Este fin de semana, el mundo del espectáculo y la política se revolucionaron cuando la pareja que conformaban Pampita y Roberto García Moritán decidieron hacer pública su separación. Apelando a sus redes sociales, quien abrió la puerta a la intimidad fue el ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, cuando a través de un comunicado anunció lo que ya había dejado de ser un rumor hace rato: que ya no estaban juntos tras cinco años de matrimonio.
“Hace un tiempo, ya, que Carolina y yo nos hemos separado. Fue una decisión difícil y dolorosa, como cualquier separación, pero lo hicimos con el propósito de proteger la paz y el bienestar de todos los miembros de nuestra familia. Los movimientos en los hogares, las razones y los trámites pertenecen a nuestra intimidad y afectan directo a los menores, por este motivo les pido distancia y respeto”, afirmó respeto a la cobertura que distintos medios de comunicación están haciendo sobre el tema. “Mi prioridad ha sido y siempre será cuidar a nuestros hijos; tenemos hijos muy chicos y también hijos adolescentes, quienes se ven afectados por esta exposición mediática”, aseguró.
Un par de horas más tarde, Pampita finalmente dio su versión de los hechos con una breve historia de Instagram que decía: “Yo me enteré de todo el viernes 20 de septiembre y ese día me separé. No tuve ninguna separación antes de esa fecha”, escribió en plan de dejar en claro cuál es la fecha de la separación, para luego filtrar algunos chats que daban cuenta de la armonía en la pareja y demostrar que no “hace un tiempo” estaban en crisis, como había declarado el empresario gastronómico.
En la gran cantidad de chats que compartió la conductora se puede apreciar cómo se trataban con cariño, se contaban el día a día o se enviaban fotos, situaciones que pueden ser habituales en una pareja. Pero un detalle llamó la atención porque está ligado al momento más triste del año para la conductora, que es el aniversario de la muerte de Blanca (la hija que tuvo con Benjamín Vicuña) y a un clásico ritual que la modelo hace cada año.
Es que desde su partida, el 8 de septiembre de 2012, tanto Carolina como el actor chileno participan de una misa en memoria de la niña. Incluso la modelo realiza intervenciones más allá de ese ritual religioso, como inaugurar una plaza u organizar una suelta de globos blancos.
Por eso fue extraño que en las capturas se pueda leer, un día antes de aquella fecha, o sea el 7 de septiembre, un diálogo con Moritán en el que él le dice: “No te olvides de pasarme la dirección de a dónde tengo que ir, amor. ¿Es una misa? No entiendo”.
Pronto, al advertir el poco registro de la situación y el homenaje para Blanca, en las redes sociales se comenzó a resaltar esa actitud. “Quizás es muy rebuscado o hilar fino, pero además de la pregunta del final, la respuesta de: ‘A dónde tengo que ir’, me suena a que fue con la peor de las ondas”; “No me había percatado del ‘¿Es una misa?, no entiendo’, es el mayor ‘Amiga, date cuenta’ de la historia. En la foto yo la veo re triste, ahora entiendo que era por esa fecha”, fueron algunos de los comentarios que se pudieron leer.
“Caro está convencida de que Blanquita tuvo que ver con nuestra historia. Entonces yo también lo estoy”, expresó hace años García Moritán en un mano a mano íntimo con Infobae. “Pero sea como sea, no tengo la más mínima duda: ella cuida de esta familia más que nadie”, aseguró en los comienzos de la relación con Pampita, sobre la niña que hoy tendría 18 años.