Cuidarse emocionalmente: el consejo de la mamá de Lali Espósito para superar el cáncer de mama

En el marco del Día Internacional de la lucha contra la enfermedad, Majo Riera habló en primera persona de su tratamiento. La importancia de cambiar los hábitos de vida y de esquivar los ambientes tóxicos

El consejo de la mamá de Lali Espósito para superar el cancer (PLP - Luzu TV)

El cáncer de mama es la enfermedad oncológica más frecuente entre las mujeres en Argentina y el mundo. En el país, 22.000 casos se diagnostican cada año, lo que da un promedio de 60 mujeres al día. Y en el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, estas cifras conmueven aún más e invitan a la reflexión y la divulgación. Y en este panorama, las palabras de aquellas mujeres que tienen cierta visibilidad en los medios se vuelven más importantes.

Majo Riera no solo es la mamá de Lali Espósito; es también una persona ligada a la industria del espectáculo. Y en la previa a la fecha contó su experiencia personal en Poné la pava, el programa de streaming que conduce su otra hija, Anita en Luzu TV. En este marco emotivo y contenedor la ayudó a abrir su corazón y compartir su inspirador testimonio de vida. Habiendo enfrentado la enfermedad con valentía, habló sobre su proceso, poniendo el foco en la importancia de estar atentas a los signos del cuerpo y cuidar tanto la salud física como emocional. “Hice todo lo que tenía que hacer, incluido raparme y perder mi pelo, pero quiero destacar que hay que darle bola al cuerpo, escuchar lo que nos dice”, afirmó, poniendo en valor la detección temprana de los síntomas.

En medio de su tratamiento, Majo atravesó un cambio personal importante: la decisión de separarse después de 35 años de matrimonio. “Cuando estás en un estado de vulnerabilidad, lo que más necesitás es que te apoyen, no la angustia del otro”, explicó sobre su necesidad de estar sola. Aunque fue una etapa difícil, contó con el apoyo de sus hijas, a pesar de que Lali se encontraba en España en ese momento. “Hicimos un zoom, les dije que me iba a separar, y Lali me dijo ‘andate a mi casa’”, recordó con humor. A partir de ahí, se mudó al hogar temporalmente vacío de la cantante y solo llevó lo esencial: su cafetera, su computadora y algunos libros. El trabajo estaba en otro lado.

Majo Riera junto a sus tres hijos: Lali, Anita y Pato

Hoy, después de haber superado el cáncer, continúa con un tratamiento, ya que su tipo de cáncer era hormonodependiente. “No tengo cáncer, pero tomo una medicación diaria que inhibe las hormonas, lo que evita que cualquier célula restante pueda aferrarse”, explicó. Otro punto importante es haber cambiado algunos hábitos en su estilo de vida, con una orientación más saludable: hace ejercicio físico, cuida su alimentación y, sobre todo, prioriza rodearse de personas positivas. “Este es el único envase que tenemos”, reflexionó, destacando la importancia de cuidar tanto el cuerpo como las emociones.

En una emotiva anécdota, contó cómo cerró una etapa importante en su lucha otorgándole a lo simbólico una cuota importante en el proceso de sanación. Cada vez que se realizaba el tratamiento en el Hospital Austral, veía un gran trofeo de campeonato en un escritorio. Enseguida lo transformó en meta y se prometió que, al finalizar los rayos, iba a alzar el trofeo. Y una vez que lo consiguió, cumplió su promesa: “Le pedí la copa, la levanté y me saqué una foto como símbolo de mi victoria”, concluyó, celebrando su fortaleza y superación.

Las cifras de la enfermedad

El cáncer de mama se origina cuando las células comienzan a multiplicarse de manera descontrolada, dando lugar a un tumor maligno. Esta enfermedad puede presentarse en cualquier mujer, aunque el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad, y la mayoría de los casos de detectan entre los 55 y 65 años.

Sin embargo, cerca de un 10% de casos se da en menores de 40 y otro 10%, en mayores de 80. Los avances en el tratamiento del cáncer de mama son prometedores, pero la prevención sigue siendo el mejor aliado para reducir la mortalidad. Actualmente, se estima que en el país se diagnostican 22.000 casos cada año, un promedio de 60 mujeres por día.

Las estadísticas también muestran un panorama alentador en cuanto a la disminución de casos: en las últimas dos décadas, la tasa de mortalidad ajustada por edad disminuyó al 1% anual, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Esto se debe, en gran parte, a los avances terapéuticos y a la detección precoz, lo que permite tratar la enfermedad en sus primeras etapas, con tasas de curación de más del 90%.