Lío Pecoraro regresó a la pantalla de Telefe para volver a formar parte del panel de A la Barbarossa con una ovación cálida de parte de sus compañeros del programa conducido por Georgina Barbarossa. Tras varios días de ausencia, el comunicador tomó el micrófono para explicar la razón de su notable baja y lo que había atravesado en las últimas semanas. “Me siento bien”, comenzó con una sonrisa leve, aunque su rostro mostraba aún signos del reciente padecimiento. “Todavía estoy un poquito con la carita hinchada, todo eso. Tuve paperas y mononucleosis, que le puede dar a cualquier persona, es un virus.”
Así fue como comenzó un relato con minuciosidad de los días en los que su salud se vio profundamente afectada por estos dos virus, conocidos por su dolorosa sintomatología. “Lo que yo tuve es un dolor tremendo en las parótidas inflamadas”, explicó, al referirse a las glándulas que se hinchan como consecuencia de las paperas. Con tono grave, añadió: “Me pasó el último día que vine al programa. Sentía una hinchazón extraña. De acá me fui a la guardia de la Fundación Favaloro, y ahí el doctor me hizo una eco. Lo primero que me preguntó fue si no sabía leer, porque ahí decía que eran paperas.”
Lo más inquietante de su relato fue cuando mencionó las complicaciones de la enfermedad: “El doctor me dijo que esto se podía bajar a los testículos y producir esterilidad. Entonces, por eso fue tan importante el tema del reposo”. La advertencia fue clara y alarmante, al subrayar el riesgo que había corrido.
Respecto a la mononucleosis, Pecoraro describió con detalle lo doloroso que fue el proceso. “El virus de Epstein-Barr, que es el que la provoca, es infinitamente doloroso. Es una inflamación de los ganglios. Y lo que sentí fue algo muy fuerte, como si me convirtiera en un pez globo. El dolor es impresionante”. A pesar de la seriedad del virus, el tratamiento no requería más que descanso. “No necesitás nada más que reposo”, repitió, al destacar que pasó dos semanas enteras en esa condición: “Quizás tenga que volver a hacer reposo, dependiendo de lo que me diga el médico”.
Con una mezcla de resignación y humor, describió la hinchazón que lo había afectado tanto física como emocionalmente: “Te empezás a inflamar de una manera que parecés un pez globo”, dijo, logrando arrancar sonrisas entre sus colegas. Sin embargo, no ocultó la gravedad de la situación. “Lo importante es el descanso”, insistió con seriedad.
Cabe recordar que el periodista había sido diagnosticado con leucemia a mediados de octubre de 2020, motivo por el que tuvo que alejarse de la televisión durante un año y medio, y luego recibió un trasplante de médula. A su regreso a la pantalla en el ciclo El Run Run del Espectáculo, relató en detalle el problema de salud que lo alejó de la televisión: “Yo lo que tuve es una leucemia mieloide aguda, que significa que se presenta de un día para el otro, en muy poco tiempo se genera. Dije: ´Yo me voy a sentar a ver esta película, que ya la filmamos y que tiene un final feliz, y que tendrá sus altibajos´. Ahí dije: ´Decretado, ganado y sanado´. Tanta gente hay detrás de esa frase y de todo lo que pasó... No sabía lo fuerte que era, que podía pelear tanto, que tenía un Hulk dentro de mí. Me pasó que nunca sentí que estaba enfermo, jamás”.
Y reveló: “En pleno Covid, en octubre de 2020, la gente que tenía este padecimiento o similar no podía estar acompañado por familiares, entonces nosotros hablamos con Narciso, junto a Sofía Isabel Fernández -personal del Hospital de Clínicas-, de lo importante que era tener un acompañante porque ya era bastante el sufrimiento que uno tenía. Y gracias a eso, toda la gente que hoy está en el piso 9, pueden estar acompañados transitando esta enfermedad. Eso fue un logro enorme para nosotros”.
Por otra parte, se refirió al momento en el que se empezaron a pedir los dadores de sangre. “Había que ponerle un nombre, que era Lionel Martín Pecoraro. Porque cuando uno pide dadores no es porque esa persona está necesitando, sino para suplantar lo que después tiene que quedar en el banco para otro ser humano, que quizás más adelante lo necesite. Y la cantidad de gente, de apoyo y de miles de mensajes que he cosechado... me di cuenta cuánta gente había del otro lado pidiendo por mí. Cuando en plena pandemia vino un enfermero y me dijo ´Lío, Rocío Marengo y 40 personas hoy sábado vinieron a donar sangre por vos’, a mí se me llenó el corazón, el alma”.