Playlist, el ciclo que da voz a los artistas emergentes: hoy, 18 Kilates y la importancia de ser fiel a los deseos

En este ciclo audiovisual, Infobae busca darle espacio a los músicos ascendientes. Para esta decimoséptima entrega, el líder del grupo de cumbia formado en el año 2006 habla de su recorrido de vida y cómo fue dedicarse a hacer música

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Playlist Capítulo N° 17 - 18 Kilates

18 Kilates es el protagonista de esta nueva entrega de Playlist, el ciclo audiovisual en el que Infobae busca darle espacio a los artistas emergentes. Se trata de un grupo de cumbia formado en el año 2006 por Maximiliano Appap, Jorge Barrios (exintegrante del Grupo Red) y Dany Quintas (exmiembro de Mensajeros del Amor), que se hizo conocido en la escena por temas como “Con la misma canción”, “Paraíso”, “Dime”, Tú”, “Deja de llorar”, “No podré”, “Ojitos café” y “Tanto me duele”, entre tantos otros.

En 2007 lanzaron su álbum debut al cual bautizaron Con brillo propio, con el cual cimentaron su primer camino hacia el éxito. Un año más tarde, y con el impulso que les dio la exposición a las bailantas y los festivales, le dieron forma al segundo trabajo, llamado Nueva adquisición. Con este disco se ganaron el premio Gardel en la categoría Mejor Álbum Nuevo Artista Tropical.

Hasta el momento llevan editados once álbumes y otro buen puñado de singles. Los más recientes son “Me olvidé de ti remix”, “La cita”, “Te amo” (en colaboración con Pablito HC) y “Ya será tarde”.

María Figueiras: —Queremos saber tus comienzos. ¿Qué hacías antes de dedicarte a la música y cuándo te diste cuenta de que tu pasión era la música?

18 Kilates: —Cuando arranqué en la música venía del palo del deporte: desde los 9 años jugaba al fútbol en Boca. Mi encuentro con la música fue de manera accidental. Fue a través de mis amigos del barrio. Yo estaba en un momento en que tenía 15, 16 años, en una etapa bastante de rebeldía conmigo mismo y con todo lo que no me parecía que estaba bueno. Entonces fue decidir qué camino tomar, porque ya venía con unos altibajos de una lesión que tuve a los 13, me había roto los meniscos, y me costó mucho agarrar ritmo con el fútbol. Hacía las cosas mal, empecé a hacer todo lo que no debía hacer. Encontrarme con la música fue como darle un sentido a todo lo que venía pasando. Nunca tuve precedentes de músicos en mi familia, nadie hacía música. Empecé con una banda de rock: hacíamos temas de La Renga, Los Piojos, Attaque 77... Pero fue bastante efímero.

Maximiliano Appap líder de 18 Kilates (Fotos/Candela Teicheira)
Maximiliano Appap líder de 18 Kilates (Fotos/Candela Teicheira)

María Figueiras: —¿Y cómo encontraste tu género?

18 Kilates: —Porque en el barrio escuchábamos cumbia. Los vecinos escuchaban cumbia colombiana todos los días. Y, en mi familia, la música tropical siempre fue motivo de unión, los domingos a la mañana. Cuando empezamos a hacer la banda del barrio, Fuerte Apache, donde nací y viví hasta los 13 años, lo que se escuchaba siempre era cumbia. Mis viejos escuchaban a Juan Gabriel y Marco Antonio Solís, mucha música melódica y variada. Así que crecí con varios estilos musicales; pero a la hora de armar una identidad para incursionar en la música fue la cumbia con los chicos del barrio. 33 de mano se llamaba la banda y arrancamos a cara de perro. Ensayábamos y buscábamos lugares para tocar: festivales, cumpleaños... La cosa era ensayar para mostrar lo que hacíamos los fines de semana. Estuvimos así un año y, después, se fue acomodando de a poquito. Tenía que ser por ahí.

María Figueiras: —¿Qué te dijeron tus padres cuando dijiste que querías dedicarte a la música? ¿Te apoyaron?

18 Kilates: —No. Tenía en contra a mis viejos, también a las compañías discográficas, a las que no les gustaba el producto. En esa época, me escapaba para cantar. Le decía a mi viejo que me iba a bailar o a un cumpleaños. Y me iba a cantar. Hasta que tuve un problema y me tuve que ir de donde vivía porque era bastante “chispita”. Ahí entendieron que no les quedaba otra que apoyarme. En la primera gira que tuve, mi vieja me escribió una carta y me pidió disculpas por haber dudado de mí.

María Figueiras: —¿Qué aprendiste de la música que hoy le podrías enseñar a tus hijos? O de tu camino...

18 Kilates: —Sobre todas las cosas, a ser paciente. Eso fue una de las primeras cosas que me enseñó la música. También que cuando tengo convicción sobre algo a lo que le he puesto mucho esmero, como fueron los primeros temas de la banda, morir con eso. Ir hasta lo último porque lo soñé y porque lo esperé. Y pasaron muchas cosas en el medio que quizás esos sueños o esa ingenuidad que tenés cuando arrancás, te la van apagando, te la van matando. Supe rodearme de gente que confiaba que, en algún momento, el proyecto se iba a dar. Creo que la clave es tener constancia y ser perseverante. La música me dio todo y más de lo que yo pude imaginar que iba a lograr. Mis viejos siempre me inculcaron el tema del laburo.

18 kilates / Me olvidé de tí

María Figueiras: —¿Se te subió la fama a la cabeza? ¿Cómo lo pudiste equilibrar?

18 Kilates: —Lo vas equilibrando. Hay un dicho que dice: “El que se pasa, se vuelve”. Pero en algún momento, obviamente, sí podés llegar a confundirte porque te rodeás de gente que quizás te hace creer de tu propia mentira. Por suerte, yo siempre tuve a mi familia de mi lado y, en muchas cosas, me hizo poner los pies sobre la tierra. Me he equivocado un montón de veces y me sigo equivocando, porque es parte de la vida. Pero los errores que cometí, los reconocí y traté de no volver a cometerlos. Claro que si no tenés una contención o apoyo de las personas que te quieren ver bien y no como “el cantante de”, sino como Maxi, un pibe normal, de barrio, que se dedica a la música, las cosas por ahí se ponen un poquito superficiales. Yo siempre me mantuve con bajo perfil.

María Figueiras: —¿Qué diferencias ves en cuanto a cómo se hacía música antes y a cómo es ahora, con las nuevas herramientas que hay?

18 Kilates: —Está todo muy efímero y sobreexigente. Y eso vivimos las bandas que ya venimos hace unos años en el ambiente tropical, de que por ahí vivimos muchas etapas musicales, recambios de público y hoy por hoy, es como que la gente empezó a pegarse un poco más a las canciones y a las bandas que, en su momento, sonaron fuerte por el mismo hecho de que todo lo efímero termina cansando, termina sonando más de lo mismo. Entonces lo vamos viendo no solo en el público mayor, sino también en las nuevas generaciones.

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