La Usina del Arte fue testigo y anfitrión de la primera entrega de los Martín Fierro de Cine. La histórica ceremonia del espectáculo argentino puso sus ojos en las películas y las series que se destacaron el último año. Fue una noche histórica y no solo por tratarse de un debut. Entre reconocimientos a la trayectoria, encendidos discursos políticos y el glamour propio de este tipo de eventos, pasan las horas y se sigue hablando del tema.
Entre los momentos más destacados de la noche estuvo el empate en la categoría mejor serie. Las ganadoras fueron El encargado y El amor después del amor, y tanto en la biopic de Fito Páez como en la comedia protagonizada por Guillermo Francella hay un nombre que se repite: el de Mica Riera. La actriz que interpretó a Fabi Cantilo, papel por el que compitió como actriz protagónica que quedó en manos de Natalia Oreiro, y a Marina, una de las inquilinas que habita el edificio de Eliseo en la producción de Cohn y Duprat.
“Estoy muy contenta por el reconocimiento a ambas series y muy contenta de ser parte también”, le dice la actriz a Teleshow, al día siguiente de la ceremonia, con la felicidad por partida doble. Su personaje fue creciendo en El encargado, mientras su Fabi todavía es recordada y sueña con una segunda parte de El amor... “Yo no sé nada todavía, pero siento que es algo que le haría muy feliz a todos los argentinos. Yo cuando estaba grabando pensaba que que se tenía que abrir un multiverso del rock y tenían que hacerse series de Charly, de Spinetta, de Cerati, de Fabiana. Y lo sigo pensando también. Creo que es algo que que necesita el pueblo argentino, la cultura sobre todo.
La actriz se refirió también a su derrota en una noche de grandes satisfacciones. “Perdí con Natalia Oreiro, el premio de mejor actriz de serie, muy merecido para Nati”, dijo elogiando a la uruguaya por su papel el Iosi, el espía arrepentido. “Ya estaba chocha de estar en esa terna, y con semejantes actrices no hubiese podido ganar”, agregó en relación a Mercedes Morán, María Rosa Fugazot, Pochi Ducasse, Mina Serrano y Pilar Gamboa. “Estoy feliz de que se me reconozca mi trabajo entre entre tanto talento”, finalizó.
El año pasado, en pleno furor por la serie de Fito Páez, Riera le dio una entrevista a Teleshow y sus palabras anticipaban de alguna manera este presente: “Estuve capaz que en los dos proyectos más importantes que tuvimos en Argentina en los últimos tiempos, y todavía no caigo. Y sobre todo estoy muy contenta con que se puedan hacer este tipo de series en Argentina, que vengan empresas como como Disney y Netflix y apuesten a nuestro talento, me llena de orgullo”.
Es que la serie de Fito marcó un antes y un después en su carrera. Nacida en Santa Fe y radicada desde los 4 en Buenos Aires, quiso ser actriz desde que tuvo memoria. En aquella entrevista, contó que pudo haber sido modelo, ya que Pancho Dotto la descubrió a sus 14 y compartió pasarela con las figuras de la época, pero tuvo las cosas claras para no sucumbir a la tiranía de los cuerpos perfectos. En el último año de contrato, fue elegida entre 800 aspirantes para ser parte de Consentidos.
Desde el primer día en la tira, Mica sintió que todo había valido la pena. “Siempre que actué fui feliz”, dice, aun en este vaivén del oficio que combina épocas de mucho trabajo con otras más austeras. Pasó por éxitos como Graduados o Educando a Nina y tuvo su primer protagónico en Señales del fin del mundo. Hasta que su notable papel en la serie del rosarino cambió su vida para siempre. Subió por primera vez a las tablas en Calle Corrientes para ocupar el lugar de Flor Vigna en El divorcio, junto a Luciano Castro, Pablo Rago y Carla Conte y propulsó su rol en El encargado, que fue ganando pantalla con el correr de las temporadas.