Coco Sily recordó el día que olvidó las cenizas de su mamá: “Empecé a gritar”

El humorista y actor habló del duro momento en el que murieron sus padres con solo un año de diferencia, y revivió la experiencia que vivió con los restos de su madre

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El Coco Sily recordó cuando olvidó las cenizas de su madre en una pizzería (Video: El Trece/Poco Correctos)

Si bien Coco Sily suele destacarse por su talento para hacer humor, esta semana, durante una entrevista en Poco Correctos (El Trece) abrió su corazón sobre la muerte de sus padres, lo que ocurrió con un año de diferencia entre cada uno de ellos. En ese sentido, el humorista recordó una anécdota poco conocida del día en el que enterraron a su papá.

La mamá de Sily murió un año antes que su padre, por lo que, cuando la cabeza de la familia falleció, tomaron la decisión de enterrar al hombre junto a las cenizas de su madre. “Papá pidió ir a tierra, porque era religioso. Pero mamá no, había dicho: ‘Conmigo hagan lo que quieran’, entonces la cremamos y guardamos las cenizas en casa”, recordó el humorista.

“Cuando falleció papá dijimos: ’Pongamos las cenizas de mamá en el cajón de papá', no sé si él estaría muy contento con la idea porque después de 52 años casados, más un año que estuvieron separados y después le volvemos a meter a la vieja adentro del cajón..., pero nos parecía que estaba bien”, dijo con su característico humor negro, lo que generó la risa de los presentes. Acto seguido, el humorista contó que, luego de buscar la urna y de firmar los papeles correspondientes fueron a cenar a una pizzería, ubicada en la esquina del hogar familiar, y partieron rumbo a sus respectivas casas para descansar y presentarse al día siguiente en el funeral.

Al regresar a su hogar, Coco relató una anécdota que, con el correr de los años, terminó siendo graciosa. “Yo iba manejando y, según cuenta mi pareja de ese momento empecé a gritar: ‘Mamá, mamá’. Ella se preocupó y me recordó que el que había fallecido era mi papá, pero yo insistía: ‘¿Dónde está mamá?’ Miraba para atrás y preguntaba: ‘¿Dónde está mamá?’”, contó acerca del momento de angustia que atravesó. Con la intención de solucionar el misterio, llamó a su hermano, quien tampoco sabía el paradero de la cajita con las cenizas: “‘¿La tenés vos?’, le pregunté y él me dijo: ‘No, la tenés vos. ¿Dónde está mamá? ¡En la pizzería!”.

Coco Silly recuerda a su madre constantemente en sus redes sociales (Foto: Instagrgam)
Coco Silly recuerda a su madre constantemente en sus redes sociales (Foto: Instagrgam)

La familia completa se presentó en el lugar para recuperarla, pero se encontraron con que el establecimiento estaba cerrado: “Empezamos a golpear el vidrio. Salió un sereno y vio a unos tipos que le decían: ´Mamá, mi mamá´ y el tipo miraba la pizzería vacía y nos dice: ´Ya cerramos´”. Fiel a su estilo, Coco se lo tomó con humor y reveló el miedo que tenía: “Quedó una cosa ahí, por ahí piensan que es polvo para hornear y mi vieja termina en 800 pizzas”.

Finalmente, lograron recobrar la calma, explicarle la situación al hombre que abrió la puerta para que la buscáramos pero no estaba. “La anécdota termina con que nunca la habíamos bajado del departamento. Corrimos al departamento porque era la única posibilidad y estaba en la silla al lado de la puerta”, cerró.

La emoción de Coco Sily al recordar a su padre

Hace algunos años el actor fue parte de Divina Comedia, programa conducido por Denise Dumas, que se emitía por la pantalla de Telefe y recordó entre lágrimas cómo era su infancia: “A mí me cuesta un poco esto, porque voy a la lágrima con rapidez. Éramos de clase media baja, mi mamá era una gran mujer que laburaba de seis de la mañana a las seis de la tarde y nos criaba como podía. Mi viejo era un turco duro que llegaba del trabajo y se sacaba el saco para ponerse el cárdigan. Comíamos y después se iba a ver la tele y no nos daba más bola”.

Con la voz quebrada, habló de cómo era su padre en el rol de abuelo: “Se volvió afectuoso, cariñoso. Por ejemplo, a mi papá no le podías tocar el pelo. Una vez, cuando ya había fallecido mi mamá, le dejé un rato a mis hijos, los gemelos, para que me los cuide. Y cuando vuelvo veo que los nenes, que tendrían tres años, se le colgaban del hombro, se le tiraban por la panza como si fuera un tobogán, en el medio lo despeinaban todo, y mi viejo se reía. Me acuerdo que ví eso y me fui a llorar emocionado al baño”.

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