“Él está bien. Lo empezaron a mover. Lo que pasa es que ha tenido molestias y se le ha bajado la presión”, explicó Catherine Fulop a Teleshow, con voz pausada pero firme, como quien lleva sobre los hombros la carga emocional de un largo proceso, pero confía en que el desenlace será a su favor. Su compañero de vida desde hace tres décadas, Ova Sabatini, se recupera de una intervención quirúrgica importante: un reemplazo de cadera que por fin resolvió luego de un prolongado tiempo de dolor. “Son gajes del oficio. Es muy común todo lo que le está pasando”, añadió la actriz, al minimizar los inevitables obstáculos que siguen a una operación de esta magnitud.
La intervención, realizada en el Hospital Austral, marca un antes y un después en la vida del empresario, quien fue postergando la operación pensando que el dolor era muscular. “Venía mal hace como tres años”, relató Catherine con detalle en charla con este medio, al dejar entrever un proceso de desgaste físico y emocional. Ova, acostumbrado a la actividad deportiva intensa, se vio obligado a limitarse: “Él fue siempre muy deportista y jugaba al fútbol en el intercountry. Pero casi tiene un año que no puede jugar”, confesó la intérprete, al detallar la imagen de un hombre que debió ceder ante los dolores constantes y la inminente necesidad de un cambio.
Las razones para la demora fueron múltiples. Primero, el miedo. “No tenía muchas ganas de hacerlo”, admitió Fulop, en un reconocimiento honesto del temor que suele embargar a quienes se enfrentan a una intervención mayor. Luego, el tiempo: el esperado matrimonio de su hija Oriana, celebrado en mayo pasado, contribuyó a que Ova postergara el procedimiento. “No quería arriesgarse a no quedar bien, a que no estuviera bien”, explicó la actriz, al momento de añadir una capa más de comprensión a la historia de este hombre que, en medio de sus preocupaciones personales, priorizó un evento tan significativo para su familia.
Finalmente, llegó el día. Con la cirugía ya completada y los resultados en mano, el panorama es esperanzador. “La operación salió perfecta”, confirmó Fulop a este medio. “Me llamaron los doctores y nos dieron el parte. Salió todo chévere”, añadió, utilizando esa mezcla de acentos venezolanos y argentinos que caracterizan su forma de hablar, llevando tranquilidad no solo a su círculo íntimo, sino también a los que día a día siguen de cerca la evolución de Osvaldo.
El futuro inmediato, sin embargo, depende de factores clave. Catherine lo explicó con precisión: “Todo va a depender de cómo su cuerpo soporte levantarse, moverse y el tema de ir al baño también”. La recuperación de una cirugía de este tipo es lenta y requiere paciencia. “Esas cosas también son un poco complicadas. Y sobre todo también la presión”, recalca, haciendo alusión a los altibajos en la presión arterial que Ova experimentó en las primeras horas tras la intervención.
A pesar de las dificultades, Fulop se mostró optimista. “Él está chévere, y todo va en el curso normal”, aseguró con una sonrisa que, aunque cansada, transmite alivio. La imagen de Ova, deportista, empresario y padre de familia, empieza a transformarse en la de un hombre que, tras años de postergaciones, finalmente toma el control de su salud. “Por suerte, ya salimos de esto”, concluyó la venezolana.
Cabe recordar que en una nota con Socios del espectáculo el pasado mes de julio, el actor había contado que estaba en sus planes operarse en septiembre, decisión que finalmente se concretó recién en las primeras horas del último lunes. “Estoy con un problema en la cadera, me tuve que inyectar”, aseveró en aquel momento, sobre la infiltración que se realizó antes de la boda para disfrutar del baile y todo el festejo de su hija con Paulo Dybala.