Jimena Gonik es la protagonista de esta nueva entrega de Playlist, el ciclo audiovisual en el que Infobae busca darle espacio a los artistas emergentes. Gonik tiene 25 años, es cantante, compositora, música y actriz. Su formación incluye estudios de canto, piano, guitarra, danzas y actuación.
Su carrera musical se inició en el año 2020 y dos años más tarde editó su álbum debut, titulado Romantik. En ese mismo 2022 ganó la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires y Proyecto Disco, de Estudio Urbano. A partir de estas dos situaciones, comenzó a rotar en un circuito de shows y festivales con los que fue ganando notoriedad en la escena emergente. El recorrido la llevó a compartir escenario con artistas consagrados como Los Tipitos y No Te Va Gustar.
En 2024 comenzó a trabajar en su segundo disco, el cual se llamará Tierra Divina y se editará el próximo 7 de noviembre. Para calmar esa ansiedad, acaba de lanzar “Volar en limusina”, single adelanto de este venidero trabajo. En paralelo, viene desarrollando una actividad profusa en redes sociales en donde recomienda discos y canciones.
“Hay dos momentos que me llevaron a decidirme por la música: por un lado, la pasión que siempre está y por el otro, el hecho de decir: ‘Lo voy a hacer en serio’. La pasión siempre estuvo, siempre quise hacer música, hacer cosas artísticas. Yo estudié artes escénicas en la universidad. Así que si no era esto, era lo otro. Pero a la música me volqué a pleno en el 2020, cuando decidí hacer mi primer disco. Pero era más por un deseo que pensando en un resultado”, resume Gonik sobre sus comienzos.
María Figueiras: —¿Es verdad que tuviste una experiencia cercana a la muerte?
Jimena Gonik: —Sí, eso en relación con lo artístico. Cuando terminé el colegio, me anoté en Arquitectura. Había rendido dos materias, incluso, por un programa que podés rendirlas en el colegio. Al día siguiente que me voy a inscribir en la facultad... Yo ya sabía que quería hacer algo artístico. Pero vengo de una familia en que mi papá es químico, mi mamá es kinesióloga, mi hermano es ingeniero... Y una no quiere ser menos. Pero mi mamá me dijo: “Vos no querés hacer arquitectura, a vos no te gusta la matemática...”. Y yo estaba empecinada, porque tenía miedo. Pero al día siguiente que me inscribí en la facultad, me agarró una alergia. Yo estaba tomando antibióticos, me terminan inyectando penicilina. Terminé internada, estaba toda brotada, desfigurada, sin poder respirar. Y me dijeron los médicos que estuve cerca de morir. Llegué casi sin aire a la guardia. Siempre fui una persona de las que somatizan las cosas y yo sabía que no estaba haciendo lo que realmente quería hacer. Entonces sentí que fue una señal. De alguna manera dije: “Me pude haber muerto, la vida no es broma, hay que aprovecharla”. Y ahí dije que lo iba a intentar.
María Figueiras: —¿Cuáles son los desafíos de crear música desde cero? ¿Le das mucha importancia al feedback de tus seguidores?
Jimena Gonik: —Hay muchas maneras. Yo en general compongo desde la melodía y desde la letra. Tengo un concepto del que quiero hablar, tengo un par de palabras. Pienso en lo que tengo ganas de hacer y trato de encauzarlos en lo que decido. Yo compongo todos los días como método terapéutico. Lo hago, pero no pienso en que esa canción la voy a sacar. Lo hago sin filtrarme y después, cuando me gusta mucho, digo: “Bueno, esta sí la puedo sacar”. O a veces hago como juego: “Si tal artista me llama para que le haga una canción, ¿cómo se la haría?”. No deja de ser una investigación la composición. Ahora estoy muy enganchada con la producción y tratando de componer un poco más desde la computadora. Pero lo mío siempre fue desde el piano, con un cuadernito.
