Cómo se hizo “Esta ambición desmedida”, el documental de C. Tangana que se presentará en el Festival Internacional de Cine de la UBA 2024

Los titulares de Little Spain, la productora audiovisual que plasmó en una película la cocina del álbum “El Madrileño” y su correspondiente gira “Sin cantar ni afinar”, hablaron con Teleshow sobre los detalles de este trabajo

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Trailer de Esta ambición desmedida, el documental de C. Tangana

Cuando entre 2019 y 2021 C. Tangana decidió darle un volantazo a su carrera para crear El Madrileño, su hasta ahora último álbum y en el que explora distintos elementos del folclore español y latinoamericano, las cámaras de Little Spain ya estaban allí. Santos Bacana, Cris Trenas y Rogelio González son los titulares de esta productora audiovisual boutique española con sede en Los Ángeles, Estados Unidos, además de ser socios creativos del rapero/cantante en ese aspecto. Y son los directores de Esta ambición desmedida, el documental que muestra aquello pero también buena parte del accidentado detrás de escena de la gira Sin cantar ni afinar, con la que llevaron un show de factura cinematográfica a presentar el disco por España y América.

La película en cuestión se estrenará en Argentina en el marco del FIC.UBA 2024, el festival de cine motorizado por la Universidad de Buenos Aires, con una proyección al aire libre el día viernes 18 de octubre y otra más en el Teatro Gran Rex, el domingo 20. El foco está puesto en el proceso creativo del rapero, quien decidió dejar de ser un trapstar estándar, sin demasiado vuelo ni sorpresa, a intentar convertirse en un cantante popular. Pero también se ven las tensiones personales, las luchas presupuestarias entre el artista y quienes llevaban sus números y algunos momentos de comedia en ese andar que tuvo algunos shows cancelados (incluyendo uno que estaba pautado para Lollapalooza Argentina 2022), crisis familiares y hasta un duro esguince que sufrió el artista en un partido de fútbol informal.

También hay cameos de artistas que participaron tanto del álbum (Andrés Calamaro, Jorge Drexler) como de la gira (Nathy Peluso, pablopablo, Antonio Carmona, La Húngara, David Muñoz) y muchos testimonios claves del núcleo duro de Pucho, tal es el apodo con el que se lo llama en la intimidad a C. Tangana. “Estamos atravesando el tercer bloque de este viaje”, describe Cris Trenas en diálogo con Teleshow. “Porque primero fue mostrar cómo se hizo el disco, luego la gira —que fue todo un desafío para Pucho de traducir al directo un álbum tan icónico— y ahora el recorrido que está haciendo la película a través del mundo”, simplifica.

El póster oficial de "Esta ambición desmedida", documental de C. Tangana que refleja cómo se hizo el álbum El Madrileño y su gira "Sin cantar ni afinar"
El póster oficial de "Esta ambición desmedida", documental de C. Tangana que refleja cómo se hizo el álbum El Madrileño y su gira "Sin cantar ni afinar"

—”No es un documental, no es una gira, es una tragedia”, sintetiza la película. ¿Dónde estuvo lo más trágico?

Cris Trenas: —La tragedia viene un poco de cara a que siempre hablábamos de que la gente va al concierto, la pasa espectacular, dicen que es el mejor concierto de sus vidas y que la puesta en escena es increíble, pero nosotros queríamos enseñar todo el sufrimiento que hay detrás. Fue realmente muy difícil y muy complejo, creativamente muy ambicioso y, por tanto, muy difícil de ejecutar. Y nos gustaba la idea de que no fuera un documental al uso, de hablar de un artista, sino que fuese más de mostrar el proceso detrás de todo lo que hace falta para construir algo como esto.

—¿Hubo algún límite para mostrar o no mostrar las discusiones de Pucho con su equipo o su familia?

Rogelio González: —Hubo libertad absoluta. De hecho, Pucho era el que más incitaba a que grabásemos lo que estaba pasando. La cámara, para él, era una persona más. Y además era el primero que decía: “Oye, está pasando esto aquí, ¿dónde estáis? Te lo estáis perdiendo”. Fue súper generoso con todo lo que dio, desde momentos estresantes, agobiantes, a flor de piel y no le importaba que estuviéramos ahí capturándolo, a otros momentos con menos tragedia.

Santos Bacana: —Según él, la gira estaba yendo medio mal, aunque de cara al público era increíble. Pero a él lo consolaba el hecho de que estuviéramos ahí registrando todo. Decía: “Al menos hay material para hacer el documental”.

—¿Qué fue lo que más le llamó la atención de él en el momento en que lo conocieron y empezaron a trabajar juntos?

