María Becerra, la indomable “Nena de Argentina”, se alzó como símbolo de poder y resiliencia en el corazón de la Gran Manzana. La cantante, en plena gira internacional y apenas recuperada de un sombrío episodio de salud, fue la protagonista de un momento trascendental: encendió las luces rojas del Empire State Building, uno de los edificios más emblemáticos del mundo. “¡Qué honor!”, exclamó emocionada, mirando la ciudad desde las alturas.
La joven, de apenas 24 años, había enfrentado momentos difíciles tras un embarazo ectópico que sacudió su vida personal. Sin embargo, fiel a su espíritu incansable, retomó los escenarios con una gira mundial que la llevó desde las cálidas arenas de España hasta las luces vibrantes de Estados Unidos, cautivando audiencias en cada parada. Este tour la vio desfilar con su característico estilo y carisma en Boston, Los Ángeles, Miami, San Francisco, Dallas y, por supuesto, en Nueva York, donde decidió capturar este momento especial en el famoso observatorio del Empire State.
Enfundada en un largo vestido gris decorado con audaces figuras abstractas en tonos naranjas, que evocaban el movimiento dinámico de su música y su propia vida, María combinó su atuendo con botas texanas blancas. Su estilo parecía tan imponente como el propio paisaje de rascacielos que se extendía detrás de ella.
Mientras la cantante posaba para las cámaras, con la inconfundible silueta de Manhattan como telón de fondo, las luces rojas en la cúspide del Empire State cobraban vida a su alrededor. “Brillando de rojo esta noche en colaboración con @mariabecerra en celebración del 80 aniversario de Hola USA”, publicó en Instagram la cuenta oficial del rascacielos, cuyos 937 mil seguidores fueron testigos del histórico momento.
Por su parte, en su propia cuenta, La Nena de Argentina destacó: “¡Tan feliz por esta oportunidad! Muchas gracias por ser tan atentos conmigo. Tuve el honor de teñir de rojo las luces del Empire State en celebración del aniversario numero 80 de Hola!”, en un posteo que rápidamente llamó la atención de sus casi 15 millones de seguidores, quienes no ahorraron en mensajes de aliento y satisfacción por los logros alcanzados.
Dejaron comentarios como: “Increíble cómo creciste en todo sentido, y nunca perdés la esencia. Amo que personas como vos representen mi país”. o “¡Felicitaciones Mari! Qué orgullo. Sos única. Te merecés esto y todo lo bueno que te pase. Sos un sol de persona y me pongo feliz por vos y por nuestro país, Argentina, que brilla por vos”.
Es que, tal como lo detalla en sus redes, no para de sumar satisfacciones a su vida no solo labora, sino personal, como lo expresado días atrás, cuando se encontró con el célebre actor Adam Sandler, de quien se confesó fanática. “Hoy cumplí mi sueño. Mi actor favorito desde que soy chiquita”, escribió en sus redes, junto a las postales de ese encuentro casual.
Durante una entrevista reciente con Telemundo, Becerra dio más detalles del encuentro con Sandler en las calles de la Gran Manzana. “Fui a pedirle una foto. Obviamente, yo lo reconocí y él me reconoció. ¡No lo podía creer!”, exclamó la quilmeña, todavía sorprendida a pesar del tiempo transcurrido. “Empezamos a hablar y me dijo ‘¿así que tenés un show en Terminal 5?’”, prosiguió la cantante, dando cuenta de lo fluido de la conversación.
“Uno de mis amigos le dice: ‘Estuvo en Kelly Clarkson’ y él me dijo ‘Te felicito’”, cerró la cantante. Este breve, pero significativo intercambio terminó con la mencionada fotografía conjunta que la cantante compartió emocionada en sus redes sociales, acompañada de emojis de caritas llorando. Además, María destacó que también conoció a la esposa de Sandler, Jackie, a quien describió como “divina, un amor”.
En junio, cuando la intérprete anunció que encabezaría una gira que cruzaría España, Italia, Portugal, México, Perú, Guatemala, Ecuador, El Salvador, Chile y Uruguay, sus seguidores recibieron la noticia como un preludio de lo que vendría: una serie de espectáculos en los que la artista exploraría nuevos límites en su carrera y, quizás, en su vida misma. La Nena de Argentina, nombre que para entonces ya era sinónimo de fuerza y autenticidad, agregaría luego a Estados Unidos a su itinerario, donde ahora brilla, no solo por su música, sino también por su capacidad de renacer de las cenizas de la adversidad.
Tras sus primeros conciertos en suelo estadounidense, Nueva York era más que una parada para Becerra. Era un escenario simbólico donde una argentina de barrio pisaba firme en un espacio reservado para leyendas.