Paul McCartney inició una nueva gira y el mundo parece ser un lugar un poco mejor. A sus 82 años, el genio de Liverpool presenta el Got Back Tour, un espectáculo con el mismo esqueleto faraónico de sus giras previas pero con una novedad que divide aguas en la previa y tendrá su veredicto promediando el show.
Macca se presentará el sábado 5 y el domingo 6 en el estadio Monumental de Buenos Aires y el miércoles 23 lo hará en el Mario Alberto Kempes, de la ciudad de Córdoba, ambas con producción de DF Entertainment. En el medio se presentará en Santiago de Chile, San Pablo y Florianópolis como parte de un tour diferente. Como si fuera un juglar de otro tiempo, la agenda de Paul no se limita a las metrópolis habituales sino que ofrece sus canciones a quien quiera escucharlas.
Esta etapa de la gira empezó el 1° de octubre en el Centenario de Montevideo y ofrece el mismo marco que en su visita anterior. Una lista que supera holgadamente la treintena de canciones y un repaso exhaustivo por sus discografías. La de Los Beatles, claro, desde “Love me do” hasta “The end”, la de su etapa con Wings y un punteo por su camino solista, con alcance hasta su más reciente producción Egypt Station. Y un momento muy especial que recrea la magia de los Fab Four en un mix entre la composición artesanal de la canción y los trucos de la inteligencia artificial.
Hay una grieta planteada en la beatlemaníacos entre quienes atesoran impoluta y sacrosanta la obra del cuarteto y los que celebran el trabajo un poco arqueológico y otro tecnológico de ofrecer nuevas composiciones. En este sentido, el 2023 se vio sacudido por la difusión del mega documental Get Back, reconstruido por Peter Jackson que explora en la grabación del álbum Let it be. Por el otro, la aparición de “Now and then”, el primer tema nuevo del grupo en 26 años, que se estrenó en el mítico escenario uruguayo y se convirtió en el gran atractivo del concierto.
Se trata de una grabación original y casera de Lennon registrada en la segunda mitad de los ‘70 De allí también surgieron “Free as a bird” y “Real love”, que se editaron en 1996 y 1997 en sus respectivos Anthology, como parte de un paquete que le entregó Yoko Ono a Paul, George y Ringo. La melodía, la letra y el espíritu del amigo ausente cautivaron a Los Beatles pero un detalle frustró la publicación: la baja calidad de audio. Según contó McCartney, fue Harrison el que se negó a trabajar en el tema y la canción quedó archivada, aunque siempre estuvo en el radar, aún después de la muerte del beatle silencioso en 2001.
Más allá de sus defectos de fábrica, y a diferencia de “Free as a bird” y “Real love”, el atractivo de “Now and Then” radicaba en que era una obra inconclusa. Por eso los ojos de McCartney nunca se despegaron del boceto, aunque cada vez que lo intentaba tropezaba con el mismo problema de la baja calidad del material. Mientras tanto, el demo circuló entre los fanáticos en la incipiente jungla llamada Internet, manteniendo viva la llama. Era cuestión de que el tiempo hiciera su trabajo. Apareció Peter Jackson, quien metió mano en el registro fílmico de “Let it be” y la tecnología avanzó lo suficiente para que la inteligencia artificial suplantara a los amigos que se fueron primero. O al menos nos invitara a creerlo.
Con un trabajo de reconstrucción artesanal encarado por el productor Jeff Lynne, se logró limpiar el inconfundible registro de Lennon. “Ahí estaba su voz, cristalina. Es muy emotivo. Y todos tocamos en ella, es una grabación genuina de los Beatles”, dijo el bajista en un comunicado, destacando la performance de su amigo y defendiendo la obra de los cuatro. A la maqueta original se agregaron grabaciones de guitarra eléctrica y acústica de George Harrison que datan de 1995. La canción se completó en tiempo presente, con la batería de Ringo Starr, el piano y el bajo de Paul McCartney y las voces de ambos.
El video es un reflejo del rompecabezas que derivó en el tema y de alguna manera sintetiza la historia de Los Beatles. Se los vé cándidos antes de curtirse en Hamburgo, el desmadre de la beatlemanía, la etapa psicodélica y las maratónicas sesiones entre Twickenham y Abbey Road que aceleraron el final. Mezclados, ,los registros de George a mediados de los ‘90, la ilusión de los Paul y Ringo de hoy cantando con los John y George del ayer una letra de amor, que bien podría referir al vínculo entre ellos. “De vez en cuando, te echo de menos. De vez en cuando quiero que estés ahí para mí”.