En la mañana del miércoles, Jorge Lanata fue operado por cuarta vez en esta semana. El periodista de 64 años fue sometido a una compleja intervención quirúrgica a raíz de una isquemia intestinal. Esta afección, en la que se interrumpe el flujo sanguíneo al aparato digestivo, es nueva complicación en su cuadro de riesgo, que ha requerido una serie de cirugías en pocos días, lo que ha generado una constante incertidumbre sobre su recuperación.
La primera intervención, realizada el miércoles 9 de octubre, se llevó a cabo con el objetivo de remover una parte del intestino afectada por la falta de circulación sanguínea. No obstante, la gravedad de la situación impidió que los médicos pudieran reconectar el órgano de inmediato, lo que forzó una segunda cirugía exploratoria. Durante ese procedimiento, los especialistas evaluaron la zona afectada para determinar los pasos a seguir. El lunes 14, Lanata volvió al quirófano para intentar unir nuevamente el intestino, pero debieron extirparle diez centímetros más de tejido y para este miércoles los médicos esperaban poder completar la reconstrucción.
Minutos antes de las 14, Elba Marcovecchio, esposa del periodista, enfrentó a la prensa y contó que habían operado a su marido. “Va a salir un parte médico, ahora le pido a la gente que siga rezando que evidentemente funciona”, señaló la abogada al dejar el Italiano. “La operación salió bien, ahora viene el post. Se pudo terminar lo que se había empezado”, agregó Marcovecchio, y se disculpó ante los cronistas por lo escueto de su testimonio: “Les pido perdón, fueron horas muy angustiantes”.
En horas de la mañana, Elba también había hablado con la guardia periodística. “Pasó la noche estable, que es lo más importante”, dijo la abogada ante las cámaras de televisión. Durante el trayecto del estacionamiento a la puerta de ingreso al hospital, Elba fue consultada por el semblante del martes que llamó la atención entre los presentes. “Ayer se te vio acongojada, ¿salió complicado el cuadro?”, le preguntaron. “Qué se yo qué decir, está en las mejores manos de Latinoamérica te diría”, respondió esperanzada.
Luego, la abogada aseguró que su marido tenía hora de operación a las 10 de la mañana y aseguró que se trataría de una operación y no de una exploración, como ocurrió en las últimas intervenciones. “Debería ser eso, pero es una decisión de los médicos”, replicó. Y volvió a depositar su confianza en el equipo que cuida de la salud de su marido.
“Está en las mejores manos de Latinoamérica, en el mejor servicio de abdomen, de terapia intensiva. Los médicos tienen esperanza, y los que estamos en oración también”, sentenció. En este punto, le preguntaron por las versiones acerca de que, durante la jornada del martes, la familia del periodista habría solicitado la presencia de un sacerdote para darle la extrema unción, algo que fue negado rotundamente por la abogada. “El capellán del hospital está siempre, pero ayer no lo vi”, respondió. Y antes de ingresar, dejó una frase sobre su estado general. “Yo tengo miedo, nada más, creo que es lo que cualquiera tendría”.
Vale recordar que el procedimiento al que fue sometido Lanata el miércoles pasado, una cirugía laparoscópica, tenía un objetivo claro: restaurar el paso de sangre hacia sus intestinos y evitar complicaciones mayores. Se trató de un nuevo desafío para el periodista de 64 años, un hombre que demostró una resistencia sobrehumana en repetidas ocasiones, que llevó a su esposa a definirlo como “un gladiador”. De acuerdo a lo informado en el programa de Barbarossa, el creador de Página/12 se sometió a 29 internaciones a lo largo de su vida.