En las últimas horas, la película El hombre que amaba los platos voladores, dirigida por Diego Lerman, fue presentada en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, para cuyo evento se dieron cita en el lugar no sólo el realizador sino algunos de los actores que fueron parte de la cinta, como Leo Sbaraglia y Mónica Ayos. La actriz argentina, radiante como nunca, fue una de las estrellas indiscutibles del Festival. Ella, que supo construir una carrera con fuerza y decisión, llegó a España para el estreno del filme que evoca la televisión de los años ‘80 y resonó entre el público con una emotiva recepción que quedó marcada por un aplauso sostenido durante largos minutos.
En charla exclusiva con Teleshow, luego de la movilizante jornada, recordó que la propuesta para ser parte de esta cinta le llegó en un momento clave de su carrera. “Yo estaba en 2023 grabando en Televisa Vencer la Culpa, cuando recibí un llamado de Vero Souto para esta película, a través de mi representante en Argentina, Ale Vannelli. Hicimos un zoom con Vero y con (Diego) Lerman para conversar sobre el guión, lo leí y lo amé”.
Ayos no dudó ni un segundo en aceptar el papel: “En cuanto lo leí supe que lo haría. Me enamoré de la historia que navega por la televisión de los 80 con la mirada de Diego, que ya me parecía muy interesante. Haber elegido un personaje tan entrañable de aquella época fue un gran acierto”.
La película se sitúa en 1986 y narra cómo José de Zer, junto a su camarógrafo Carlos Chango Torres, emprenden un viaje hacia La Candelaria, Córdoba, tras recibir una propuesta extraña de dos personajes sospechosos. Al llegar, encuentran un pastizal quemado en medio de los cerros, pero lo que sigue es la creación audiovisual de una presencia alienígena, considerada la más recordada en la historia de la televisión argentina.
Según destacó el director del filme, que el próximo 18 de octubre llegará a Netflix, “al tomar como base estos sucesos me propuse crear una ficción lejanamente inspirada en aquellos personajes y acontecimientos. Esta película aborda el funcionamiento de la maquinaria de la creación de ficción, el inicio de las fake news, la vigencia del poder de los medios de comunicación para hacer creíble lo increíble, la locura mesiánica de un personaje que se siente “el elegido” y, por supuesto, los fenómenos paranormales”.
Para la actriz, la nostalgia de esos años fue un ancla emocional que la conectó profundamente con el proyecto: “En la época de José de Zer, yo era una niña, pero recuerdo perfectamente la muletilla ‘seguime chango’ y el noticiero Nuevediario, que paralizaba el país cuando José investigaba misterios del más allá. La peli es una locura hermosa”, relató emocionada.
El Festival de San Sebastián, que albergó algunas de las producciones más destacadas del cine internacional, se convirtió entonces en el escenario ideal para el debut de esta producción. “La gente amó la película, hubo un aplauso fuerte y cerrado durante largos minutos. Fue emocionante ver cuántas personas se conmovieron y lo expresivas que fueron. También fue hermoso reencontrarme con mis compañeros, con el director y con la producción”.
Ayos, quien ya había pisado alfombras rojas de renombre, como en el Festival de Valladolid por su participación en la película Tres de corazones –por la que fue nominada al Premio Cóndor de Plata– y el prestigioso Festival de Cannes, describió su experiencia en San Sebastián como “inolvidable”. “Realmente me ilusionó mucho venir”, expresó visiblemente conmovida.
La preparación para la alfombra roja, un momento crucial en cada evento de esta magnitud, fue otra experiencia que la intérprete disfrutó al máximo. Desde Miami, donde se encontraba antes de viajar a España, seleccionó un vestido negro de la diseñadora italiana que tiene su colección en la reconocida calle Lincoln Road, Thirty Nine. Por su parte, la jornada anterior también dejó su huella en la alfombra y, para esa oportunidad, se volcó por un vestido rojo de seda italiana de la diseñadora Marcella Acosta, también radicada en Miami. “Su colección es divina”, aseguró la actriz.
Sobre su trabajo en el filme, destacó la química que ya compartía con Leonardo Sbaraglia, con quien había trabajado previamente en una serie para Amazon: “Volvimos a hacer cine juntos y fue una experiencia muy genial. Leo no solo tiene una trayectoria maravillosa, sino que es un tremendo actor, que compone desde una pasión que desborda”.
A la vez, destacó que trabajar por primera vez con Diego Lerman fue un auténtico privilegio: “Él es de un talento superlativo a la hora de contar emociones. Tiene siempre muy claro el desarrollo de lo que busca en su cabeza. Fue un privilegio que me haya pensado para su película”.
Reflexionando sobre su carrera, se mostró satisfecha con el camino recorrido: “Sigo agradeciendo cada día por el privilegio de poder haber elegido a lo largo del tiempo todo lo que sí y todo lo que no para llegar hasta mi presente. Construí una carrera con anhelos y desafíos que superaban mi propia marca, y el hecho de haber podido saber por dónde van mis sueños, y escuchar mis deseos, es lo que hoy me sigue permitiendo disfrutar de cada nuevo logro. Me siento muy agradecida”.
Con su participación en El hombre que amó los platos voladores, Mónica Ayos reafirmó su lugar en el mundo del cine, y su paso por San Sebastián quedará en la memoria como una noche donde el talento, el arte y la emoción se encontraron en perfecta sintonía.