Tiziano Gravier, el hijo de Valeria Mazza, goza de un presente y un futuro brillante en el mundo del esquí alpino. Este fin de semana se consagró como Campeón Sudamericano 2024 y alcanzó el puesto 34 en el ranking mundial. Una gran noticia para el joven de 22 años que en 2020 superó un episodio de salud complicado tras ser víctima de un ataque en Rosario, donde sufrió una fractura de mandíbula.
El esquiador argentino, de 22 años, ha sido un apasionado del esquí desde los tres años. A los 12, comenzó a competir internacionalmente y ha representado a Argentina en diversas competencias. En el circuito SAC de esquí alpino, Gravier obtuvo el primer puesto por segunda vez.
Tras su reciente consagración, Tiziano se prepara para un nuevo desafío: competir en la Copa del Mundo que se llevará a cabo en Austria en octubre. Este evento será crucial en su carrera, ya que le permitirá medirse con los mejores esquiadores del mundo.
A lo largo de su trayectoria, Tiziano ha contado con el apoyo incondicional de su familia, quienes lo han acompañado en cada competencia. Su debut en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno en Lausana, Suiza, en enero de 2020, le valió un diploma olímpico por su desempeño, logrando el mejor resultado histórico para Argentina en la prueba individual.
El esquiador ha demostrado una gran dedicación y pasión por el deporte, consolidándose como una de las grandes promesas del esquí argentino. Su familia, especialmente sus padres Valeria Mazza y Alejandro Gravier, celebraron junto a él su reciente triunfo en el circuito sudamericano.
Además de su éxito en el esquí, Tiziano ha tenido que superar desafíos personales significativos. El ataque que sufrió en Rosario lo obligó a suspender sus entrenamientos y someterse a una intervención quirúrgica. Sin embargo, su talento y esfuerzo lo han llevado nuevamente a lo más alto del podio.
El joven esquiador comenzó a esquiar a los tres años, al igual que sus hermanos, y desde entonces ha mostrado un talento excepcional. A los 12 años, después de clasificarse primero en su categoría en Sudamérica, comenzó a representar internacionalmente a Argentina.
En una entrevista con María Laura Santillán en septiembre de 2022 Valeria Mazza contó cómo le cambió la vida a su hijo. “Tiziano trabajó mucho lo que le pasó para poder procesarlo y salir fortalecido, que no le quedara miedo. El miedo hay que atravesarlo”, señaló. “Tampoco nos vio a nosotros maldiciendo, puteando, preparando las valijas. Sino enfrentando la situación y viendo cómo salíamos de esto”, contó.
“Tiziano lo elaboró bien y dijo “no soy el primero y tampoco voy a ser el último lamentablemente, pero hagamos que estas cosas no pasen más”. Recibimos un montón de mensajes de padres, de chicos agredidos, de chicos que lamentablemente hoy no pueden contar su historia porque no están. Me parece fundamental que los chicos no lo naturalicen. Poner el foco. O sea, si veo un acto de violencia voy, denuncio, busco ayuda. Si me pasa, denunciar. Es muy importante tener las pruebas. Y muchas veces las cámaras están pero nadie las quiere entregar por cuidarse”, aseguró.
“La vida de Tiziano cambió. Pero no en su manera de actuar. Ha cambiado él. Esto fue un antes y un después en su vida. Creo que salió fortalecido. Te pueden pegar una trompada y no te tumbaron, en sentido figurativo. Yo no pude dormir durante muchísimo tiempo. No podía dormir la noche entera. Y durante las primeras semanas me despertaba todos los días entre las 5 y las 5:30 de la mañana, la hora en la que me llamó mi hijo”, rememoró.
Aunque ella no tuvo asistencia psicológica, el joven esquiador encuentro un fuerte apoyo. “Tiziano hizo terapia, tiene su psicólogo deportivo. Yo nunca hice terapia en… Sí, hice muy poco tiempo después de tener mi primer hijo cuando empecé a trabajar, fue un momento de mucha confusión. Ya no sabía lo que quería. No sabía si podía, si no podía. No sabía cómo hacerlo. Después no soy de diván. Hago mucha terapia haciendo entrevistas (risas). Estoy tan bien así que para qué, por ahí empiezo a hablar con el psicólogo y me cambia todo. No cambiemos nada (risas). Por ahí es miedo lo que tengo, no sé.
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