Desde que era pequeña y cuando saltó a la fama, Julieta Poggio demuestra una gran inclinación por el arte y la moda, una pasión que, tras su paso por Gran Hermano (Telefe), le abrió las puertas para avanzar en su carrera. Actualmente, como conductora de Rumis (La Casa), Poggio compartió recientemente una divertida anécdota de su infancia que provocó las risas de todos en el estudio.
Durante el programa, Juli recordó el episodio que tuvo con sus cejas, que su madre, Patricia Destefani tomó la decisión de asumir el rol de depiladora y generó un resultado que se podría catalogar como “un error estético”, pero que recuerda con humor. Allí, además, mostró una foto inédita de su infancia en la que aparece angustiada y con las cejas depiladas de manera desigual.
Entre risas y un poco de vergüenza, recordó: “Mi mamá me había depilado mucho cuando era chiquita, y para emparejarme, me sacó del otro. Ahora voy a mostrar la foto”. Ante la expectativa de sus compañeros, la conductora bromeó sobre el impacto de las cejas en la simetría facial y exageró en tono cómico: “Me cagó la vida”.
Al mostrar la foto, las reacciones de sus compañeros no tardaron en llegar. Lola Latorre, entre risas, exclamó: “No, Juli”, sorprendida por el resultado de la depilación. Mientras tanto, Carola Gil comentó con alivio: “Qué suerte que te creció bien”, haciendo reír aún más al equipo. Lizardo Ponce tampoco pudo contener las carcajadas, mientras que la exparticipante del reality de Telefe explicó que, aunque ahora sus cejas lucen bien, en ese entonces el efecto era evidente: “La distancia entre las cejas era muy fuerte”, dijo. Terminó la historia con humor, confesando: “Fingiendo que estaba linda, pero la cara de sufrida lo decía todo”.
Julieta no ocultó que en su momento le afectaba el aspecto de sus cejas, que le “descentraban” la cara. Para ella, el episodio es ahora un recuerdo gracioso que forma parte de las vivencias familiares, mientras que sus compañeros continuaron reaccionando con bromas. Latorre, impactada, agregó entre carcajadas: “Es como que te descentró la nariz”, mientras Carola y Lizardo no podían parar de reír. La situación generó un ambiente de complicidad en el estudio, en el que Poggio dejó en claro que el humor es la mejor manera de recordar estos episodios de su infancia.
Esta revelación nació a partir de una historia que contó Leandro Saifir, otro de los miembros del programa, recordó una historia relacionada con Halloween y las cejas. Saifir compartió una anécdota inolvidable de su infancia durante una emisión del programa de streaming, donde recordó el día que intentó disfrazarse de El Fantasma de la Ópera.
“Mis papás estaban durmiendo la siesta. Mi mamá no me había ayudado con el disfraz y me fui a una librería a comprar una máscara blanca completa, pero El Fantasma de la ópera solo tiene un lado de la cara”, comenzó relatando. Armado de paciencia y una tijera, intentó darle forma a la máscara, cortándola hasta conseguir cubrir solo una parte del rostro.
Después de ponerse el traje, la capa y preparar su máscara, surgió un inconveniente: “La máscara no tenía el elástico, así que agarré Poxiran y me la pegué en la cara”, explicó, sin imaginar lo que sucedería a continuación. Apenas dos minutos después, el adhesivo comenzó a causar una intensa molestia en su piel, y Leandro gritó llamando a su madre, alertada, acudió rápidamente y comenzó a echarle agua caliente en la cara, pero el pegamento no cedía.
Finalmente, tras mucho esfuerzo, la máscara logró desprenderse, aunque con una sorpresa inesperada: “Boom, se me sale toda la ceja”, confesó Saifir. Al escuchar esto, sus compañeros de programa reaccionaron al unísono con un sonoro “¡No!”, incrédulos ante la historia.