La noche de Buenos Aires tenía una atmósfera particular, cargada de nostalgia y expectativas. Micky Rodríguez, el bajista que conformó Los Piojos desde sus inicios hasta su disolución en 2009, volvía a subirse a un escenario porteño, esta vez con su proyecto Susversiones. Lo que prometía ser un show íntimo y personal en el espacio de Makena, se transformó en un clamor popular: los seguidores más fieles de la banda reclamaban su presencia en los shows de reencuentro que el grupo dará en los próximos meses.
“¡Sin Micky no hay Los Piojos!” era el mensaje que repetía, una consigna que los históricos fans tomaron como bandera y a través de la cual, con una mezcla de pasión y frustración, exigían la reincorporación del bajista a la histórica serie de conciertos que se llevarán a cabo en el Estadio Único Diego Armando Maradona primero, en diciembre y enero; y en el Cosquín Rock, en Córdoba en febrero. Las palabras resonaban en el ambiente como si el peso de esa frase pudiera cambiar el rumbo de los acontecimientos.
Al final del show en Makena, Micky bajó del escenario entre aplausos y gritos de aliento. La nostalgia y el cariño de sus seguidores lo acompañaron, pero también esa sombra de duda sobre lo que vendrá. La Plata y Cosquín Rock verán a Los Piojos nuevamente, pero con una silla vacía que sigue siendo objeto de debate. De hecho, cuando las luces del escenario se apagaron y el músico emprendía el regreso, la pregunta fue directa: “¿Podemos ilusionarnos con verte en La Plata?”. Ante ello, la respuesta fue un tibio “no sé, no sé”, dejando todavía la puerta entreabierta.
La vuelta de Los Piojos, anunciada con bombos y platillos, generó una expectativa enorme entre los seguidores del rock nacional. Sin embargo, el regreso no estará completo: Rodríguez, a diferencia de sus excompañeros, no subirá al escenario. Según él mismo declaró en su momento, no fue convocado para esta nueva etapa. Pero el conflicto no termina ahí. La cuenta oficial de la banda en Instagram y Piti Fernández, uno de los guitarristas, desmintieron públicamente esa versión, al afirmar que Micky fue parte de las reuniones previas y estaba al tanto de todo.
El bajista, sin embargo, mantuvo su postura. Lejos de los reflectores de los grandes estadios, decidió continuar con su camino, presentando sus propias versiones de los clásicos de Los Piojos. Acompañado por Nahuel Gordillo en la guitarra, desplegó un repertorio que hizo vibrar al público, en el que se recordaron esos días de gloria piojosa. Pero el espectáculo no era solo musical. Entre tema y tema, el clamor del público crecía. “Micky es la esencia”, gritaban algunos. Otros, simplemente cantaban con la voz quebrada de emoción, como si a través de esas letras, pudieran traer de vuelta aquellos años de rituales y pogo desenfrenado.
¿Pero qué será de esta vuelta de Los Piojos sin su bajista histórico? La pregunta flota en el aire. ¿Es posible una reunión completa sin la presencia de uno de sus pilares fundamentales? En un comunicado breve pero contundente, Rodríguez expresó que su ausencia no es voluntaria. “No me llamaron”, aseguró. Por su parte, Piti y el resto de los integrantes ofrecen una versión distinta: según ellos, la invitación estaba sobre la mesa, y Micky, simplemente, decidió no aceptar.
Mientras tanto, el público sigue dividido. Algunos celebran el regreso de la banda, con o sin Micky, mientras otros consideran su ausencia como una falta irreparable. Pero si algo quedó claro en la noche del viernes, es que para una parte significativa de los fans, el alma de Los Piojos no está completa sin el hombre que sostuvo el bajo durante tantos años.