Claudia Valenzuela, la madre de L-Gante, reflexionó tras el fallo de la justicia: “Hay que seguir”

Minutos después de enterarse de la condena al cantante, la mujer que es su gran compañera y siempre está a su lado, se mostró aliviada y emocionada

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Claudia, la madre de L-Gante, a la salida de los Tribunales (Video: A24)

El Tribunal en lo Criminal N°3 de Mercedes emitió el fallo en contra del cantante de cumbia 420, cuyo nombre real es Elián Ángel Valenzuela y es conocido popularmente como L-Gante. La sentencia, dictada este jueves al mediodía, impone al músico una condena de tres años de prisión condicional. Esto significa que, si bien se lo encontró culpable de los delitos imputados, no deberá cumplir la pena en la cárcel, salvo que reincida o viole las condiciones establecidas durante el período de prueba.

Al finalizar la audiencia, la madre del intérprete, Claudia Valenzuela, expresó su alivio y emoción. Con sinceridad, compartió su experiencia de temor y angustia durante el juicio, aunque también manifestó gratitud por la resolución. En palabras de apoyo hacia su hijo, comentó: “El primer paso es que ya estamos afuera. Pero hay que seguir”, en referencia a la liberación tras la sentencia condicional. Además, a la consulta de si tenía miedo respecto de lo que podría haber pasado, aseguró sin dudar que “sí, por supuesto. Pero se hizo Justicia”, detalló. La mujer también relató el momento en que abrazó a su hijo antes de que ingresara a la sala: “Yo siempre le decía que lo amo, que lo quiero. Le di un abrazo antes de entrar a la sala y no pude decir nada más”.

Claudia Valenzuela
Claudia Valenzuela

La causa que condujo a la condena se centra en acusaciones por amenazas y privación ilegal de la libertad hacia dos personas: un hombre y una mujer. Estos hechos habrían ocurrido a mediados de 2023. Durante el proceso, las pruebas y testimonios presentados llevaron a que el tribunal considerara a L-Gante responsable de estos delitos, justificando la pena impuesta en función de los actos cometidos, pero sin ordenar prisión efectiva.

Antes de que se diera a conocer la sentencia, la madre del artista, expresaba su convicción sobre la inocencia de su hijo. En una entrevista concedida a Carmen Barbieri en el ciclo Mañanísima, minutos antes del fallo, afirmó: “No lo veo culpable. Objetivamente te digo que lo que hablaban los testigos y todo lo que había no es para declararlo culpable”. Con estas palabras, dejó claro su apoyo incondicional y su confianza en que el proceso judicial no conduciría a una condena. Además, anticipaba con esperanza la decisión del magistrado: “Hoy el señor juez dará su palabra”.

Horas antes de que se conozca el veredicto, Claudia habló con Carmen Barbieri (Video: Mañanísima)

Durante sus declaraciones, la madre también manifestó su frustración con el sistema judicial argentino. Comparó la situación de su hijo con otros casos que, a su entender, ameritarían penas de cárcel pero en los que los acusados permanecen en libertad. “La Justicia tiene tantos otros casos que merecen una pena en la cárcel y están libres”, comentó, sugiriendo que el proceso contra L-Gante reflejaría ciertas injusticias o desproporciones en la aplicación de penas.

Pese a la posibilidad de una condena, su madre describía a L-Gante como sereno y preparado para afrontar cualquier resultado que el juez determinara. Afirmó que él se encontraba “tranquilo” y listo para “hacerle frente a lo que venga, con fuerza”. Con estas palabras, subrayó la disposición de su hijo para enfrentar las posibles consecuencias del juicio, pese a lo difícil del momento. “Hay que estar tranquilos para pasar este difícil momento”, concluyó, enfatizando la necesidad de serenidad en medio de la incertidumbre.

El músico deberá entonces cumplir una serie de condiciones, entre ellas, deberá hacer una donación a una entidad de General Rodríguez, donde vive y donde ocurrieron los hechos. Así, la sentencia condicional permite a L-Gante continuar con su vida en libertad, pero bajo la advertencia de cumplir con las restricciones impuestas. Para su familia, este fallo representa un alivio y una segunda oportunidad, en medio de un proceso que, como expresaron, estuvo cargado de temores y expectativas.

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