nacho Elizalde, Alejandra Maglietti y Javier Calamaro, se reunieron para cumplir una misión inesperada: levantar una torre de cubanitos rellenos de cream cheese con dulce de leche de 60 centímetros de altura. El tiempo era limitado, y el trabajo en equipo, vital.
Mientras los participantes competían con fervor por una segunda oportunidad en el reality, la torre era una competencia para ganarse 15 minutos más en el desafío final. Esto significaba que si triunfaban, todos salían beneficiados, mientras que si no se conseguía el objetivo, todos resultaban perdedores.
La atmósfera se tornó rápidamente competitiva. Mientras el grupo debatía cómo encarar el desafío, Nacho, con el entusiasmo y la confianza de un arquitecto en plena obra, tomó el liderazgo. Su propuesta era clara: organizar los cubanitos al estilo de un “jenga” para dar estabilidad a la estructura. Milinkovic, apoyándolo como un fiel compañero de construcción, se unió a la causa, y ambos, con un aire casi solemne, comenzaron a levantar la torre de sus sueños. Pero cada participante parecía tener una visión distinta de la meta: mientras unos rellenaban cada cubanito meticulosamente, Jorgelina Aruzzi, con la mirada aguda de quien sabe cómo optimizar esfuerzos, cambió la estrategia, y con decisión comenzó a llenar varios cubanitos al mismo tiempo, un truco que aceleró el proceso.
Por su parte, Edul asumió el rol de “rellenador oficial” entre risas y comentarios del jurado. Betular, quien no perdía de vista cada movimiento, comentó con ironía: “Edul es el rellenador”, dando un toque de humor a la presión de los concursantes. La estructura avanzaba, cubanito a cubanito, y las esperanzas de alcanzar los 60 centímetros crecían con cada piso que añadían. A los 10 niveles, Nacho midió la torre con visible satisfacción; la altura se lograba, y el equipo parecía respirar aliviado, esperando que el reloj hiciera el resto.
Pero llegó lo que nadie imaginaba: la desventura de la torre caía sobre Elizalde y Edul como una sombra que ninguno estaba dispuesto a cargar. “Fue por culpa de Edul”, comenzaron a alzarse las voces, mientras la reacción del aludido no se hizo esperar. Molesto e incrédulo, aseguró que sabía perfectamente quién había sido. La tensión era palpable.
Fue entonces cuando la conductora y el jurado, encabezado por Damián Betular, decidieron intervenir. La revisión de las imágenes se imponía como la única vía para esclarecer el misterio y restaurar, quizás, una frágil armonía entre los competidores. La tensión aumentó cuando el jurado se adentró en el análisis visual de los hechos, con el silencio expectante de todos los presentes. Los segundos parecían eternos hasta que, finalmente, Betular reveló la verdad ante el set: las pruebas eran claras y contundentes. Las imágenes mostraban sin lugar a dudas que Elizalde había sido quien, accidentalmente, causó el desastre al derribar la torre de cubanitos.
“Quise ser héroe, pero me tildaron de villano”, exclamó Edul con alivio y un toque de ironía, después de que la evidencia lo exonerara. Así, el grupo, sin el premio de los minutos adicionales, debía enfrentar el desafío final con la carga de un fracaso colectivo.