Guido Kaczka logró acostumbrarse a que ocurran situaciones inesperadas en el estudio de The Floor (El Trece). En este certamen, el conductor logró poner a prueba la rapidez mental de los concursantes en reiteradas ocasiones, pese a que la actitud de algunos jugadores se lleva el protagonismo. Sin embargo, la emisión de este martes por la noche lo dejó atónito cuando una participante, Mila, sorprendió a todos cuando pidió dejar la competencia, ya que ni el conductor ni los televidentes esperaban esa posibilidad.
Todo comenzó cuando Mila fue seleccionada al azar para uno de los enfrentamientos del juego. Aunque la competencia suele generar nervios en los concursantes, lo que ocurrió a continuación dejó a todos perplejos. Guido, desconcertado por la actitud de la joven, intentó indagar sobre lo que estaba sucediendo. “Mila, perteneciente a la categoría de ‘Estribillos’. Mila, ¿querías o no?”, le preguntó, refiriéndose al desafío que tenía por delante. Con honestidad y la voz a punto de quebrarse por los nervios, ella dijo: “No”. Esta confesión tomó por sorpresa al animador, quien no pudo evitar repreguntar: “¿No querías?”. La sorpresa iba escalando niveles, por lo que buscó entender la situación. “¿Querías ser la última?”, volvió a indagar.
Con una sinceridad que desconcertó a todos, Mila explicó: “No, bueno, yo ya quería salir”. Sin entender del todo a la joven, Kaczka le consultó: “¿A dónde?”. Fue entonces cuando la concursante admitió que simplemente quería dejar el juego. Ante eso, el anfitrión comentó: “¿Querías irte en serio? Mila, se puede abandonar”. Avergonzada por su propia actitud, la joven se arrodilló hasta el suelo y comenzó a lagrimear, mientras sus compañeros que intentaban consolarla.
A medida que la tensión crecía en el estudio, él intentó calmar a la muchacha. “Pero Mila, no es que hay que ir a un confesionario ni nada, acá te podés mandar a mudar”, le dijo el presentador, intentando aligerar la situación. Y añadió: “¿Preferís no jugar o hacer el desafío? Existe la posibilidad de que lo hagas, cualquiera puede dejar un juego”. A pesar de sus intentos por tranquilizarla, la joven continuaba visiblemente angustiada.
En ese momento, el animador recordó las reglas del programa, dándole la opción de ceder su lugar en el tablero. “¡Paren de pedirle que desafíe! ¿Te agarraron nervios? Existe la posibilidad de abandonar y elegir quién se queda con tu territorio”, aclaró, mientras intentaba confirmar la decisión de la concursante que se secaba las lágrimas. “¿Mila, querés abandonar?”, le preguntó directamente. La respuesta fue clara: “Quiero abandonar”, afirmó la joven, aún conmovida por el momento que estaba viviendo.
Con su decisión tomada, la joven eligió cederle su territorio a otro competidor llamado Eduardo. Cuando le preguntaron el motivo detrás de su elección, ella reveló: “Voy a elegir a Eduardo de ‘Creadores’ porque cuando más miedo tenía de que me iba a elegir, no lo hizo”. El gesto fue recibido con aplausos por parte del público, y Kaczka despidió a la participante con un sentido: “Fuerte el aplauso para Mila, quien sale del juego sin duelar”. Ya fuera del tablero, finalmente explicó lo que le había sucedido: “Lo que duró me divertí, pero sentí la necesidad de irme, así que lo hice”.
Este no es el primer episodio en el que el conductor se quedaba perplejo ante un competidor. Hace apenas una emisión atrás, una jugadora llamada Virginia también lo dejó sorprendido al revelar a qué se dedicaba. Con una honestidad que generó mucha curiosidad, contó: “Tengo una cadena de hoteles para gatos. La gente, cuando se va de vacaciones, me trae a sus mascotas para que yo los cuide. Intrigado por el peculiar emprendimiento, Guido no pudo evitar preguntar más detalles. “Pero, ¿cómo una cadena de hoteles?”, le consultó, visiblemente fascinado por la historia. La mujer, con total naturalidad, explicó: “Sí, son tres sucursales, y seguimos expandiendo porque la gente cada vez tiene más gatitos”.
A pesar de la explicación, el animador aún tenía sus dudas, y con su característico sentido del humor lanzó: “Pero el gato se escapa”. Entre risas, Virginia aseguró que eso no sucedía bajo su cuidado: “No, a nosotros no, por eso lo dejan”. Kaczka, aún asombrado por la originalidad del negocio, expresó su preocupación: “Pero oíme, es un trabajo muy riesgoso”. Con simpatía, la dueña de los hoteles reconoció: “Lo es, pero bueno…”.