Santos Bacana: —Cuando me conocí con él, yo era un personaje muy desconocido, pero él era capaz de generar una retroalimentación entre los dos. Qué cosas tú me puedes dar, qué cosas puedo darte yo. Su manera de generar las relaciones humanas y convertirlas en un feedback de trabajo. Me parece increíble y lo aplica a cada cosa que hace, cómo se va desenvolviendo con la gente que la inspira, a la que ve que puede hacer cosas.

Rogelio González: —Su confianza es increíble. La ambición que tiene, la ambición que le ves en esa mirada del primer momento en que lo conoces, de la primera conversación que tienes con él, es arrolladora. Es algo que siempre decimos que siempre nos ha pegado, que nos ha contagiado. Y eso se potencia.

Cris Trenas: —Su capacidad de trabajo me impresiona, porque estaba involucrado en absolutamente todo, en detalles en los que él no tendría ni que saber nada, siempre metido en todas las llamadas... Un nivel de involucración para conseguir esa perfección, que va muy ligado a la ambición que decía Roge. Pero no es una persona ambiciosa y tirana, en el sentido en que no somete a nadie. Se somete a sí mismo más que a cualquiera.

C. Tangana y Andrés Calamaro, en una escena captada para el documental Esta ambición desmedida
C. Tangana y Andrés Calamaro, en una escena captada para el documental Esta ambición desmedida

—Hay una escena tragicómica cuando todo el equipo va a comprar ropa deportiva para jugar al fútbol en medio de una prueba de sonido, y él se lesiona. Se le genera un gran esguince en plena gira. ¿Estaban todo el tiempo a la pesca de escenas como esa en la gira?

Cris Trenas: —Varias veces en la gira él se quejaba y decía: “Es que no me puedo divertir”. Sí es cierto que es una escena muy divertida, con un tono de humor. Pero a la vez, en el montaje nosotros la vinculamos a cosas como el hecho de que es un rapero que se hace mayor, que empieza a encontrarse con limitaciones...

Santos Bacana: —Del defecto, se hace una virtud. Es algo que pasa mucho en Pucho. Recuerdo que Rocío, su chica, le dijo: “Tío, haz de esto algo que pueda merecer la pena”. Y entonces decidió comprarse un bastón y salió al escenario con él. Además, Carla, una de las estilistas, se inventó un bailecito que acabó rellenando un hueco durante el resto de la gira, porque había una carencia al Pucho no estar en completo delivery. ¿Estamos jodidos? Bueno, veamos qué se puede sacar de esto.

Cris Trenas: —Y luego también la suerte de que estábamos ahí para grabarlo. Eso ocurrió en Canarias y nosotros decíamos: “¿Qué estamos haciendo, por qué hemos venido a este concierto si aquí no está pasando nada?”. Y de repente ocurrió esto y dijimos: “Ostras, menos mal que hemos venido”. Porque llegaba un momento en que cubrir absolutamente todo se hacía muy difícil.

Santos Bacana: —No estuvimos en toda la gira, pero sí en la mayoría. En España, estuvimos en casi todos los conciertos. El primer tramo en Latinoamérica lo cubrimos entero. Pero ya la segunda parte, en el que la gira ya marchaba bien, ahí no estuvimos en todos.

Cris Trenas: —Pero en Buenos Aires sí estuvimos (N.d.R.: fue en el Movistar Arena, 22 y 23 de noviembre de 2022) y además coincidía con dos fechas de Nathy Peluso allí. “Ateo”, con los dos juntos, fue muy emocionante. El público argentino es una locura, porque son de una entrega y un entusiasmo increíble.

—La familia de Pucho es muy importante en su recorrido y están muy presentes en todo momento, tanto la mamá, como su prima Chave, que es su business manager, y también Manuel, su primo, que es su roadie y seguridad personal. ¿Cómo fue obtener testimonios tan íntimos de boca de ellos?

Rogelio González: —La verdad que fue muy bonito, es una intimidad que conocemos mucho, porque como tú dices, están todo el tiempo alrededor nuestro. Tenemos una conexión muy directa. Así que cuando abres ese canal y dices: “Vamos a tocar otra fibra”. Con la madre fue muy especial, porque ya era la resaca del concierto de Sevilla, que era el último de la gira de España. Entonces se abrió ese portal a la intimidad suya, se le caía una lágrima y hablaba de que su hijo no sabe cantar. Luego, con Chave, que es un personaje de película ella sola, siempre decimos que habla con titulares cada vez que le pones un micro adelante. También el primo, que es el hermano de Chave. Son gente que habla muy directamente, muy en tu cara. Fue muy cómodo tener a esos personajes que aportan no solo con la información sino con la forma de expresarse a cámara. Y además es muy bonito ver a una familia tan unida y tan currante.

—¿Tuvieron alguna referencia antes de hacer esta película?

