A un mes de su separación de Roberto García Moritán, y mientras los rumores de romance con el polista Martín Pepa cobran fuerza, Pampita fue interceptada por las cámaras de televisión al salir de un programa y en momentos en que se encontraba camino a un evento. La modelo, con una sonrisa y un tono mordaz, ofreció su perspectiva sobre cómo cada persona vive el duelo de una relación, y lo hizo sin filtros, al compartir consejos para aquellos que atraviesan el desamor.
Las primeras consultas versaban sobre cómo se encontraba ella, a lo que, como últimamente lo viene haciendo, respondió aclarando que estaba “trabajando mucho y enfocándome en eso. Estoy ocupada, ocupándome de todo lo que tengo que ocuparme para hacerlo bien y que las marcas y toda la gente que me quieran contratar estén contentas”.
“Estoy estable, trabajando, cuidando a mis hijos, como tiene que ser”, destacó sobre su día a día, Fue entonces que el foco pasó a García Moritán, aunque en ese momento el tono cambió y lo único que tuvo para decir la también influencer fue que “no voy a hablar del padre de mi hija”, a la vez que respecto de un posible blanqueo de la relación con el polista, ella destacó que “ustedes me conocen, cuando yo tengo que blanquear, blanqueo, no tengo que ocultar, jamás. Se viene el verano, ni idea, hablemos en marzo”.
En medio de preguntas sobre su supuesta relación con Pepa y la rapidez con la que podría haber superado la separación de Moritán, los periodistas le lanzaron una interrogante directa: “¿Se puede superar una relación pasada en tan poco tiempo y empezar otra?”. Pampita, sin titubear, evadió el cuestionamiento personal con un comentario irónico: “No tengo ni idea, pregúntale a la gente, si querés. Acá hay un montón de gente para hacer encuestas”. Su respuesta, entre seria y juguetona, insinuó que el tiempo que cada persona necesita para sanar no responde a una fórmula exacta, y que el corazón sigue sus propios tiempos.
Pero la modelo fue aún más allá cuando le preguntaron por su experiencia y cómo lidiaba con las crisis. Sus palabras reflejaron una mezcla de hartazgo y autenticidad, al trazar una imagen de fortaleza frente al ojo público: “No sé, a esta altura de la vida ya no sé nada”. para entonces aclarar que no estaba acudiendo al psicólogo y que lo dejó hace varios años porque ya se había dado de alta ella misma Luego, como si hablara a aquellos que se encuentran en medio de una ruptura, ofreció un mensaje que desafiaba los clichés del sufrimiento tras una separación.
“Solo puedo decirle a toda la gente que quiera, que esté tirada, comiendo helado, llorando... porque me mandan notas”, dijo con un tono casi maternal, al mostrar empatía hacia los que buscan consuelo en los hábitos más conocidos del duelo amoroso. Sin embargo, su siguiente declaración rompió con la norma de esos rituales románticos: “Cada uno vive las cosas como se le antoja. No sé por qué piensan que es la única opción estar tirado, llorando, comiendo helado, como están diciendo por ahí”. Su reflexión fue una respuesta directa a las especulaciones en redes y medios, donde no es raro que se espere un “luto” emocional como prueba de un amor real.
El mensaje de Pampita no fue solo para aquellos que atraviesan el desamor, sino también una declaración contra las expectativas que se imponen a las personas públicas. “No juzgo al que se queda tirado. Pero parece que si no estás tirado llorando, ya sos una porquería de persona”, concluyó con firmeza, poniendo en duda el estigma que suele pesar sobre quienes eligen seguir adelante sin cumplir con las convenciones del duelo amoroso.
La presencia de Pampita en el Teatro Colón junto a Martín Pepa alimentó especulaciones en las últimas semanas. Sin embargo, la modelo evitó dar detalles sobre el tema, al elegir mantenerse enfocada en su carrera y en sus hijos, mientras los titulares siguen buscando indicios sobre su nueva relación. Sus palabras, llenas de ironía y resiliencia, son una invitación a repensar el duelo, lejos de las expectativas y cerca de la libertad de ser uno mismo.