“Voy a ganar”, esas fueron las palabras que pronunció Eugenia Propedo en su presentación para el reality. Luego de 60 días de superviviencia en la isla, la participante hizo realidad sus palabras y se consagró ganadora de Survivor Expedición Robinson (Telefe). Determinada y segura, a lo largo del programa la ingeniera química supo arriesgarse y sobrepasar las consecuencias de una jugada estratégica: traicionar a sus excompañeros.
Con el peso de esa decisión, y la crítica de sus colegas a sus espaldas, la joven se mostró como una de las jugadoras más competitivas del certamen. Tanto es así que, a lo largo de Survivor, la participante logró ganar el collar de inmunidad en numerosas oportunidades. Con ese ímpetu, este viernes venció a Baltasar López en una ajustada final.
Con la emoción del triunfo aún a flor de piel, la participante de 32 años habló con Teleshow tras consagrarse vencedora en el reality. En plena euforia, confesó en qué planea gastar el premio de los 50 millones de pesos y cómo imagina su futuro en televisión.
—¿Te imaginabas ganadora?
—Sentía que estaba un poco complicado, justamente porque los chicos no pudieron comprender que mi jugada había sido parte de un juego: se lo tomaron muy personal. Igual yo ya estaba feliz por la experiencia, que me hizo crecer un montón, sobre todo como persona. Así que por eso no estaba nerviosa, estaba tranquila, relajada, entregada a que pasara lo que tuviera que pasar. Ganara o no iba a estar feliz porque llegué a la final.
—¿Cuál era tu sensación antes de que se revelara al ganador?
—Yo fui ahí sabiendo que la primera posibilidad era perder, como para que no me pegara “fuerte”. Igual ya me llevaba un premio hermoso que tiene que ver con valorar a mis afectos y tenerlos lo más cerca posible. Estoy tratando de empezar a relacionarme con ellos de otra manera.
—¿Imaginabas que tus compañeros iban a votar así?
—Dudaba tener a alguien del amarillo a mi favor. Con Goldi tenía una hermosa relación, obviamente fueron temas mínimos los que me llevaron a querer sacarlo, cosas de la convivencia. Creo que, si lo dejábamos, él hubiera sido el ganador absoluto de Survivor.
—¿En qué vas a gastar el premio?
—Hace un tiempo sané mucho la relación con mi mamá porque cuando tenía 18 años nos distanciamos. Ella tenía un sueño de toda la vida: viajar en familia. Pero cuando lo estaba por concretar la estafaron y perdió todo el dinero. Quisiera retribuirle eso y agradecerle por todo lo que me dio. Cumplirle su sueño es lo que más quiero. Ella es fanática de la playa, así que algún lugar con playa. Y con el dinero que me sobre, invertirlo en un hogar para mí, ya que estoy alquilando.
—¿Cómo vas a festejar?
—Tengo varias cosas para hacer, pero una de las más importantes es retribuirle a mis compañeros que me votaron.
—¿Tenías una cábala para la final?
—No, absolutamente nada. No soy muy cabulera. Las cartas ya estaban echadas.
—¿Te ves en otro Survivor? ¿Qué te gustaría hacer?
—Con el diario del lunes entraría a otro Survivor de otra manera. Sería un poco más fácil o tendría otras ideas más concretas. Me gusta todo lo que tiene que ver con la naturaleza y los deportes. Yo estoy abierta a que surja lo que sea así.
—¿Cómo reaccionó tu familia?
—Tuve que dejar muchos seres queridos afuera. Mi familia y amigos tenían ganas de venir a acompañarme en este momento. Fue bastante complicado lo que vivimos ahí, pero ellos se remetieron con el programa, lo disfrutaron un montón.
—¿Cómo viviste la reacción de la gente a lo largo del programa?
—En la calle todos me tiraron buena onda, me felicitaban por la experiencia, me consultaban por cómo había sido, si era verdad lo que estábamos viviendo, si detrás de cámaras nos daban algo de comida o si nos íbamos a dormir a un hotel. Y después el tema de redes sociales fue difícil, recibí muchas cosas feas, pero con el apoyo de mi familia y amigos entendí que esto era un juego y nada más. Así lo pude llevar adelante. Hoy estoy perfecta, sinceramente.
—El público no pensó que era una estrategia...
—No, y eso no me lo esperaba porque yo había visto las temporadas de Survivor de Estados Unidos. Me quedé con esa idea en la cabeza, entré sin saber jugar y veía que en esas instancias, de muchas temporadas, el juego cambiaba mucho. Veía que los participantes se felicitaban por “traicionarse”. Yo entré al juego con esa mentalidad. Cuando saqué a Francisco empecé a recibir tanto odio, les molestó tanto, que me afectó. No te voy a mentir. Me afectó un montón porque no pudieron comprender que era un juego. Igual, no se puede negar que eso hizo que el juego se pusiera aún más interesante.
—Fuera del juego, ¿pudiste volver a hablar con Mauro?
—Con Mauro hablé una vez cuando nos juntamos a almorzar. Él después de un tiempo entendió que era un juego. Pero no sé si todavía lo acepta. Me queda una charla pendiente con él. Realmente no nos juntamos mucho porque yo vivo en Luján y trabajo ahí. Él vive en Capital.
—¿Qué aprendiste a nivel personal en Survivor? ¿Cambiaste?
—Desde que salí del juego hasta hoy crecí un montón como persona, acompañada de terapia. Yo ya había entrado al juego haciendo terapia y removiendo un montón de cosas que, en Survivor, se intensificaron al máximo. Salí y seguí con esa ayuda. Siento que crecí y hoy estoy muy contenta y tranquila con lo que soy, por más que la gente no le haya gustado como jugué. Yo soy otra persona. Ese es un personaje jugando un juego y nada más. Estoy muy segura y tranquila de quién soy y creo que mis afectos también lo están. Me quedo con eso.