Rogelio González: —La idea principal del documental no existe hasta que surge la necesidad de hacerla. Se fueron rodando cosas a lo largo de la carrera que fueron en paralelo. Entonces, hay un documental que grababa Cris, que siempre estaba con la cámara encendida y que captaba las cosas que pasaban en el detrás de escena. Luego, Santos rodaba cuando escribían las canciones. Estuvo en Cuba y captó toda esa parte con Elíades Ochoa. Y simplemente documentaba todo con la idea de que en algún momento se pueda utilizar o vete a saber qué. Ahí él tenía una inspiración del documental del Buena Vista Social Club. Pero no es hasta más tarde cuando surge la necesidad de documentar el caos de esta gira tan grande que es cuando decidimos que había que rodar, que había que hacer un documental. Ahí intentamos capturar el caos como pudimos y darle nuestro punto videoclipero o costumbrista, hasta que luego en montaje terminamos de redondearlo.

Santos Bacana: —En ese punto, conectamos mucho con la referencia de Lost in La Mancha (de Keith Fulton y Louis Pepe), en el que cuentan la aventura de Terry Gilliam para rodar la película de El Quijote en España (el film casi inconcluso llamado El hombre que mató a Don Quijote), que fue un fracaso constante y no paraba de encontrarse con mil problemas: si no era la producción, eran los actores, si no eran los elementos, eran el viento, la lluvia... Esa lucha contra viento y marea nos parecía guay. Hay un momento en que parecía casi broma: aparecía otro problema más que no veíamos venir. Al final, hemos hecho algo que tiene un toque artesano, de conocer mucho a Pucho, de estar muy cerca suyo.

Parte de la intimidad de C. Tangana durante su última gira se ve reflejada en el documental Esta ambición desmedida
Parte de la intimidad de C. Tangana durante su última gira se ve reflejada en el documental Esta ambición desmedida

—En el final de la película, Pucho manifiesta sus ganas de salirse de la música y dedicarse a hacer películas. Incluso su madre también lo sugiere. Está por estrenar comercialmente su ópera prima, La guitarra flamenca de Yerai Cortés. ¿Cómo es él como cineasta?

Cris Trenas: —Igual que todo lo que hace en la vida, al extremo. Yo siempre le digo que es un empollón, que es como en España se le dice al alumno aplicado de la clase, pero que de tan aplicado a veces provoca rechazo. Se lo digo de broma, porque se lo toma muy en serio y hace los deberes, trabaja muchísimo. Entonces le aplica la misma intensidad a dirigir cine que a cualquier otra cosa que hace. Yo soy la productora de la película y Santos dirigó una parte. En todos los proyectos que hacemos como Little Spain, en mayor o menor medida, siempre estamos todos metidos. Porque todos son proyectos que consideramos nuestros.

Rogelio González: —Ver de cerca el proceso de cómo ha hecho la película ha sido increíble porque sí que le ha metido una dedicación y unas ganas. Todo el mundo lo está diciendo. La acabamos de estrenar en el Festival de San Sebastián y ha tenido una acogida buenísima. Todo el mundo coincide en que es una muy buena película, pero sobre todo una muy buena primera película. Porque tiene una sensibilidad no solo estética, sino también narrativa muy importante.

—¿Qué les parece ahora venir a la Argentina a estrenar Esta Ambición Desmedida en el marco de la FIC.UBA, que es el festival de la universidad pública en Buenos Aires?

Cris Trenas: —Nos encanta cuando vamos a cosas de estudiantes, siempre es genial estar en contacto con gente que está aprendiendo, que está en ese momento de muchísima ilusión por hacer cosas. Entonces nos gusta que se haga en este marco. Aparte de la ilusión que nos genera ir a la Argentina. Buenos Aires es una ciudad que a todos nos fascina.

—Seguramente tanto estudiantes como usuarios en las redes les hacen preguntas porque sus trabajos los inspira. ¿Qué suelen responderle a quienes les piden un consejo?

Santos Bacana: —Hoy en día, y es algo que también hemos vivido nosotros, se ha democratizado la posibilidad de hacer algo audiovisual, de ir con una cámara, grabarlo, montarlo en tu casa y ver qué te ha salido. Entonces siempre decimos: “Haz cosas, encuentra tu voz, búscala y no mires lo que hay alrededor. Haz cosas y ve probando”. Y también, entiende lo que es una historia y si te aparece y tienes esa pulsión, ir buscándola. Que es en lo que ahora mismo estamos nosotros. En el caso de Esta Ambición Desmedida nace con esa vocación de decir: “Tengo una historia y ya la tengo muy clara”. Pero ahora que estamos entrando en el terreno de la ficción y de la escritura, del guion, decimos: “Qué importante es encontrar una historia que pueda conectar, que sea sencilla y que luego tú puedas darle todo su universo”. En el fondo, es desmitificarlo. Para nosotros hacer esto no ha sido nunca ningún arte complejo. Sino que es cuestión de ir probando, seguir haciendo y encontrar historias bonitas.

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