María Figueiras: —¿Cómo manejás esa frustración y esa ansiedad? ¿Y qué pasa cuando sacás algo que genera mucha expectativa y la gente no lo toma como uno quisiera?
Jimena Gonik: —Mientras uno haga siempre lo que tenga ganas de hacer, no me arrepiento de nada. Porque es verdadero y contra eso no hay con qué darle. Yo tengo una canción que se llama “Romantik”, que es un pop, pero en el medio tiene un tango. Y yo después, cuando saqué el disco, me quedé pensando: “Che, capaz si a la canción no le ponía el tango, entraba a las playlist”. Porque tiene hook, es canchera... Y hoy en día digo: “Qué bueno que puse el tango, porque es quién soy, es mi identidad”. Uno siempre sabe qué es lo que quiere. Es la gracia de ir al psicólogo, ¿no? El psicólogo nunca te va a decir que hacer, te va a ayudar a que vos sepas la respuesta. Hago lo que se me da la gana y no podés fracasar cuando hacés lo que se te da la gana. El éxito, la repercusión, es un momento y un lugar, a veces. Pero hacer lo que uno quiere es para siempre. Es estar en paz con uno.
María Figueiras: —¿Cómo te llevás con las críticas?
Jimena Gonik: —Por suerte no recibo tantas. Y cuando recibo, no soy de prestarles mucha atención. Obviamente, creo que tengo una personalidad que me afecta, me afectaría o me dan ganas de discutir. Me gusta escuchar las opiniones de los demás, pero “justifique su respuesta”. Cuando hay comentarios así al voleo, no le doy cabida. No los tuve tanto, los tuve más que nada al principio.
María Figueiras: —¿Sentís que hay una presión por adaptarte a las nuevas tendencias musicales?
Jimena Gonik: —Sí, eso sí. Todo el tiempo. Ahora, en este momento de mi vida y con este segundo disco, tuve mucha más presión que con el primero. Mi álbum debut lo hice mientras estudiaba la licenciatura en Artes Dramáticas. Y salió desde un lugar de decir: “Voy a hacer lo que quiero”. Lo hice sin pretensión de nada y donde todo podía ser posible. Este segundo disco ya es distinto, lo estoy haciendo con una compañía, hay más gente detrás. Entonces dije: “Tengo que estar a la altura de los discos que recomiendo en mis redes”. Y me puse medio obsesiva con escuchar las canciones una y otra vez. En relación con las tendencias, está bueno conocer la historia de la música. Porque las tendencias se adaptan y también mueven a los medios en relación con el consumo. Si hay una chica de 25 años recomendando discos de los años 50 y los videos de repente los ven 2 millones de personas y tienen un montón de comentarios, entonces hay gente que quiere escuchar eso. No hay gente loca, no es que todo el mundo quiere escuchar lo que suena. Para mí tiene que haber variedad, para todos los gustos y todas las personas deberían poder sentirse identificadas, porque la música forma parte de la identidad.
María Figueiras: —¿Y esa presión por igualar discos que estás recomendando, cómo la manejás?
Jimena Gonik: —Subiendo mi vara, quizás. Tratando de hacer lo mejor que puedo. Y a la vez, pienso que tengo tiempo. Soy joven, estoy aprendiendo, todos los días estoy aprendiendo. Y la música no deja de ser una investigación. Me lo tomo así: investigar sonidos, un lugar y esta idea que quizás contiene el disco, que te cuida hacer un disco. La banda con la que tuve mi epifanía adolescente fue Queen. A mi me alucinaba su variedad. Mi papá, que escucha Queen, escuchaba más sus discos rockeros. Yo de repente escuchaba The Game u otros discos más poperos. Y decía: “Ah, escucho la misma música que mi papá”. Que para mi era un poco la música de los viejos, cuando tenía 14 años. Y después veía el video de “I Want To Break Free” y decía: “Guau, los rockeros se visten de mujer”. Yo no lo podía creer. Me gusta el riesgo de ir probando cosas distintas.